General

Todos contra el Insabi

Para nadie es un secreto que la salud pública en México ha avanzado inercialmente pero muy por debajo de los avances logrados en el contexto internacional

Por Feliciano J. Espriella

Al iniciar este 2020, las baterías de los opositores al régimen se han enfocado en el recientemente creado “Instituto Nacional de Salud para el Bienestar” (Insabi). Le han atizado duro y macizo.

Lamentablemente es muy poca la gente que se ha preocupado por informarse a fondo en qué consiste el programa y cuáles son sus alcances. De allí que haya grandes núcleos de la población que en verdad creen que la desaparición del Seguro Popular para crear el Insabi sea un retroceso que redundará en detrimento de la salud de los mexicanos. Craso error.

El nuevo esquema representado por el Insabi, replantea una cuestión de mucha profundidad en relación al tema de salud. Lo que se está haciendo, es replantear el esquema de atención y el esquema de financiamiento, y ello no es algo que se vaya a resolver en unos días ni en unas semanas. Vaya, ni siquiera en unos meses.

Sintetizándolo, el Insabi intenta poner énfasis en reforzar la atención primaria, en reforzar la prevención, en recuperar infraestructura y acabar con la corrupción en la asignación de obras y compra de medicamentos.

Se dice fácil, pero detrás de todo esto hay toneladas de corrupción, componendas y redes de complicidad a las que hay todavía que agregar incompetencia e indolencia del personal responsable. Obviamente se están tocando intereses y ello produce reacciones fuertes que ya se manifestaron en contra de la Ley General de Salud.

Veníamos de un gasto brutal. Veníamos de una simulación. Se compraba supuestamente mucho, se abastecía pero a la gente en el día a día no se le daban sus recetas completas. Ello ha abierto espacios para el golpeteo político en un tema fundamental para la población: la salud.

El derecho a la salud es fundamental

Durante décadas, el postulado descrito por la frase anterior ha sido tema central del discurso político, pero muy poco efectivo en la realidad. Para nadie es un secreto que la salud pública en México ha avanzado inercialmente pero muy por debajo de los avances logrados en el contexto internacional.

Tenemos, como en muchos otros aspectos de la vida cotidiana en nuestro país, excelente nivel de atención médica y hospitalaria para unos cuantos privilegiados mexicanos de primera, entre los que destaca una buena cantidad de arribistas vía política.

En cambio, para millones de compatriotas que tienen la necesidad de atenderse en las instituciones del Estado, la atención es deplorable, por lo general de ínfima calidad y no es de carácter universal, pues el ahora al parecer tan revalorizado Seguro Popular, era sólo para quienes estaban inscritos.

Aunque nadie protestaba, empezando por los panistas que supuestamente eran oposición en el sexenio pasado y al parecer hasta ahora se vienen dando cuenta, nuestro sistema de salud era prácticamente un cascarón. Todas las instituciones de salud oficiales estaban disminuidas al interior. No se habían rehabilitado los hospitales y  las carencias de medicamentos eran enormes, pero en cambio sí había un gasto colosal en salud y medicinas.

Es importante que la gente recuerde esta parte porque pareciera que el PAN defiende todo lo malo, todo lo negativo que generaron ellos mismos y que en realidad se convertía en negocios para ellos.

Ni seguro ni popular

En múltiples ocasiones el presidente López Obrador ha señalado que el tan mentado Seguro Popular, ni era seguro ni era popular, y tiene toda la razón.

A la fecha la mayoría de los mexicanos no tienen seguridad social y el Seguro Popular tampoco era para todos. Era para el sector más desfavorecido y para aquel que se daba de alta. Si una mujer llegaba a dar a luz a un hospital y no estaba registrada en el Seguro Popular, le negaban el servicio, una gran cantidad de mujeres terminaron pariendo en jardines y estacionamientos de hospitales.

O como sucedió en un par de ocasiones aquí en Sonora, enfermos que murieron fuera de hospitales en los que se negaron a atenderlos.

Arreando que es gerundio

Hay que entender que el Insabi arranca a partir de esta falta de infraestructura, falta de recursos, además en el 2º año de gobierno de AMLO, entonces, es comprensible lo que está pasando. El propio presidente ha dicho que se tiene que cambiar la mentalidad de médicos, enfermeras y demás personal del actual sistema de salud.

Uno pensaría que un médico que ha hecho un juramento no dejaría que un enfermo muriera a las puertas de un hospital y sin embargo pasa. Nos pasó aquí en Sonora

La gente a veces quiere que las cosas sean muy rápidas y no pueden ser así. Entonces hay que entender que el cambio tiene que ser gradual. Se requerirá tiempo, pero la universalidad de la atención en el tema de salud llegará.

En un país con más de 60 millones de pobres cuya inmensa mayoría carecen de acceso a instituciones de salud, es imperativo y sobre todo de justicia.

Por hoy fue todo. Gracias por su tolerancia y hasta la próxima.