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Túnel de las Ideas | ¿Por qué existe el mal? Nosotros lo construimos

Si comes demasiado, terminas con tu salud; si cometes un delito vas a la cárcel; si eres violento, difícilmente serás amado; y así podríamos seguir citando las consecuencias de las malas acciones que nunca terminan bien

Por Guadalupe Rojo

Hoy encontraron una bolsa con restos humanos, mataron a seis en Agua Prieta, falta trabajo, la educación está pésima, la pobreza aumenta y lastima de una manera alarmante, no hay medicinas en las instituciones.

Si miramos casos particulares, ahí salimos más lastimados, porque observamos el dolor que está a nuestro lado, y entonces decimos ¿pero es que Dios no ve todos estos males? ¿Cómo puede un Dios que siempre nos han dicho que es infinitamente bueno permitir que estas cosas sucedan en el mundo?

Y entonces la conclusión es ¡Dios no existe y si existe, no es tan bueno como dicen!

Dios existe, y es la causa primera de toda existencia. Si alguien no quiere llamarlo Dios, no importa, podemos pensar que la existencia fue causada por el Big Bang que se produjo por su misma necesidad, o como cada quien quiera.

Sin embargo, el hombre a través de la historia siempre ha concebido la idea de que hay un ser o varios seres superiores que controlan las leyes de la existencia y del universo. Ra para los egipcios, Zeus para los Griegos y muchos más.

Pero ese no es el tema, el tema es ¿por qué existen tantos males en el mundo y a quién vamos a responsabilizar?

Todos estamos de acuerdo en que no somos iguales a los animales, nos diferenciamos de ellos porque tenemos libertad, podemos elegir entre una cosa y otra, entre un bien y un mal, entre verdad y una mentira, entre una acción virtuosa y una intrínsecamente mala

Esta capacidad de elección la tenemos gracias a que tenemos inteligencia, podemos discernir, comparar, razonar, y entonces tomar una decisión, e incluso una vez que hemos razonado convenientemente podemos decidir hacer lo contrario de lo que conviene.

Desde niña pensaba y pensaba ¿por qué tenemos esa capacidad? ¿Que no hubiera sido mejor opción estar programados para no equivocarnos? ¿Qué caso tiene luchar contra nuestra concupiscencia? ¿Luchar por hacer las cosas bien, cuando hacerlas a mi antojo ofrece tanta satisfacción y placer?

Al paso de los años me he dado cuenta que la lucha tiene sentido, porque seguir las inclinaciones malas, finalmente siempre te autodestruye.

Si comes demasiado, terminas con tu salud; si cometes un delito vas a la cárcel aunque momentáneamente goces de riqueza; si eres violento, difícilmente serás amado; y así podríamos seguir citando las consecuencias de las malas acciones que nunca terminan bien, aunque de momento parezca que sí.

Vamos a centrarnos en la libertad, exclusiva de los hombres.

Pensemos aparte de elegir, ¿qué más podemos hacer con la libertad?

Respuesta: amar. Solo los humanos somos capaces de amar, los animales tienen instintos, mas no amor, y sus instintos muchas veces nos dan ejemplo de muchas cosas buenas.

Los lazos de amor son diferentes, San Agustín decía “Ama y has lo que quieras” y José José canta en uno de sus temas, el que ama pretende servir, el que ama su vida la da, el amor es sufrir el querer es gozar… casi todos sabemos querer pero pocos sabemos amar…

El que ama, garantiza no hacer daño al amado.

Si vemos tanto mal en el mundo es precisamente por falta de amor.

Del gobernante a su gobernado, de los padres por los hijos, de los hijos por los padres, de los maestros a sus alumnos, de los alumnos a los maestros, de los patrones a sus empleados, de los empleados a los patrones, de los amigos a los amigos, a los vecinos, y de las naciones a las naciones.

Los intereses personales, van sustituyendo el bien común, por intereses personales o de unos pocos, causando daños que no tendrían por qué sufrirse.

Falta convicción para actuar a favor del bien común y de las buenas causas, todos queremos imponer nuestra manera de pensar sin abrir nuestra mente a escuchar con atención y cariño al que piensa diferente.

El mal existe porque nosotros lo construimos. No busquemos la responsabilidad EN OTRA PARTE.

En el siguiente artículo seguiremos hablando de esto.

Busca incansablemente la verdad.