
La figura del macho man es arquetípica en el mundo anglo, mientras que la figura del macho hispano es estereotipada, es decir, una creencia generalizada, una percepción con una carga de negatividad que debe ser arrancada
Por José Refugio Magallanes
Los datos que permean sobre el término-concepto de “Machismo” se sustentan en estudios del tipo sociológico y psicológico enfocados en la penúltima y última ola del feminismo: finales del siglo XX e inicios del XXI. Luego, es un término-concepto bastante nuevo al que acompañan otros de reciente acuñamiento como los de estereotipo, patriarcado, sexismo, género, homofobia, misoginia y otros tantos rodeados de sendos términos subalternos que hacen las veces de columnas que les sostienen en lo alto, para mantenerlos permanentemente visibles, ante la racionalidad de las diversas sociedades humanas.
El propósito de este ensayo es demostrar cómo, a partir de los datos que nos llegan, se forma una relación entre concepto y visión de la realidad; en este caso particular sobre el machismo. En el mismo rubro, es la intención el asomarnos a los “otros datos”, a los que no nos han llegado y que, posiblemente, amplíen el horizonte hacia una comprensión más allá de los virajes de las ideologías dominantes en el imaginario social con las que convivimos.
Las otras definiciones
La manera más directa y sencilla de abordar un concepto y su definición es acudir al diccionario o a una institución especializada. Lo más frecuente es que los hablantes del castellano acudan al RAE (Real Academia Española), los de habla inglesa a los recursos del CUP (Cambridge University Press). En cuanto a instituciones, lo más común es recurrir, en un país, a la respectiva CNDH (Comisión Nacional de los Derechos Humanos-México). Veamos en seguida las definiciones correspondientes de cada fuente, advirtiendo las diferencias en cuanto a su enfoque o visión de la realidad que expresan sobre el término “Machismo”.
La RAE publica dos variantes: 1). m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres. 2). m. Forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón. “En la designación de directivos de la empresa hay un claro machismo”.
Los de CUP otras dos, una para la Gran Bretaña y otra para Estados Unidos:
GB: Comportamiento masculino que es fuerte y contundente, y muestra ideas muy tradicionales sobre cómo deben comportarse los hombres y las mujeres.
EUA: Fuerte orgullo por comportarse de una manera que se considera típicamente masculina, especialmente, mostrando fuerza y poder.
La CNDH-México le define así: El conjunto de leyes, normas, actitudes y rasgos socioculturales del hombre cuya finalidad, explícita y/o implícita, ha sido y es producir, mantener y perpetuar la opresión y sumisión de la mujer a todos los niveles: sexual, procreativo, político, laboral y afectivo.
Si se pidiera a un artista elaborar una imagen visual para cada una de las alternativas, imaginemos el resultado:
RAE, hombres prepotentes, sometiendo mujeres.
CUP-GB, hombres y mujeres que, por tradición, quieren ser fuertes y contundentes.
CUP-EUA, quien sea que muestre orgullo por su fuerza y poder, típicamente masculino.
CNDH-México, hombre que oprime y somete a la mujer de cinco modos distintos, de manera perpetua, y con cuatro instrumentos.
La pregunta que debe contestarse, ante la descripción de estas dos realidades, es ¿qué impacto social se provoca con los datos que nos llegan, sea de la visión anglosajona o de la visión hispana?
La respuesta, suponemos, es bastante obvia: la visión anglosajona impacta de manera positiva por ser objetiva; el machismo no es ni bueno ni malo, simplemente es, está en la realidad de su sociedad. En cambio, en la visión hispana el impacto es negativo, pues, tiende a provocar división entre ambos sexos y sugerir acciones de “emancipación” de las mujeres en los cuatro ámbitos (leyes, normas, actitudes y rasgos socioculturales) respecto de los hombres.
Origen y trascendencia
Aunque el término permea en ambas partes, el “Macho Man” en el mundo anglo y el “macho latino”, derivado del “macho mexicano”, en el mundo hispano, el origen y trascendencia de dicho fenómeno surge en México, según los estudiosos de la sociología. Se ha llegado a vincular, como su origen proto machista, con la figura del charro mexicano y, más particularmente con el charro jalisciense: ¡Jalisco nunca pierde y, cuando pierde, arrebata!, ¡Me he de comer esa tuna, aunque me espine la mano!, ¡Soy charro mexicano y nunca me he rajado!, son frases que expresan su origen histórico cultural y su trascendencia socio política.
Algunos retroceden más en el tiempo histórico para llegar al conquistador del nuevo mundo, sea por poblamiento y mestizaje (Hispanidad) o sea por colonización y migraciones (Commonwealth). Sin embargo, convendría llegar todavía más allá y remontarse hasta la figura del caballero cristiano, porque ello implicaría contrastar
—para afinar el tema de la trascendencia— los léxicos estereotipo contra arquetipo.
¿Estereotipo o Arquetipo?
Se entiende por estereotipo “la percepción o creencias generalizadas, que se tiene sobre un determinado grupo o categoría de personas”, en este caso los macho men o los machos hispanos. En cambio, el arquetipo se refiere a un patrón ejemplar a un modelo perfecto para imitar.
Cabe señalar que para el estudio del término-concepto “machismo” se toma como base teórica al estereotipo, con descuido displicente del arquetipo. En otras palabras, la figura del macho man es arquetípica en el mundo anglo —se desea llegar a ser como tal—, mientras que la figura del macho hispano es estereotipada, es decir, una creencia generalizada, una percepción con una carga de negatividad que debe ser arrancada del imaginario colectivo… ¡que desaparezca el machismo hispano!
Como ya se ve, el problema son los datos, nuestros datos, porque si “los otros datos” o “los datos de otros” llegan a ser contrastados con los que a nos llegan otra sería la visión, y otra su trascendencia. Así, por ejemplo, lo que para la visión estereotipada del macho hispano se expresa como micromachismo, como método de enseñanza o retransmisión generacional —de abuelos a padres y de padres a nietos— para despreciar y someter a la mujer, en la visión arquetípica del macho man es enseñar y retransmitir las virtudes (de Vir=hombre y Viro=mujer) propias y básicas de la masculinidad.
El lenguaje inclusivo
La ausencia o presencia del lenguaje inclusivo es uno de tantos instrumentos para derrotar al lenguaje micro machista. En el mundo hispánico está puesto en marcha porque la lengua castellana así lo permite, pero en inglés no es tan sencillo. Por ejemplo, los sustantivos niño y niña permiten la variable “inclusiva” de niñe, pero en inglés es boy or girl y, si quisieran editar sus expresiones para hacer la “inclusión” deberán usar el nuevo pronombre sueco “hen” (inventado 1970-2015 oficializado, aunque sea el propio para gallina), pero no pueden librarse del sustantivo —hen boy & hen girl—, o de plano acudir a la contradicción gramatical para decir she boy or he girl, que correspondería en castellano a vocablos disparatados como niñoa y niñao.
La cancelación
Lo que antes era el vituperio (reprensión, censura y deshonra a la persona por la sociedad) ahora se le llama cancelación. La diferencia entre los dos vocablos es quién lo aplica. Si es la sociedad, en abstracto y de modo público, es vituperio. Si son los mass media, en concreto cada medio de comunicación, es cancelación (de contrato de trabajo, de cuenta en una red social o de las tradicionales reuniones familiares).
Externar ideas como “la sociedad quiere quitarle la masculinidad al hombre” y “un hombre completo es un hombre que tiene la capacidad de ser violento”, como de hecho lo hizo el cantante Kalimba en México, es causa de cancelación. Su delito: ser machista… aunque habríamos ya de añadir “a lo anglo”, porque hace referencia a aquello de “mostrar orgullo por su fuerza y poder” o “ser fuertes y contundentes por tradición”. Kalimba, simplemente, tiene “otros datos”.
El tema del machismo tiene en su haber mucha tela de dónde cortar…por lo pronto hasta aquí quedamos, pero en espera de abundar otros aspectos y otros enfoques.
Hasta la próxima.