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Nutrición en tiempos de Covid 19

Senior couple cooking together in the kitchen

“La realidad que nos ha impuesto el Covid-19, es que tenemos la necesidad de prevenir el sobrepeso y la obesidad, desde las edades más tempranas, por ello es importante educar en temas de nutrición y hábitos saludables”

Por Mayra Valenzuela Peñúñuri

Esta contingencia sanitaria del Covid19 ha cambiado y seguirá cambiando nuestras vidas irremediablemente, al ser una enfermedad nueva la información que se va descubriendo en torno a ella va originándose día a día. Pero lo que si sabemos, actualmente, es que el estilo de vida de las personas es un factor importante para prevenirla y evitar complicaciones.

La prevalencia de sobrepeso y obesidad en México son impresionantes: el 75 % de los adultos de

Así debe verse un plato saludable

20 años o más, y el 38 % de los niños y adolescentes de entre cinco y 19 años, padecen sobrepeso u obesidad.

Estas condiciones propician el desarrollo de enfermedades crónicas. En gran medida, estas enfermedades son incurables, y deben ser atendidas para evitar complicaciones y mayores daños. Hablamos de diabetes, enfermedades cardiovasculares (incluye hipertensión) y cáncer; que son, al mismo tiempo, las principales causas de muerte de los adultos en nuestro país.

Sabemos que estas condiciones de salud propician vulnerabilidades importantes para quienes las padecen. Hablamos de una baja calidad de vida, sistemas inmunológicos débiles, reducción en la esperanza de vida, posibles problemas psicológicos y hasta gastos.

La epidemia de Covid-19 se ha unido a la de obesidad y a la de enfermedades crónicas, y está causando lo que los científicos llaman “sindemia”, un término reciente que describe la relación de sinergia que se produce entre dos o más epidemias, es decir, se refuerzan mutuamente.

La realidad que nos ha impuesto el Covid-19, es que tenemos la imperiosa necesidad de prevenir el sobrepeso y la obesidad, desde las edades más tempranas, por ello es importante educar a nuestra población, principalmente desde niños, en temas de nutrición y hábitos saludables.

Una alimentación saludable es muy importante ya que todo aquello que comemos y bebemos puede afectar a la capacidad de nuestro organismo para prevenir y combatir las infecciones, así como recuperarnos de ellas.

Guía Alimentaria

Para llevar una alimentación sana podemos seguir las pautas descritas en la “Guía Alimentaria Canadiense” publicada en enero del 2019, en la cual dentro de sus recomendaciones se propone planear y preparar comidas y colaciones saludables, aumentando la ingesta de verduras, frutas, granos integrales, alimentos ricos en proteínas y agua.

Entre los alimentos proteicos se recomienda también el aumento de fuentes vegetales, debido a que estas resultan en una mayor ingesta de fibra dietética que implica un menor riesgo cardiovascular, cáncer de colon y diabetes tipo 2.

Una forma de saber si estamos comiendo saludable o no es comparar nuestro plato con el plato de la guía alimentaria. En este podemos encontrar a los siguientes grupos de alimentos.-

Frutas y vegetales: Deben abarcar la mitad de tu plato y que sean de diversos colores, ya que así nos aportan una variedad de vitaminas y minerales. Elige frutas enteras frescas o congeladas, disfrútalas con las comidas, como bocadillos o como postre. Añade verduras frescas, congeladas o enlatadas a todos tus platillos. Y prepáralas de maneras saludables, ya sea al vapor, salteadas, asadas o crudas.

Proteínas: Abarca un cuarto de tu plato, varía las proteínas incluyendo mariscos, frijoles, guisantes, frutos secos, semillas sin sal, productos de soja, huevos, carnes magras y aves de corral.

Cereales de granos enteros: Abarca un cuarto de tu plato con estos cereales como el pan integral, arroz integral, avena, palomitas de maíz naturales, que son ricos en fibra beneficiosa y proporcionan una sensación de saciedad más duradera.  Limite los postres y bocadillos a base de granos, como pasteles, galletas, entre otros.

Grasas y Aceites: Debemos elegir aquellas que son saludables como lo es el aceite de oliva, soya, canola o maíz;

consumir preferentemente aves y pescados, tomar lácteos reducidos en grasa y evitar alimentos procesados altos en grasas trans.

Reducir el consumo de sal y azúcares: Al cocinar y preparar la comida, debemos emplear poca sal y reducir el uso de salsas y condimentos salados, pruebe en cambio dar más sabor a los platos con hierbas y especias frescas o secas.  Limite el consumo de golosinas y de bebidas que contengan azúcar como refrescos, jugos de fruta y bebidas a base de jugo, concentrados líquidos y en polvo, aguas aromatizadas, bebidas energéticas y deportivas, té o café listos para beber y bebidas lácteas aromatizadas.

Recuerde mantener una correcta hidratación bebiendo agua simple en lugar de refrescos o jugos. Procure beber al menos dos litros de agua al día. Las bebidas alcohólicas no forman parte de una alimentación saludable.

Por último, en la guía alimentaria se destaca la importancia de tomar decisiones conscientes sobre los alimentos, prestando atención a lo que comemos, leyendo la etiqueta nutricional y evitando distracciones como comer frente a una pantalla. Por otro lado, comer con familiares y/o amigos puede colaborar en reforzar los hábitos alimenticios positivos y ayudar a los niños a desarrollar actitudes saludables hacia los alimentos.