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Una gran victoria para la vida en los Estados Unidos

La vida es un derecho imprescriptible del ser humano, por lo que aun cuando no esté reconocida expresamente en algún texto positivo jurídico, se trata de la dimensión de lo humano, de la esencia de la persona humana

Por Dr. Jorge Ballesteros

El fallo de la Corte Suprema de EE.UU. sobre anular la protección constitucional al aborto ha sido motivo de celebración, controversia, especulación y división no sólo en dicho país, sino en el mundo entero.

Estados Unidos ha experimentado un creciente movimiento pro-vida que ha hecho un fuerte cambio cultural y social en la sociedad norteamericana y particularmente en su juventud, la cual se autodenomina la “generación pro-vida”. La fuerza del movimiento ha hecho avanzar al país hacia una retirada del aborto, fuerza que se viene consagrando desde la elección de un presidente que se proclamó pro-vida: Donald J. Trump.

El famoso caso Roe vs Wade fue con el que la Suprema Corte de los Estados Unidos legalizó el aborto en los Estados Unidos en 1973 y que ha provocado más de 60 millones de muertes por abortos en estas cuatro décadas.

Es la historia real no contada de cómo montañas de mentiras llevaron a una injusticia que privó a millones de personas de la dignidad humana y los “derechos humanos”.

Una corte reestructurada por el expresidente Donald Trump anuló esta controversial e injusta decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que permitió el aborto en 1973.

Hay seis magistrados conservadores del máximo tribunal estadounidense, incluidos los designados por Trump —Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barret—.

Integrantes de la Suprema Corte de Justicia de EE.UU. Los magistrados anularon la controversial decisión que permitió el aborto en 1973.

Las cortes que resolvieron los casos Roe y Casey tuvieron jueces liberales “muy alejados de las filosofías judiciales y los enfoques de la Corte actual”, opinó Sherif Girgis, un profesor de Derecho en Notre Dame.

La virulenta reacción de la izquierda no se hizo esperar, una senadora demócrata de los Estados Unidos, advierte que habrá una “revolución” porque la Corte anuló el caso Roe contra Wade. (Como sabemos el Partido Demócrata de los EE.UU. está infectado de izquierdistas y progres, que son quienes lo controlan y dirigen sus políticas). Esta senadora demócrata amenaza con guerra y violencia en las calles si se penaliza el aborto en Estados Unidos.

La corrección de esta injusticia por la Corte de los Estados Unidos, del Caso Roe contra Wade, nos demostró que la ideologización y la tiranía política de la izquierda radical no es invencible.

Durante el gobierno de Donald Trump se rompió el control del Estado profundo sobre el pueblo norteamericano y les permitió organizarse a los patriotas y ocupar espacios en el gobierno y en la Suprema Corte de Justicia que antes estaba copada por la izquierda.

Historia del caso: El “peón perfecto”

Es así como encuentran el “peón perfecto” en Norma McCorvey, la Jane Roe en el caso de Roe vs Wade, para la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que permitió el aborto en 1973. McCorvey más tarde se convirtió al catolicismo y se hizo activista pro-vida y luchó para revocar el fallo que lleva su nombre. Ella y otras personas atestiguaron que ella fue manipulada y utilizada por activistas del aborto para lograr su agenda mortal.

En 1970, las abogadas recién graduadas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, Linda Coffee y Sarah Weddington, presentaron una demanda en Texas representando a Norma L. McCorvey (“Jane Roe”). McCorvey sostenía que su embarazo había sido producto de una violación. El fiscal de distrito del Condado de Dallas, Texas, Henry Wade, que representaba al Estado de Texas, se oponía al aborto. El Tribunal del Distrito falló a favor de Jane Roe, pero rehusó establecer una restricción en contra de las leyes sobre aborto.

El caso fue apelado en reiteradas oportunidades hasta que finalmente llegó a la Corte Suprema de los Estados Unidos, la que finalmente en 1973 decidió que la mujer, amparada en el derecho a la privacidad —bajo la “cláusula del debido proceso” de la Decimocuarta Enmienda— podía elegir si continuaba o no con el embarazo; ese derecho a la privacidad se consideraba un derecho fundamental bajo la protección de la Constitución de los EE.UU. y por lo tanto no podía legislarse en su contra por ningún estado.

“Jane Roe” dio a luz a su hija mientras el caso aún no se había decidido. La bebé fue dada en adopción. Roe v. Wade, 410 U.S. 113 (1973) fue decidido finalmente por el Tribunal Supremo de los Estados Unidos, dando lugar a una decisión histórica en materia de aborto. Según esta decisión, la mayoría de las leyes contra el aborto en los Estados Unidos violaban el “derecho constitucional a la privacidad bajo la cláusula del debido proceso” de la “Decimocuarta enmienda” de la Constitución.

La decisión obligó a modificar todas las leyes federales y estatales que proscribían o que restringían el aborto y que eran contrarias a la nueva decisión.

Esta decisión de la Corte fue interpretada como la despenalización del aborto para los 50 estados de la Unión.

En 1995 Norma McCorvey se arrepintió de su actuación y reconoció que parte de su declaración en el juicio no fue verdadera. McCorvey alega que se convirtió en un “peón” de dos ambiciosas y jóvenes abogadas (Sarah Weddington y Linda Coffee) quienes buscaban una demandante que lograra cambiar la legislación que prohibía el aborto en el Estado de Texas.

Sarah Weddington, la abogada que litigó el caso Roe vs. Wade en el Tribunal Supremo, explicó en un discurso en el Instituto de Ética de la Educación, en Oklahoma, por qué utilizó los falsos cargos de violación, hasta llegar al Tribunal Supremo: “Mi conducta pudo no haber sido totalmente ética. Pero lo hice por lo que pensé fueron buenas razones”. Esta mentira ha costado más de 50 millones de muertes de bebés todavía en el seno materno.

Norma McCorvey en 2005, pidió a la Corte Suprema que revisaran el fallo de 1973, argumentando que el caso debería ser visto nuevamente debido a las nuevas evidencias sobre los daños que el procedimiento ocasiona a las mujeres, pero la petición fue denegada.

Hugh Hefner, fundador de la revista pornográfica, Playboy, reconoció su financiamiento para el juicio: “Probablemente Playboy estuvo más involucrada en Roe vs. Wade que cualquier otra compañía. Nosotros aportamos los fondos para esos primeros casos”. Toda esta mafia de perversión sexual y abortos está coludida.

La Corte dominada por liberales, argumentó que los usos de la palabra “persona” en la Constitución no parecen incluir a los que no han nacido. Luego, citando un gran desacuerdo sobre cuándo comienza la vida humana, la Corte dijo que “no es necesario resolver” esta difícil pregunta.

En lugar de considerar la evidencia científica de que la vida comienza en el momento de la concepción, o incluso permitir que las legislaturas protejan a aquellos que nunca han demostrado ser otra cosa que seres humanos, la Corte decidió tratar a los niños por nacer simplemente como “vida potencial” e impedir que la gente o sus representantes electos determinen lo contrario.

El contenido central de Roe vs. Wade es que “el aborto debe ser permitido a la mujer, por cualquier razón, hasta el momento en que el feto se transforme en “viable”, es decir, “sea potencialmente capaz de vivir fuera del útero materno, sin ayuda artificial”.

La viabilidad se coloca cerca de los siete meses (28 semanas) pero puede ocurrir antes, incluso en las 24 semanas. Antes de esta “línea de la viabilidad”, la Corte sostuvo que el aborto debe estar disponible cuando sea necesario para proteger la salud de la mujer, que la Corte definió ampliamente en el caso Doe vs. Bolton.

El caso Roe vs. Wade es el caso emblemático sobre el aborto, hasta la actualidad, por las cuestiones que plantea. Entre ellas: cuándo y en qué medida el aborto debe ser considerado ilegal; quién debe decidir si el aborto sea o no ilegal; qué métodos debe usar el Tribunal Supremo al momento de adjudicar derechos constitucionales; y qué papel pueden cumplir los enfoques religiosos o morales particulares en la esfera política.

Roe v. Wade transformó la política nacional, dividiendo al país en pro-Roe (abortistas) y anti-Roe (provida), inspirando un fuerte activismo de ambos lados.

Los críticos de Roe sostienen que la decisión es ilegítima porque se desvía del texto y de la historia de la Constitución, imponiendo la misma política de posibilidad del aborto en todos los Estados. Otra crítica argumenta que la opinión de la mayoría de la Corte no reconoció los derechos de la vida humana fetal, desde la concepción hacia adelante.

Roe ha sido criticada por varios jueces de la Corte Suprema e incluso por expertos legales que favorecen el aborto legalizado.

El juez Byron White la llamó “un ejercicio de poder judicial bruto”. El profesor de derecho de Yale, John Hart Ely ha dicho que Roe es “una decisión muy mala… Es mala porque es una mala ley constitucional, o, mejor dicho, porque no es una ley constitucional y casi no tiene sentido de la obligación de intentar serlo”.

Edward Lazarus, exsecretario del juez Harry Blackmun que escribió la opinión de Roe, dice que “Roe, como una interpretación constitucional, es prácticamente imposible de defender”.

La vida es un derecho imprescriptible del ser humano, por lo que aun cuando no esté reconocida expresamente en algún texto positivo jurídico, se trata de la dimensión de lo humano, de la esencia de la persona humana y por esa situación deben tomarse en consideración cuando se trata de discernir lo mejor, especialmente tratándose del ser humano, constituyendo así el fundamento del orden constitucional.

Poco a poco, y con el desarrollo del movimiento pro-vida, se fue tomando conciencia por parte de la ciudadanía de que el aborto es realmente un acto brutal, en que se asesina al hijo mientras vive dentro de la madre, provocando traumas aún mayores en las mujeres que abortan y dejando desamparados a los más inocentes.

El movimiento ha visto los frutos de su trabajo, en la medida en que han ido decreciendo continuamente el número de abortos, siendo el año 2017 el año con menos muertes desde que se aprobó en 1973. Así, el movimiento fue ganando espacio en el debate público, popularidad y fuerza, para que posteriormente asumiera Donald Trump como presidente, quien había asegurado un fuerte compromiso provida.

Es así como Trump, al asumir la administración del país, concreta de forma manifiesta este paulatino cambio llevado lentamente por la sociedad hacia la defensa de la vida. Desde entonces, Trump permitió que los estados dejasen de financiar a la multinacional Planned Parenthood (proveedora de clínicas de abortos en todo el país) desfinanciando poco a poco a este gigante económico; junto con ello, el presidente prohibió que el dinero procedente de impuestos fuera dirigido a financiar abortos en el extranjero; le advirtió al congreso que vetaría cualquier ley que terminase con la vida humana; durante su gobierno se permitió la objeción de conciencia contra los seguros obligatorios que incluyen el aborto, así como ha obligado a que las compañías revelen si sus planes cubren el aborto; ha señalado que le quitará el financiamiento a las universidades estatales que impidan la libertad de expresión de sus alumnos; Nombró a personas pro vida en puestos judiciales importantes, siendo el más conocido el nombramiento de Brett Kavanaugh como juez de la Corte Suprema junto con Niel Gorsuch, esto acercó al país a la derogación de fallo Roe vs Wade, lo que abrió la posibilidad de una nueva interpretación respecto de la licitud o ilicitud del aborto.

La defensa de la vida no acaba aquí, apenas empieza, pues ahora los estados serán quienes determinen si el aborto estará o no disponible en cada entidad federativa. Así que hay mucho que hacer. “Dios bendiga a América”.