DestacadaGeneral

Palacio Legislativo, errante y enfrentado

Las curules de San Lázaro, vacías por el bloqueo magisterial, fueron sustituidas anoche por las clásicas sillas de un evento convencional.

Con un breve e intenso curso sobre cómo utilizar el improvisado sistema de registro y votación, los diputados emprendieron la aventura de realizar su periodo extraordinario de sesiones en el Centro Banamex.

Una vez que el presidente de la mesa directiva, Francisco Arroyo Vieyra, anunció que la Cámara de Diputados estaba legalmente instalada a las 20 horas con 56 minutos, priistas y panistas estallaron en aplausos.

Yo no necesito guaruras. (…) Deberían tener vergüenza de defender a los vándalos.” Adriana López, diputada por el PVEM

Otra era la actitud de los diputados del PRD, quienes tres horas atrás amenazaron con no acudir a la avenida del Conscripto, bajo el argumento de que se les informó tarde de la decisión de sesionar en terreno prestado.

La primera en tomar la palabra fue la aguerrida coahuilense Esther Quintana Salinas, quien le echó en cara al maltrecho pleno la incongruencia de haber dejado fuera el dictamen de la Ley del Servicio Profesional Docente. “Se les ha hecho costumbre aprobar al final lo que se les da su regalada gana”, dijo la legisladora del PAN.

De esa manera dejaba al descubierto la negociación que 24 horas atrás se consumó en la Secretaría de Gobernación, a propuesta del jefe de la bancada perredista, Silvano Aureoles, para archivar la iniciativa que crispó los ánimos magisteriales el pasado lunes, cuando hicieron destrozos en San Lázaro.

Estamos en favor de los maestros que están en los salones de clases y los apoyamos, pero a los que están en la calle y bloquean el Palacio Legislativo de San Lázaro tienen nuestro rechazo.” Rubén Camarillo, diputado por el PAN

La diputada Quintana Salinas se refirió “a los vándalos”, que los habían obligado a renunciar a su recinto.

Los blanquiazules respaldaron a su correligionaria con gritos de “¡Fuera Arroyo, fuera Arroyo!”, pues fue él como presidente quien dejó el tema fuera de la Gaceta.

Acto seguido, el líder parlamentario del PRD subió a la tribuna para solicitar tolerancia.

La bancada panista, desde la derecha del salón El Paraíso, interrumpió a Silvano Aureoles con la recriminación: “¡Cómplice, cómplice, cómplice!”.

Ocho meses después de ser aprobada, con bombo y platillos, la reforma constitucional a los artículos tercero y 63, los promotores del Pacto por México y firmantes de esa iniciativa se enfrentaron con sus diferencias en torno de la legislación secundaria que fija reglas para los profesores que reprueben en más de tres ocasiones la evaluación.

Los mutuos reclamos entre los pactistas continuaron. “¡Eso se llama fascismo y autoritarismo!”, acusó Aureoles al considerar que entre priistas y panistas pretendían avasallar a la izquierda y desoír los reclamos magisteriales.

En ese clima de quejas y descalificaciones se reencontraron los diputados, quienes a lo largo de este miércoles se atrincheraron en diversos puntos en espera de que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) despejara los accesos a San Lázaro.

Pero eso nunca ocurrió. Ni siquiera después de que la Junta de Coordinación Política ofreció a los dirigentes magisteriales erradicar la polémica ley a cambio de que les devolvieran la sede legislativa.

Los maestros habían madrugado y se adueñaron de los alrededores de San Lázaro desde las tres de la mañana.

Para no echar a perder el acuerdo que Miguel Ángel Osorio Chong, titular de la Secretaría de Gobernación, asumió la víspera, el grupo mayoritario del PRI resolvió prescindir del operativo de seguridad planeado para que las policías Federal y capitalina garantizara el ingreso de los 500 diputados.

Los siete líderes parlamentarios aceptaron el llamado a la prudencia. Así que los panistas se congregaron en el hotel Camino Real del aeropuerto. Los priistas y los del Verde hicieron lo propio en el hotel Riazor, sobre Viaducto.

La diputación del PRD aprovechó las instalaciones de la delegación Venustiano Carranza y convidó a sus compañeros del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano.

Hubo una cuarta pista para los errantes diputados, la de la negociación, en otro hotel del rumbo, el Holiday Inn, donde los coordinadores de PRI, PAN y PRD recibieron a una docena de dirigentes magisteriales.

Cerca de tres horas, el líder parlamentario del partido tricolor, Manlio Fabio Beltrones, escuchó las peticiones y argumentos de los docentes inconformes. Eran los mismos a los que el martes caracterizó como “delincuentes disfrazados de maestros”.

Testigos del jaloneo relataron que, al calor de la discusión, los estrategas de la protesta docente sugirieron a los diputados que ellos también fueran sometidos a la evaluación obligatoria, “al menos cada cuatro años”.

La idea de la CNTE fue materia de risa pues, dirían los diputados, esta gente quería regalarle un año adicional al trienio que constitucionalmente cubren los legisladores en sus cargos de representación popular.

Rabia femenina

Por la noche, sin embargo, el buen humor y las carcajadas que tradicionalmente se dan en el pleno brillaron por su ausencia.

Priistas y panistas hicieron frente común para hacerle bullying al petista Manuel Huerta Ladrón de Guevara a quien esta vez no se le concedieron ni tres segundos de paciencia cuando solicitó el uso de la palabra.

Algo similar pasó con Ricardo Monreal, al frente de los diputados de Movimiento Ciudadano, a quien varios tildaron de cobarde.

Había enojo. Sentimiento de despojo concentrado hacia la bancada perredista, a la que responsabilizaron de haber cobijado a “los vándalos”, la palabra más sonada en la sesión.

Pero la escena de mayor rabia corrió a cargo de la perredista María del Socorro Ceseñas, señalada por priistas y panistas como la mano que meció la cuna de los desmanes del lunes, al acusar y dirigir el ingreso violento de los profesores.

Y es que la legisladora regiomontana encaró a gritos a diputados del PRI y a su vicecoordinador jurídico, Héctor Gutiérrez de la Garza, cuando él le manifestó la duda de sus compañeros sobre lo que había dejado de ser un secreto a voces.

Fue una sesión atípica, inédita, donde las voces femeninas cobraron protagonismo, destacando la intervención de la representante del Verde Ecologista, Adriana López, quien se mofó de la forma en que el coordinador Silvano Aureoles fijó postura, flanqueado por sus diputados.

“Yo no necesito guaruras”, le dijo, “deberían tener vergüenza de defender a los vándalos”.

En contraste, la antes crítica de los mecanismos de evaluación que entrañaban la reforma, la diputada por Nueva Alianza Dora María Guadalupe Talamante, en nada se parecía a aquella que en marzo pasado reclamó por Twitter la detención de su ex lideresa Elba Esther Gordillo Morales.

Anoche, la también representante magisterial se dijo satisfecha de la Ley General de Educación que ocupó las primeras horas del debate del segundo periodo extraordinario de sesiones.

EXCELSIOR

Leave a Response