Los alimentos están carísimos y “lo mejor”, es que viene lo peor

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
TODOS LOS productos de la canasta básica han amentado de manera considerable y a estas alturas, la capacidad de compra de la clase media y de los trabajadores en general, se ha visto reducida drásticamente.
Una de las principales razones por las que se han “disparado” los precios del huevo, las tortillas, el azúcar, el arroz, el tomate, la papa y demás productos de la canasta básica, es que en los diez días más recientes, las gasolinas se han visto ajustadas en todos los centros distribuidores.
Hace apenas unos cuantos días, aún había estaciones gasolineras en Sonora, con precios que no llegaban a los 25 pesos en el caso de la “Premium” o roja. A partir de octubre, hay gasolinerías que ya ofrecen ese mismo combustible en cerca de los 27 pesos.
Desde luego, ese “disparo” o “gasolinazo” silencioso, fue motivo más que suficiente para que los encargados de ofertar los alimentos a Juan Pueblo, se tomaran el atrevimiento de aumentarlos, con todo y la firma compromiso de algunos empresarios con el Presidente para evitar la escalada.
Todo indica que la recesión es inevitable en los Estados Unidos, con las lógicas repercusiones en nuestro país. Si a nuestros vecinos del norte les da resfriado, nosotros le seguimos con pulmonía.
Este fin de semana trascendió también la solicitud del gobierno del Presidente López Obrador, de un paquete de créditos al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial, con un primer recurso autorizado de casi 5,800 millones de dólares a pagarse en los próximos 20 años.
Aunque AMLO lo niegue en sus “mañaneras” y para él la mentira sea una práctica recurrente, el hecho es que el país cada vez crece su deuda. Lo peor, es que esos préstamos de ninguna manera son para alentar la producción, sino que se aplicarían en tratar de equilibrar déficits financieros, incluidos sus programas asistenciales y obras faraónicas.
Además, es más que evidente que la política económica aplicada en esta “cuarta transformación” ha sido un fracaso, si tomamos en cuenta la información dada a conocer por el INEGI, en el sentido de que México tiene ahora 58 millones de pobres, 6.1 millones más que hace cuatro años, en el 2018.
Ante los augurios de los expertos que nos advierten de un crecimiento mínimo del Producto Interna Bruto en el año 2023 y con una inflación galopante y sin la fortaleza de un control gubernamental que estaría basado en una mayor productividad, podemos entonces asegurar –al igual que lo hace sacarronamente el Presidente- que “lo mejor, es que lo peor está por venir”.
ES UNA costumbre establecida que el gobernante siempre está sujeto a la crítica del ciudadano… Incluso, resulta más positivo para el político alentar la crítica, que reprimirla… Se fomenta así la participación, la democracia y la libertad… Y frecuentemente, hay muchas críticas ahora porque, ante la concentración de recursos en palacio nacional y desde ahí dejar a estados y municipios a su suerte, las críticas del “respetable” están basadas en la poca acción, la inamovilidad y la incapacidad para resolver problemas de sus gobernadores o presidentes municipales… Siempre será preferible que a un gobernante lo critiquen por hacer, que por no hacer… En el específico caso de la administración municipal de Hermosillo que preside Antonio Astiazarán, las ideas, iniciativas y acciones se están traduciendo en el esfuerzo por resolver problemas y, más allá, incluye el sano esparcimiento… Este “festival del globo” organizado este fin de semana, generó una nueva manera de hacer felices a las familias… Recomendaciones de las autoridades responsables determinaron prevenir algún descontrol por los fuertes vientos registrados y los globos no se elevaron más, pero la verdad es que la actividad fue exitosa… y la disfrutaron muchas familias… Lo más trascendente es que se está generando la percepción de que se está haciendo el trabajo…
CASO MUY distinto para las alcaldesas y alcaldes de Guaymas, Empalme, Cajeme, Navojoa, Caborca y San Luis Río Colorado, donde las notas diarias son de un color rojo subido… No hay obra, trasciende la incapacidad y lo peor, establecen la percepción de que el ciudadano está abandonado y es mucho más vulnerable ahora.