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Viraje a la izquierda de Latinoamérica

En este momento los países estratégicos en América Latina están en manos de políticos de izquierda, algunos con pasados de guerrilleros, narcotraficantes, líderes estudiantiles, agitadores, opositores

Por Dr. Jorge Ballesteros

Colombia decidió dar un salto al vacío. Con el triunfo del izquierdista Gustavo Petro en la segunda vuelta presidencial de este domingo la democracia del país cafetero comienza a transitar un camino incierto.

La nación que se había mantenido firme por la senda de la libertad finalmente cayó en manos del socialismo del siglo XXI, la nueva corriente del comunismo que ha dejado muerte y miseria a su paso y que pese a haber tenido un espejo en la vecina Venezuela, Colombia no escarmentó por la experiencia ajena.

Gustavo Petro saltó a la política formal guiado por la doctrina de la Teología de la Liberación; fue Alcalde de Bogotá y uno de los más encarnizados opositores del expresidente Álvaro Uribe.

En Colombia como en toda Latinoamérica el voto es emocional, la gente vota por hartazgo de las mismas políticas, de los mismos partidos, de los mismos políticos que saltan de un partido a otro, de la corrupción del gobierno, de las falsas promesas, del olvido de la ciudadanía por parte de sus dirigentes que solo les interesa el poder y que ven el puesto público como un botín para enriquecerse, de la falta de un proyecto nuevo de nación, de la falta de principios y doctrina, todos los partidos son iguales, se han corrido al centro.

Esta frustración de la ciudadanía es canalizada por la “inteligencia” de los centros donde dirigen a la izquierda para preparar una adecuada ingeniería electoral basada en alimentar este hartazgo, este resentimiento, este descontento, señalando como culpables de todos los males de la nación ya sean reales o imaginarios a los partidos políticos y a los viejos políticos.

Les presentan a un mesías de izquierda que va a resolver todos los problemas y los va a llevar al paraíso como país y todos vivirán en la abundancia, ya que la pobreza, la inseguridad y la corrupción desaparecerán por obra y gracia de este mesías.

La gente da un salto a lo desconocido, votando por sus verdugos, sin analizar, sin pensar, votando con su corazón o con su hígado de una forma totalmente emocional, sentimental e irracional. La gente es presa de esta enorme manipulación, todo lo que necesitan las masas, es que les señalen un culpable para que sea blanco de su odio y de toda su frustración y ofrecerles el remedio en el comunista merolico que les va a resolver todos sus problemas.

La gente no tiene memoria histórica, ni cultura política, se les vende un candidato como si fuera una mercancía publicitada, como se compra un artículo en el supermercado, por su presentación y envoltura sin analizar su contenido. Gustavo Petro así se les vendió, a pesar de ser un guerrillero y asesino del movimiento M19 que en 1985 tomó por asalto el palacio de Justicia de Colombia y que dejó una decena de desaparecidos y casi 100 muertos.

La gente cree lo que quiere creer, y estos populistas de izquierda, gente sin escrúpulos, acostumbrados a mentir, prometen y prometen cosas pueriles, imposibles de cumplir, que la gente cree, porque lo que busca es esperanza y es lo que se le vende, como el payaso de López Obrador que dijo “Se va acabar la corrupción cuando yo gobierne porque yo no voy a ser corrupto”, cuando en realidad los más corruptos de su administración son su propia familia (empezando por los holgazanes de sus hijos, que sin trabajar se volvieron millonarios).

La otra tontería que dijo: “Voy a acabar con la delincuencia y el crimen organizado con abrazos y no balazos y cuando se porten mal los voy a acusar con su mamá y con su abuelita”. Para desternillarse de la risa si no fuera porque es una cruel realidad, que ha costado cientos de miles de muertes de mexicanos y que López Obrador les permitió a los carteles del crimen organizado controlar un tercio del territorio del país.

¿Cómo ir más allá de esas emociones? Idealmente a través de educación política, lo que hoy no hay.

Adoctrinamiento no es lo mismo que educación porque la educación promete ser libre, el adoctrinamiento te esclaviza a un solo dogma. Se debe de tratar de contagiar el pensamiento crítico, educación política, contagiar en la gente la necesidad de pensar en vez de sentir

Porque el sentimiento es irracional, los animales también sienten cosas, pero los seres humanos también pueden pensar, en política más que sentir hay que pensar, pero eso se trata de una militancia muy complicada porque se tiene que generar mucha conciencia en la gente.

Los colombianos también eligieron a Francia Márquez, su primera vicepresidenta afrodescendiente. Feminista, antirracista, activista comunista y su llegada puede poner en peligro sin duda a las mujeres colombianas y a la niñez, porque Francia ha puesto su discurso y su lucha política en la ideología de género, en la lucha racial, y en los grupos marginados. Igual que la Kamala Harris en los Estados Unidos.

La elección de Colombia tiene implicaciones para el tablero de la región, América latina sigue con un fuerte viraje a la izquierda y será en el 2024 cuando se complete el mega ciclo electoral del continente.

Petro se presentó por tercera vez a elecciones (los centros de poder hacen su planeación a varios años de distancia) Las encuestas anticipaban una contienda reñida y esta semana se hizo del poder con 11.2 millones de votos, 2.7 millones más que en la primera vuelta y tuvo una distancia de más de 700 mil votos con respecto a su contrincante, el empresario Rodolfo Hernández.

Sin embargo, no va a estar fácil para Petro ya que el 47.3 % de los votantes no le dieron su voto y el país sigue teniendo fuerte protestas, el proceso de paz no se ha terminado y las guerrillas siguen teniendo presencia y como lo sabemos bien no es lo mismo estar en la izquierda y ser oposición ha ser gobierno (generalmente la izquierda hace un gobierno desastroso).

El mandato de Petro se suma al de otros líderes de izquierda en la región como el de Luis Arce en Bolivia, Alberto Fernández en Argentina, Gabriel Boric en Chile, Pedro Castillo en Perú, y el de Manuel Andrés López Obrador en México. 

El megaciclo electoral en la región aún tiene varias fichas, en octubre va ha haber elecciones en Brasil y el candidato más fuerte es el izquierdista Ignacio Lula Da Silva; en el 2023 los argentinos van a las urnas y Fernández ya adelantó que va a buscar la reelección.

El 2024 será un año clave porque habrá cambios en las presidencias de el Salvador, Panamá, Uruguay, Republica Dominicana y México por supuesto.

En este momento los países estratégicos en América Latina están en manos de políticos de izquierda, algunos con pasados de guerrilleros, narcotraficantes, líderes estudiantiles, agitadores, opositores. Hoy el viento sopla hacia la izquierda en nuestro continente. A las elecciones presidenciales están llegando candidatos comunistas radicales, habrá que seguir esto con sumo cuidado para no dejarnos seducir por las falsas promesas de populista de izquierda como pasó en México en que se votó por un comunista, torpe, ignorante y corrupto como López Obrador que está destruyendo al país.