Riberas del Pitic: un paraíso millonario en medio de la pobreza
Por Imanol Caneyada/
Conagua estudia el proyecto; si están en terrenos del vaso de la presa, mandará parar la obra
La colonia Amapolas, al llegar al bordo de la presa Abelardo L. Rodríguez, se convierte en un entramado de caminos de terracería salpicado aquí y allá por casas de cartón y lámina.
La vegetación propia del desierto crece silvestre entre la basura que la gente arroja diariamente en las orillas del camino que bordea la presa. Enormes cantidades de basura, objetos inverosímiles que los pepenadores recogen para sacar algún dinero
Ahí, los niños empujan carretillas o cargan cajas sobre sus hombros; los adolescentes desertan de la escuela y esperan bajo la sombra de un tejabán que pase algo que les cambie la vida, como por ejemplo, un trabajo de albañiles en la obra que la constructora Misión XXI realiza en el vaso de la presa.
―Si hay chamba, nos avisan ―nos dicen dos muchachos cuando les preguntamos cómo llegar a la obra.
Los perros, abundantes, muestran las costillas y son más pellejo que ladrido.
La gente nos mira pasar con esos ojos de los que no tienen nada, entre el desaliento y el recelo.
No hay alumbrado público, no hay espacios recreativos, no hay servicios básicos, no hay seguridad, sólo pobreza y miseria.
Los niños y jóvenes que crecen en esta zona de Hermosillo, una de las más marginales, saben que no tienen futuro, o que su futuro pasa por la fábrica a 45 pesos por jornada o la delincuencia, organizada o no.
A escasos cien metros de ahí, separado por un cerco de alambre, la empresa constructora Misión XXI edifica un paraíso al que solo podrán entrar los ricos.
En un video promocional que se difunde en Internet, la empresa muestra lo que será el proyecto que rimbombantemente ha llamado Riberas del Pitic.
Promete accesos amplios con modernos pasos a desnivel por el bulevar Enrique Mazón. Infraestructura y servicios de calidad. Un lago artificial de 25 hectáreas para practicar deportes acuáticos. Un campo de golf. Baja densidad poblacional y seguridad integral.
Muy cerca de ahí, edificarán el centro comercial Las Riberas, el cual, dice una voz meliflua, llenará todas las necesidades de los residentes.
Áreas verdes, bulevares, camellones, plantas y árboles, andadores, lo mejor del primer mundo en unos terrenos que normalmente han sido y son habitados por los más pobres de la ciudad.
El video promocional de Misión XXI asegura que la urbanización supera con creces las que se han edificado hasta ahora en Sonora.
Quienes puedan comprar una casa en Las Riberas del Pitic pertenecen a ese escaso 20% de mexicanos que no está en situación de vulnerabilidad ante la pobreza, según las últimas cifras del CONEVAL.
Pero si el contraste entre las condiciones de vida de las colonias de los alrededores y la magnificencia del proyecto indigna, más indigna, al menos a un centenar de familias de la zona, las circunstancias en que los terrenos del vaso de la Presa Abelardo L. Rodríguez fueron adquiridos por la constructora.
En el último año de la administración de Eduardo Bours, dichos terrenos fueron liberados gracias a la complicidad del poder Ejecutivo y Judicial para que la constructora los adquiriera a precios muy bajos.
Así lo han denunciado ante el Congreso del Estado, las autoridades judiciales y los medios de comunicación los vecinos de la presa, encabezados por la maestra de la Universidad de Sonora, Rosa Delia Coronado López.
La administración del exgobernador, antes de terminar, escrituró a nombre de Misión XXI, propiedad de la familia Coppel, los terrenos en conflicto otorgándoles la propiedad.
Muchas de las familias que se habían asentado en el área, intimidadas por la autoridad, abandonaron el lugar.
Las que quedan, siguen a la espera de que se les regularicen los terrenos.

El actual delegado de Conagua en Sonora, César Lagarda Lagarda, en entrevista para Primera Plana, deja en claro que la única facultad que tiene el organismo en relación a casos como el presente es vigilar que los cauces de los ríos y los vasos de las presas estén libres de cualquier obstrucción.
Por ello, ya citaron al representante legal de la constructora Misión XXI, con el objeto de que presente los planos del proyecto y verificar que no hay invasión del vaso de la presa.
Al mismo tiempo, un equipo de inspectores de Conagua, agrega el funcionario, se encuentra haciendo un estudio de campo para comprobar que la constructora no haya invadido el vaso de la presa.
Una vez realizada ambas diligencias, la delegación sonorense del organismo estará en posición de detener la obra, en caso de que estén ocupando terrenos impedidos por la ley, o bien, la anuencia, si no es el caso.
César Lagarda cree que para la semana que viene tendrán los resultados.