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Vocación por el Derecho

Nombre: Eduardo Blanco Cervantes

Edad: 34 años

Originario de Hermosillo.

Estudió: Licenciatura en Derecho

Empresa: Despacho Porchas Blanco Abogados

Área: Asesoría y Defensa Laboral a patrones y trabajadores

Dirección: Dr. Pesqueira 83, esquina Marsella; Col. Centenario.

Por Gabriel Fontes Lohor

Desde muy temprana edad Eduardo descubrió su vocación. Siempre estuvo latente en su interior de una forma muy sutil: ayudar ante las injusticias. Inquieto por descubrir el mundo de la abogacía, un tanto movido por esos Tribunales norteamericanos que vemos en series de televisión, se fue acercando al Derecho y ahí comprendió el verdadero campo de batalla que se libra en un Despacho Jurídico, ante todo, disciplina, constancia y disposición.

Eduardo y su socio David Porchas, son la segunda generación al frente de “Porchas Blanco Abogados”, iniciado hace casi 30 años por el experimentado litigante Rubén Martín Porchas Castro.

Actualmente, haciendo uso de las redes sociales y estableciendo nuevos esquemas empresariales al interior del Despacho, esta empresa continúa brindando sus servicios y atendiendo a clientes prácticamente las 24 horas del día, a través de sus chats.

A continuación la charla:

¿Cómo fue que te interesaste por estudiar derecho?

Regularmente, los que estudian Derecho son hijos de abogados o familia de abogados. El único pariente abogado que tenía era un tío, esposo de una hermana de mi mamá. En lo personal Derecho siempre me llamó la atención.

Estuve involucrado en temas de civismo, Banda de guerra, escolta, cuestiones de los valores del país y las leyes. Me llamó la atención eso de participar en grupos sociales.

Después brinqué al tema de asociaciones civiles ya más formales. Ahí me di cuenta de las organizaciones, las estructuras y fue cuando me decidí por estudiar derecho.

Nunca tuve en la cabeza ser litigante de profesión, siempre pensé que era más por el tema de tribunales o juzgados.

En sexto o séptimo semestre cuando tenía que hacer prácticas profesionales le pedí chance a mi tío que ya tenía su despacho de muchos años, éxito, prestigio. Me dijo que sí, que me diera la vuelta a su oficina y empecé a irme todos los días. Ahí ya lo agarré como como disciplina. Hacía las prácticas, pero también me daban un apoyo. De ahí me fui enrolando. Jamás me iba a imaginar que me iba a dedicar al derecho laboral. Pero le agarré gusto y cariño. Terminé la carrera y me ofrecieron quedarme.

¿Tenías otra carrera en mente?

Antes de estudiar Derecho llegué a pensar estudiar psicología, medicina, industrial, informática… Fue en el último año de prepa donde dudé. Pero siempre quise estudiar Derecho.

¿Cómo pasó que te quedaste finalmente en este Despacho del Lic. Porchas?

Terminé la escuela, me quedé en el despacho. Había abogados con mucha experiencia, muy reconocidos que después salieron de ahí y tuvieron cargos importantes, en gobierno o dependencias. Aprendí de todos ellos. A mí me tocó el ‘boom’ del despacho, donde tenía demasiado trabajo. Aprendí de los dos lados a defender patrones, a defender trabajadores.

Salieron otras oportunidades y me invitaron a otros proyectos, tuve oportunidad de trabajar en gobierno en algunas dependencias en áreas jurídicas, tanto municipio como Estado.

Después me invitan de regreso al Despacho ya en un plan de sociedad. Un hijo de mi tío, primo hermano mío, había estudiado Derecho y había entrado al despacho. Y me dijo, ‘quiero que ustedes ya se hagan responsables, se vayan formando para irse quedando con esto’. Era finales, 2019. Le dije que sí, pero debía cerrar las cosas que estaba haciendo. En enero 2020, falleció mi tío. Platiqué con mi primo y asumimos el rol entre los dos y nos constituimos como sociedad.

Y es que un Despacho al final de cuenta es una empresa con todo lo que implica… ¿Fue complicado dar ese paso?

Es una empresa, porque tienes que tienes buscar clientes, dar servicio, aprender a cobrar, generar. El abogado en el tema laboral es más complicado porque no cobra ni un peso cuando es por el trabajador, hasta que se resuelva el juicio.

Entonces ahí es donde se le apuesta a que le vaya bien al trabajador.

¿Es difícil ser empresario?

Es difícil empezar una empresa. Si nada más estás invirtiendo, invirtiendo y no tienes ganancia. Nosotros nos sentamos y dijimos tenemos que empezar a tener flujos para poder seguir con la operación diaria. Entonces empezamos a buscar y con “igualas” de empresas que nos contrataban, arrancamos ya con la operación de la oficina.

¿Cómo conseguir el cliente es cuál es la estrategia?

Como abogado creo que es mucho a la persona. Que te conozcan, que sepan que sabes, y que les vas a resolver. Es mucho de lo que transmites como organización.

Si es un despacho, debe tener un lugar donde está, dónde lo voy a localizar en internet, si tiene comentarios, referencias.

¿Cómo te das a conocer?

Tienes que crear como cualquier negocio, presencia en Google, en redes sociales, página de Internet, tienes que tener actividad, tienes que contestar si te piden información.

¿Es un servicio de atención al cliente en el primer contacto?

Sí, pero creo que eso es más de información y difusión, no tanto para captar clientes.

¿Subir un tipo de contenido?

Sí, obviamente pues va a ser atractivo para alguien que esté buscando ver que comparten información y pues de cierta forma eso te hace experto en ese tema.

Al día de hoy es mucha recomendación directa, el abogado es casi como el doctor: “a mí me funcionó, me resolvió”.

En tu caso los respalda la historia del Despacho de respaldo…

Es el nombre del despacho, la experiencia y el prestigio. Está muy alta la vara de un despacho de tantos años. Y Laboralistas en Sonora son pocos. Nosotros tenemos la fortuna de venir empujando o ser la segunda generación de un despacho serio y de un despacho respetado.

Nosotros no tuvimos la dificultad de construir un prestigio, sería más bien el cuidado de seguir con ese prestigio que a veces es más difícil, porque te exigen. Nos formamos al nivel que exige el Despacho. Una de nuestras tareas es seguir dando el servicio a los clientes que siempre nos han dado su confianza.

¿Qué consideras ha sido lo más complicado que has tenido que aprender?

Es muy diferente ser empleado a ser el dueño del negocio. Entré en el despacho en 2010. Y a la distancia a este 2023 fue todo un proceso. Lo más difícil es asumirte que eres el patrón y que sigue siendo quien tiene que trabajar.

El separar el rol sobre todo cuando es un prestador de servicios pero que coordina una empresa, porque tenemos empleados. Tareas que van desde pagar IMSS, pagar Infonavit, pagar impuestos. Eficientar los gastos. Esa parte de asumir el rol administrativo de una empresa. Porque es diferente a ser abogados independientes.

Recuerdo que la primera quincena cuando entró a trabajar alguien en área de recepción, yo no tenía en la cabeza el tema de la quincena, de repente me dice, oiga licenciado, ya es quincena y yo, ¡ah!… se me se me olvidó la primer quincena. Entonces detallitos, así que no traía el chip de ser patrón o ser empresa.

¿Como empresa, el Despacho también está afiliado Coparmex?

Así es somos socios. Somos miembros de la Comisión de Jóvenes.

¿Por qué les llamo la atención de entrar a esta actividad en Coparmex y qué funciones tienen?

En lo personal, fue por invitación de Eduardo Lemmen Meyer, Presidente la Comisión de Jóvenes de Coparmex. Cuando el entra, en una labor de invitar a empresarios jóvenes, nos invita a afiliarnos y nos integramos a la Comisión que él preside.

Nosotros coincidimos hace tiempo en grupos de participación social. El objetivo de crecer como generación. Como despacho, hemos patrocinado en las actividades de la Comisión, participamos como patrocinadores del Primer Foro de Empresarios Jóvenes de Coparmex.

¿Y ahorita cuál es la visión que tiene la Comisión de Jóvenes Coparmex?

Es formar a los empresarios jóvenes, que sean gente de bien. Y que obviamente se preparen en los mayores temas posibles para que crezca su negocio, minimizar riesgos, profesionalizarse. Capacitarse. Y un tema muy importante si eres patrón, es la Ley, que te impone muchas obligaciones. Nosotros como despacho, participamos en eso, en orientar. Tratamos de abrir los ojos a esa realidad, ya los tiempos son muy diferentes.

¿Qué mensaje le darías a aquella persona o personas que quieren iniciar un negocio?

Trabajar en un despacho es complicado, hacer un despacho es más complicado. Creo que aplica igual para cualquier negocio, empezar de cero es complicado si no tienes un flujo que te cubra tus necesidades básicas.

Creo que es importante que si tienen un ingreso fijo vayan armando un negocio paralelo. Ese es el Consejo que muchos expertos lo dan. De algo fijo y te da la tranquilidad de ver a largo plazo, a lo mejor como inversión.

Entonces si están pensando en empezar un negocio, pues una de dos, o se hacen de un buen ahorro, donde consideren de perdida que no van a ganar ni un peso en 1 año. Y que el negocio pueda crecer de tal forma que para ese tiempo ya tenga que estar generando.

Además que sea algo que les guste y que sepan hacer y que se hagan expertos. Ya no hay todólogos, el que abarca mucho aprieta poco.

Y que entre más temprano empieces es mejor. Parte de mi formación es que empecé a trabajar desde la carrera, entonces no hubiera sido la misma si no trabajo en la carrera.