PrincipalesSalud

La ira mal canalizada

Los efectos de la ira han demostrado que cuando estamos enojados mostramos sesgos en la toma de decisiones

 

Por Rosa Chávez Cárdenas

La ira es una de las emociones más primitivas y poderosas, mal canalizada destruye negocios, familias, así mismo y hasta pueblos enteros. Seguramente cada uno tiene una historia familiar o con sus socios, si se descuidan los puede llevar a la ruina, nubla la visión se pierde el control de impulsos, iracundos pueden matar a una persona o destruir objetos valiosos.

Bien canalizada es la energía para avanzar, cambiar de pareja, negocio, de trabajo, resolver y tomar las crisis como crecimiento mental. Por la ira mal canalizada el expresidente destruyó el Poder Judicial.

La falta de autoridad, la sobreprotección, la carencia de reglas y de límites en los hijos ocasiona que no tengan tolerancia a la frustración.

Revisando los modelos de familias hace 40, 50 años, recordarán que el respeto a los padres y a los maestros era absoluto, los padres descargaban la ira con sus hijos y los maestros tenían el permiso de castigar severamente a los alumnos, nos creían ignorantes no pensaban en los traumas que nos ocasionaban, los niños, los adolescentes no teníamos abogados defensores.

Romina es una joven inteligente, buena estudiante, cuando llegó a la mayoría de edad cambió radicalmente, se volvió rebelde, desafiante especialmente con su madre a la que no respeta. En vacaciones trabajó con un familiar, resultó buena vendedora, las ganancias le dieron más poder, compró entradas para ver a sus artistas favoritos, 10, 15 mil pesos, saturó la tarjeta, perdió el control y descuidó la universidad.

Cuando su madre se enteró de los gastos y las deudas, además estuvieron a punto de darla de baja de la universidad privada. La mamá le reclamó muy enojada, Romina por el coraje perdió el control, aventó la computadora de 40 mil pesos a la pared, tiró al suelo a su madre y se fue de la casa.

Seguramente pocos conocen la historia de Adidas y Puma las famosas empresas de tenis y ropa deportiva. En 1920, después de la guerra, Alemania estaba financieramente devastada, no había empleos, la gente creaba negocios con lo que tenía a la mano. A los hermanos Dressler se les ocurrió fabricar zapatos, así nació la Dressler Brother Sports Shoe Company, iniciaron en la lavandería de su madre. Adi era el artesano tranquilo y reflexivo que diseñaba y fabricaba los zapatos y Rudolph, Rudi, era el vendedor. El éxito llegó en 1936, consiguieron que la legendaria estrella afroamericana del atletismo Jesse Owens usara sus zapatos. Owens ganó cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos, y como resultado las ventas se dispararon. Todo funcionaba de maravilla, se imaginan sin la publicidad, el marketing ni las redes de hoy en día, hasta que el fantasma de la ira apareció en los hermanos, lo que sucede de manera frecuente en los negocios familiares. En la segunda guerra mundial, cada que los aliados bombardeaban la ciudad donde vivían, los hermanos Dressler y las familias corrían a los refugios bajo tierra.

En una ocasión, cuando Adi y su esposa entraron al refugio antiaéreo, ya se encontraba dentro Rudi y su esposa, Adi comentó: “Los sucios bastardos han vuelto” se refería a las fuerzas aliadas, pero Rudi lo tomó a personal, sintió que iba dirigido a él y su familia. En ese momento sin reflexión la ira se apoderó de Rudi, la ira le nubló la mente y de ahí inició una de las disputas más épicas en la historia de los negocios. Se intensificó el conflicto y los hermanos dividieron la empresa, en 1948, terminaron la separación de los activos y los empleados. Adi nombró a su empresa Adidas, combinación de su nombre y apellido. Rudi lo llamó Ruda, pero lo cambió a Puma que suena más atlético, los dos se convirtieron en competidores y responsables de gran parte de la economía de la localidad, casi toda la población laboraba para los hermanos.

La rivalidad alcanzó niveles ridículos, las empresas locales solo atendían a los de Adidas o a los de Pumas, estaba prohibido tener citas románticas o casarse con personas de la otra empresa. El pueblo fue conocido como “la ciudad de los cuellos torcidos”, la gente miraba primero que zapatos usabas antes de tener conversación o de plano los ignoraba. Muy al estilo de las causas de la guerra que inició con los odios de Hitler a los judíos y que se extendió a los países aliados, con la pena no se ha aprendido y seguimos con la compulsión a repetir.

Los efectos de la ira han demostrado que cuando estamos enojados mostramos sesgos en la toma de decisiones, y para expulsar la energía de la ira hay una mayor tendencia a culpar a los otros por los problemas y castigar a otros por los errores, lo que se llama proyección. Sin canalizar la ira es un disparador de somatizaciones, enfermedades, como la diabetes, enfermedades renales, cardiacas y todas las itis como la artritis y hasta el cáncer.

 

www.rosachavez.com.mx

Facebook: Tratamiento Integral del Dolor y Dra. Rosa Chávez

Twitter @DrRosaCh