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¡Mijita!… ¿Y ahora cómo le vas a hacer?

Con la propuesta de Trump, de un impuesto del 3.5% al envío de remesas al país, se afectaría la economía de México y la calidad de vida de las familias

 

Por Ileana B. De la Rosa 

Hago mi llamada y suena varias veces. Allá, en México, donde todavía mi “amá” tiene teléfono en la casa y espera como cada viernes la llamada de su «mijita» para saber cómo está y recibir su envío de dinero para poder comprar un «mandadito».

Con el «cómo estás mijita» y el «no te preocupes por mandar dinero, si lo necesitas, déjalo para ti»… se me arruga el corazón de tan solo pensar que no podría mandarle con la economía como se encuentra y el aumento que nos quieren imponer. Nos comparte Carolina Hernández, quien vive esta realidad en Los Ángeles, CA, una de las ciudades más caras de EE.UU.

¡Ahora, dos trabajos no son suficientes! Con las rentas de más de 2 mil dólares por un apartamento pequeño, el incremento a la comida, la gasolina, el pago del carro, la aseguranza y muchas cosas más, continúa.

Esta es la realidad que se vive en EE.UU. en este momento, no es una broma ni una utopía, es la impotencia de priorizar, el comprar un litro de leche o huevos… ¿dónde quedó el famoso Sueño Americano?

«Nos persiguen, nos acusan falsamente, nos quieren cobrar un impuesto sobre otro impuesto, pero a la vez, necesitan de nuestro trabajo», expresa con tono de angustia Carolina.

En una conversación amena, a veces riendo y otra llorando, nos comparte que ella se fue, como la mayoría, con el deseo de progresar y poder enviar dinero a su familia en México, porque la situación económica del país y las oportunidades eran muy desalentadoras.

Y ahora, con la nueva propuesta del presidente Donald Trump de imponer un impuesto del 3.5% (porque ya no es el 5%, ahora es menos —connotación irónica—), al envío de remesas al país, la situación se torna mucho más difícil y aún peor, se abre una puerta a nuevos fraudes y robos, como el envío del dinero en efectivo con terceras personas, contra inmigrantes indocumentados que buscarán otras formas para poder enviar dinero sin pagar este incremento.

La medida, incluida en el proyecto de ley de Donald Trump, no incluye a ciudadanos y nacionales. Va dirigido al bolsillo de los inmigrantes indocumentados y a los no ciudadanos.

Para Carolina y su familia el panorama no es alentador. Casada, con dos hijos menores de edad y uno en camino, sale cada día a las 6:00 de la mañana junto a su esposo, a dejar a sus niños pequeños en guardería el menor, y el otro en su escuela, para regresar a su casa alrededor de las 10:00 de la noche. Porque tiene dos empleos, uno por la mañana y otro por la tarde, y está pensando en «hacer algo más», de ser aprobada por el Senado de los EE.UU esta nueva medida.

La propuesta de ley contempla recortes al gasto y de impuestos que especialistas advierten agregarían 3.8 billones de dólares a la deuda que ya alcanza los 36 billones en EE.UU.

Por otra parte, las remesas tienen un impacto significativo en la economía mexicana, contribuyendo a la estabilidad del país y al bienestar de las familias receptoras. En 2023, las remesas representaron el 3.2% del Producto Interno Bruto (PIB) de México.

Este incremento del 3.5% afectaría la economía de México y la calidad de vida de las familias. Durante la pandemia del Covid-19 del 2020 al 2022 el envío de remesas a familias mexicanas jugó un papel muy importante.

El flujo acumulado de los ingresos por remesas en los últimos doce meses (marzo 2024 – febrero 2025) se situó en 64,797 millones de dólares, que se compara con el valor acumulado a doce meses de enero pasado de 64,833 millones de dólares (febrero 2024 – enero 2025), según informes del Banco de México.

Como la historia de Carolina, existen muchas más, donde los «paisanos» se ven en la necesidad de trabajar en dos o más lugares para poder enviar dinero a sus familias en sus países de origen. El costo es grande en cuanto a separación y el sacrificio lo hace aún mayor.