General

Javier Villarreal no tiene los tamaños

Si lo que quería Javier era llamar la atención, lo está consiguiendo. Está la amenaza de huelga general a la que ha convocado la CTM en el Estado para el próximo 10 de noviembre

 

Por Feliciano J. Espriella

Ni la inteligencia, talento y presencia que tuvieron sus antecesores en la dirigencia de la CTM Estatal, Ramiro Valdez Fontes “Sombrero Blanco” y Francisco “Pancho” Bojórquez Mungaray. En cuanto a la CTM, actualmente no es ni la sombra de lo que llegó a ser bajo el mando de ellos.

En mi opinión, Ramiro Valdez y Pancho Bojórquez fueron los dos últimos grandes líderes sonorenses en el sector obrero. El primero, fue Secretario General de la Federación de Trabajadores del Estado de Sonora C.T.M. durante 15 años, de 1981 a 1996 y el segundo, fue electo para el periodo social de 1999 a 2005 y posteriormente reelecto para los años de 2005 a 2011. Renunció en 2010 por cuestiones de salud y lo relevó Javier Villarreal quien dirige lo que queda de la central de entonces a la fecha.

 

El gran Sombrero Blanco

La presencia de Ramiro Valdez imponía, no sólo por su físico que no podía ser fácilmente ignorado, era alto y muy corpulento, pero había además algo en él que inspiraba respeto y simpatía. Tenía un carisma muy especial que le permitió ejercer muy fuertes y sólidos liderazgos.

Provenía de una familia muy humilde lo que no le permitió estudiar más allá del inicio de la secundaria, la cual no pudo continuar por la pobreza. Sin embargo, a pesar de sus orígenes y poca preparación, logró elevar en tal magnitud el desarrollo del Ejido Cajeme del cual era originario y llegó a presidir, que lo convirtió en ejemplar en los círculos agrarios del país.

En sus períodos al frente de la dirigencia estatal de la CTM, el país enfrentó varias severas crisis económicas y fue en ese tiempo cuando esa central obtuvo el mayor número de posiciones políticas en el congreso y en los ayuntamientos en toda su historia. Fue bajo la conducción de Ramiro Valdez, la época dorada de la central obrera en Sonora.

Supo granjearse el aprecio y apoyo de un hombre muy importante en el sur de Sonora, Don Alfonso R. Bours, quien al tiempo le presentó a su hijo Javier, con quien hizo fuertes lazos de amistad que perduró el resto de sus vidas. Era un hombre muy sencillo, carismático y muy cordial e hizo amistad con muy importantes personajes de la vida pública y privada del país. Sus amigos iban desde modestos ejidatarios a presidentes de la república.

Fue en dos ocasiones Diputado Federal y junto con Pancho Bojórquez, los únicos dirigentes cetemistas en Sonora, que han ocupado un escaño en el Senado de la República.

Ha sido indudablemente, el líder cetemista más influyente que ha dirigido la central en Sonora.

Francisco Bojórquez Mungaray también imprimió páginas muy brillantes a su paso por la CTM. En alguna otra ocasión las publicaré.

 

El paso de Javier Villarreal por la CTM ha sido de marcada madianía

Por no decir mediocre, aunque se debe reconocer que su período la otrora poderosa central obrera viene en descenso en todo el país, y lógicamente la fuerza que un día llegó a tener, en la actualidad está muy disminuida.

Tengo la impresión de que como a Javier le tocó bailar con la más fea, de cuando en cuando emprende acciones que recuerden a afiliados y patrones que la CTM sigue viva y vigente. Es un poquito como lo que hacen los grandes felinos cuando están cerca del final, rugen muy fuerte para que no se olviden los demás que todavía andan circulando.

En ese tenor, me parecen las amenazas de huelga general a la que ha convocado la CTM en el Estado para el próximo 10 de noviembre. Si lo que quería Javier era llamar la atención, lo está consiguiendo.

Vive en estos momentos sin duda alguna, sus cinco minutos de gloria. Ha logrado que se le busque desde Palacio de Gobierno en donde no cuenta con muchas simpatías y ha tenido mayor cantidad de espacios en todos los medios de comunicación que en el resto del año.

Al parecer Javier quiere hacerlo en esta ocasión a lo grande y ha lanzado la amenaza de una paralización laboral de alrededor de dos mil empresas en las que laboran 130 mil trabajadores. Es la advertencia que hizo la CTM para el próximo 10 de noviembre, esto por haber sido archivada la huelga del Sindicato de Operadores del Transporte.

Casi casi y como quien dice, por quítame estas pajas. Es evidentemente una sobrerreacción a algo por lo que pudo haber realizado multitud de otras acciones.

En lo personal no creo que lo siguieran en estas huelgas locas la mayoría de sus afiliados. Los bolsillos, al parecer no lo entiende Javier, están muy golpeados y en estos momentos nadie en su sano juicio estaría dispuesto a poner en riesgo su fuente de ingresos por apoyar una causa no sólo ajena, sino también con pocas probabilidades de éxito.

Sin embargo, sabe bien y a eso seguramente se atiene, que la situación de las contrapartes también es crítica y están obligados a negociar por mínimo que exista de riesgo.

De estallar las huelgas, en el tiempo los más afectados serían el propio Javier Villarreal y la CTM.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.

Twitter: @fjespriella

Correo: [email protected]