“Queremos una vida sin violencia; no nos regalen chocolates”

De Primera Mano
Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
EL SIGNIFICADO de este día 8 de marzo, no se circunscribe al festejo de la mujer. Más bien, es una invitación a la reflexión para recordar que el trabajo y la lucha continúan para alcanzar una vida sin violencia, sin explotación y sin discriminación en la vida de las mujeres.
Si bien se ha avanzado en el establecimiento de la igualdad de género, sobre todo en los años más recientes, no se puede dejar de lado las tristes estadísticas que demuestran que los feminicidios han aumentado en todo lo largo y lo ancho del país.
Desde luego, Sonora no es la excepción. En los pasados 2021 y 2022, el número de asesinatos de mujeres se incrementó de forma alarmante. Este 2023, el valle del Yaqui registr´´o la muerte violencia de cinco féminas.
La maestra Olga Haydée Flores, vocera del grupo “Mujeres en plural”, capítulo Sonora, invitaba ayer en mi noticiario “De Primera Mano” en TVD PRIMERA PLANA, a recordar que “aún hay puntos oscuros en la agenda por la igualdad de las mujeres”.
“Debe ser una fecha para la reflexión, para motivar a la continuación del trabajo, de la lucha. Tener presente los sacrificios de mujeres desde hace siglos, las mártires de Nueva York en el arranque del siglo XX y todos los logros y alcances que se han conseguido gracias a la exigencia surgidas de las luchas de miles”.
Y remata:
“Este 8 de marzo no queremos que nos regalen chocolates o flores. Lo que queremos es tener una vida libre de violencia; caminar tranquilas en un parque por las noches, que en casa no se nos señale siempre con la obligación de realizar los trabajos forzados. Eso es lo que queremos”.
A lo manifestado por la maestra Olga Haydée, habría qué añadir que en verdad, se ha robustecido un marco jurídico en defensa de la mujer. Es decir, ellas tienen ahora instrumentos de Ley para su defensa, con las que no contaban hace apenas unos cuantos años.
En sentido contrario, está, por ejemplo, la lucha de las mujeres “rastreadoras”, las que con su arrojo y valentía buscan y encuentran restos humanos en cementerios clandestinos, a pesar de que son amenazadas constantemente y algunas de ellas han perdió la vida en esa actividad.
No se puede echar en saco roto, tampoco, el desdén surgido desde palacio nacional contra las manifestaciones auténticas de miles de mujeres que exigen justicia para sus desaparecidos o bien, para ser atendidas por ser víctimas de la violencia.
Si, falta mucho por hacer. Y contra eso, podemos ver imágenes de grupos de mujeres agasajadas por el gobierno, festejando este miércoles 8 de marzo.
Es una manera, oficial, también, de no dejar pasar el día, aunque el acoso contra ellas continúe, sin castigo a los “galanes”.
“No nos regalen chocolates…”
LA PRÁCTICA que alimenta la impunidad y que fomenta la inseguridad pública, sigue campante cabalgando en nuestro país… Cuando los cuerpos de seguridad –de cualquier instancia- cometen un “exceso”, la respuesta oficial es la criminalización de las víctimas… Cuando una muchacha es víctima de violación, o atentan contra su vida, “es porque ella se juntó con gente mala”… Así que cuando la policía o el ejército matan a jóvenes, abusando de su fuerza, “es porque estos contaban con antecedentes penales”… Y lo sucedido en Matamoros, cuando criminales secuestraron y mataron a dos estadounidenses de un grupo de cuatro, la justificación de la autoridad del más alto nivel, fue decir que “lo que se dio en ese caso fue una confusión”… Es una gran tristeza pensar que la justicia mexicana es una ilusión y un gran abuso… Por supuesto, habrá consecuencias desde los Estados Unidos sobre estos asesinatos en la frontera y es motivo de frustración advertir que puede haber más justicia por parte de un gobierno extranjero, que de parte de nuestro propio país… ¡Qué miseria!