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López Obrador y Morena van por tus hijos

Hoy la dignidad humana como fundamento del orden jurídico, ha sido reemplazada por el consenso

Por Dr. Jorge Ballesteros

La niñez es lo más valioso que tiene cualquier nación porque es su futuro, si se daña a la niñez entonces se pone en riesgo la sobrevivencia de ese país, y se crean las cadenas para una esclavitud de las futuras generaciones.

El 28 de agosto del 2021, la Asamblea legislativa de la Ciudad de México, aprobó una legislación para las infancias trans, propuesta por la diputada Paula Soto del grupo parlamentario de Morena. Propone el levantamiento de una nueva acta de nacimiento para el reconocimiento de la identidad de género. Esto consiste en preguntar a los niños y niñas el sexo al que desean pertenecer para expedirles documentos de identidad según lo que ellos elijan; la propia ley contempla mecanismos para asegurarse que el niño pueda ejercer su “derecho” a elegir su sexo, y los papás del menor no podrán ejercer su autoridad para impedirlo.

Hoy la dignidad humana como fundamento del orden jurídico, ha sido reemplazada por el consenso. No hay valor dicen, que se imponga por la sola fuerza de la verdad —uno de sus dogmas—. Los derechos humanos para la ONU, no son más la expresión de una verdad inherente a la persona que los ostenta por el hecho de ser tal.

Surgen entonces nuevos derechos humanos que nada tienen que ver con el orden natural, ni siquiera con la dignidad humana en su acepción liberal. Son el producto de los acuerdos internacionales, son los que digan los tratados y las circulares y los organismos multilaterales. Una vez se llegue al consenso, se adoptan convenciones internacionales que firmadas por los estados miembros, tienen plenos efectos jurídicos.

De esta manera, los manoseados “derechos humanos” se han convertido en un verdadero Caballo de Troya que puede adentrarse en la ciudadela de cualquier situación o estado de cosas que se quiera hacer cambiar mediante su ataque.

Basta que se organice cualquier grupo con recursos o contactos y “cree” el derecho humano tal o cual, para que por muy minoritario que sea o por muchas resistencias que tenga en la gran mayoría de la sociedad civil, vaya expandiéndose, por las buenas o por las malas (con todo tipo de presiones, amenazas, arbitrariedades y abusos), cual mancha de aceite que, como tal, pretenden penetrar todos los engranajes del tejido social.

En adelante, cualquier cosa, cualquier aberración, cualquier barbaridad, puede ser presentada como nuevo derecho humano; todo depende de la capacidad de lobby que desarrollen sus promotores y beneficiarios que por lo general se relacionan con la fundación Rockefeller, y con la fundación Soros, que son parte de la elite globalista de prestamistas y banqueros, que promueven el nuevo orden mundial.

Tanto es así que ni siquiera es necesario que sean los padres o un familiar quien acompañe al niño para hacer este procedimiento.

¿Qué está pasando?

Existe una corriente ideológica que piensa que el sexo es un asunto de elección personal, o sea que cada persona podrá decidir si quiere ser hombre o si quiere ser mujer. Esto se impulsa desde los congresos como un nuevo derecho humano al que bautizaron como “Libre desarrollo de la personalidad”.

Empezó hace algunos años solamente con los adultos, como exigencia de los grupos LTGB, te hicieron creer que no te afectaba, que no te metieras, que no fueras un retrógrado y que dejaras vivir a los demás.

Con el tiempo sus pedidos de respeto se convirtieron en reclamos de privilegios “tienes prohibido pensar diferente” pues de lo contrario eres homofóbico, discriminador, anti derechos, facho, entre otros adjetivos.

Van por los niños

Ahora que sus privilegios son enormes, van por los niños. Implementarán en las escuelas públicas, programas que, con la excusa de introducir valores de respeto entre los menores, los pondrán a cuestionar su identidad sexual.

Tú no podrás oponerte, pues toda la maquinaria legal que se ha implementado durante los últimos años, está diseñada expresamente para arrebatarte la patria potestad de tus hijos ¿No lo crees? Mira lo que dijo el diputado Eduardo Santillán también de Morena:

“El ejercicio de la patria potestad, implica la imposición de valores de ningún tipo, y aquí yo incluiría, incluso los propios valores de carácter religioso o político. Un padre, una madre no tienen el derecho de imponer a ningún menor ningún tipo de preferencia o de identidad sexual, ideológica, política, social”.

Para ellos, cualquier tipo de dirección moral hacia los hijos, es una intromisión que no van a tolerar, tus hijos desde ahora pertenecen al Estado y recibirán la formación “moral”, ética y sexual que el gobierno decida.

¿Aun así crees que podrás oponerte? Bueno, el costo será alto, mira la reforma constitucional que el congreso aprobó hace algunos meses “El juez ordenará la prisión preventiva oficiosamente, en los casos de abuso sexual contra menores, delincuencia organizada, homicidio doloso, feminicidio, violación, secuestro, trata de personas.

Así como se traten de delitos graves que determine la ley en contra del LIBRE DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD”.

Niños transgénero

Consiste en mutilar y llenarlos de hormonas durante toda su vida a los niños y niñas para cambiarles el sexo.

López Obrador sigue en su empeño de acabar con México, esta vez su odio y resentimiento social va enfocado hacia la inocencia de los niños mexicanos a los cuales quiere imponerles desde su tierna infancia el cambio de sexo. No conforme con empobrecer al país, destruir sus instituciones, empoderar a la delincuencia, militarizar al país, destruir el sistema educativo y de salud, ahora el Tartufo de palacio,  va por nuestros hijos,  a los cuales quiere corromper y destruir.

Dentro de la agenda de este canalla, está la perniciosa ideología de género la cual afirma que el ser humano nace sin un género definido y éste le es atribuido en virtud de sus órganos sexuales, pero que cada individuo tiene derecho y libertad a cambiarlo tantas veces como lo desee, puesto que el género no es fijo y por ello un hombre puede elegir ser masculino o femenino, y una mujer puede elegir ser femenina o masculina, a capricho.

Desde la tierna infancia, este gobierno comunista de cuarta, quiere machacarles a los niños que pueden cambiar de sexo y confundirlos con la idea de que están en el cuerpo equivocado si es varón deben de ser niñas o al contrario, que ellos pueden decidir a través de una cirugía cambiar sus órganos sexuales y recibir hormonas para feminizarlos si son varones o masculinizarlos si son niñas para poder cambiar el sexo que según ellos les corresponde.

Estas ideas perniciosas las reciben de sus maestros o asesores de género, en el kínder y en la primaria y crean un conflicto de tipo psicológico, dada la inmadurez de los niños.

En adolescentes se dan estos problemas psicológicos en el desarrollo que se conoce en psiquiatría como Disforia de Género, que sin embargo se resuelve conforme va madurando el joven, sin necesidad de cirugías u hormonas, que solo destruyen lo que es funcional y sano.

El transexualismo o transexualidad, es un trastorno de la identidad sexual por el cual la sexualidad de una persona cree que está en conflicto con su anatomía y fisiología con las que se nace. Es decir, se produce una disconformidad entre su identidad sexual y su sexo asignado biológicamente, al punto de rechazar su cuerpo.

En estas personas suelen darse el deseo de modificar las características sexuales que no se corresponden con el sexo con el que se sienten identificados. Por eso, algunas de ellas suelen someterse a una «operación de cambio de sexo» conocida como cirugía de reasignación genital.

Así pues, alguien es transgénero cuando una persona cree que sus deseos, sentimientos; estilo de vida etc. no corresponden al sexo que son. Ellos dicen que se les ‘asignó’, como si ser hombre o mujer fuera algo externo como accesorios.

Un transexual es cuando se decide a modificar su cuerpo para parecer lo más posible al sexo opuesto a lo que son.

Otros desearían poseer un sexo distinto del que tienen. Si son varones se sienten y buscan afanosamente ser mujeres y si son mujeres se sienten y buscan afanosamente ser hombres. En ambos casos estamos ante personas con psicología transexual.

La transexualidad, es acompañada por un comportamiento psicosexual de tipo netamente opuesto al previsto por el sexo anatómico y que se asocia al deseo obsesivo de liberarse de los atributos genitales poseídos y adquirir los del sexo opuesto.

Operaciones destructivas

Según la ideología de género, habría que superar la “mentalidad tradicional”, que divide al mundo entre hombres y mujeres, para abrirse a un número variable de opciones sexuales: la masculina, la femenina, la homosexualidad masculina y femenina, la bisexual masculina y femenina y la transexual masculina y femenina, y un largo etcétera. Algunos llegan hasta 92 supuestos géneros.

Sin embargo, el cambio de sexo, nunca podrá ser completo ya que: Las operaciones quirúrgicas no son “curativas” sino destructivas. No se puede cambiar el sexo genético. La fecundidad se pierde totalmente. No siempre hay mejoría de los problemas psicológicos 

No hay rectificación de sexo con la cirugía, no se trata de ningún tipo de “rectificación de sexo” sino simplemente de una castración, esterilización, mutilación o privación de una verdadera función sexual que de suyo es perfectamente sana, el problema es de orden psicológico.

La creencia de una persona de que él o ella es algo que no es, constituye, en el mejor de los casos, un signo de pensamiento confuso. Cuando un niño biológicamente sano cree que es una niña, o una niña biológicamente sana cree que es un niño, existe un problema psicológico objetivo en la mente, no en el cuerpo, y debe ser tratado como tal.

La transexualidad es un problema psicológico, ¿No será mejor afrontar el tema de la transexualidad no desde una perspectiva quirúrgica sino de una perspectiva psicológica?

Estamos ante un problema que es más competencia de los psicólogos y de los psiquiatras que de los cirujanos.

Desde el momento de la concepción en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide y dan lugar al cigoto o nuevo ser, tiene 46 cromosomas de los cuales 23 cromosomas son del padre y 23 cromosomas son de la madre, de estos 23 pares de cromosomas 22 son autosomas y un par es sexual

De tal manera que el ser humano desde su inicio ya tiene definido su sexo cromosómico que puede ser XY del varón o XX femenino. Esto no se puede cambiar de ninguna manera posible y el ser humano solo puede nacer de dos maneras: hombre o mujer, no hay más. El sexo es algo biológico no cultural o al capricho de cada persona como mentirosamente afirma la ideología de género.

El sexo es parte integrante del propio ser, resulta reductivo e insuficiente llevarlas al hospital, darles hormonas y empezar el largo proceso del “cambio del sexo”, además de que Las tasas de suicidio son veinte veces mayores entre los adultos que utilizan hormonas cruzadas y sufren cirugía de reasignación de sexo

En cambio, resulta mucho más rico y profundo descubrir las raíces del conflicto con el propio cuerpo para encontrar un camino de aceptación de aquello que no es el enemigo, sino parte integrante del propio ser: el sexo inscrito profundamente en el propio cuerpo.

Respecto de la dignidad de la persona, no se puede violar la integridad física de una persona para el tratamiento de un mal de origen psíquico o espiritual. En estas circunstancias no se presentan órganos enfermos o funcionando mal, así que su manipulación médico-quirúrgica es una alteración arbitraria de la integridad física de la persona

Los principios éticos de la cirugía transexual dicen que no es lícito sacrificar al todo, mutilándola, modificándola o extirpándola, una parte que no se relaciona patológicamente con el todo.

Estamos ante un problema que es más competencia de los psicólogos y de los psiquiatras que de los cirujanos.

¡López Obrador, con nuestros hijos no te metas!