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¿…Y aquello de “nada ni nadie por encima de la Ley”?

Integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

COMO SE ESPERABA, el Presidente tronó contra las y los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declararon inconstitucional el traslado de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa.

Vale la pena reparar en una expresión de López Obrador, en su “mañanera” de este miércoles: “las y los ministros actuaron de manera facciosa; no utilizaron su criterio jurídico, sino el político”.

Aquí valdría la pena recordar el texto del Artículo 21 Constitucional donde se aborda la naturaleza de la Guardia Nacional. Y fue una reforma promovida por la “4-T”, aprobada el día 26 de marzo del año 2019:

“Las instituciones de seguridad pública, incluyendo la Guardia Nacional, serán de carácter civil, disciplinado y profesional”.

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de la Republica.

No sólo eso. Cuando la Presidencia de la República anunció la creación de la Guardia Nacional, reiteró que se operaría a través de un mando civil, así fuese un militar en retiro, como lo fue su primer titular, el General Luis Rodríguez Bucio. Después, AMLO cambió de opinión y  por decreto, envió a este organismo a depender, operativa y administrativamente, de la SEDENA.

Luego entonces, Presidente, ¿Por qué debieron las y los ministros de la Corte, votar a favor de reiterar la violación a la Carta Magna en este caso, tal y como procedieron en las cámaras de diputados y senadores?

¿Dónde quedó aquello de “nada ni nadie por encima de la Ley?

López Obrador fue particularmente agresivo con quienes emitieron ocho de los once votos en el Poder Judicial Federal, para echar abajo su decreto que movilizó la Guardia Nacional a la SEDENA:

“Actuaron como en el pasado; regresaron a los tiempos de Calderón y García Luna”, expresó.

En realidad, nada tiene qué compararse la interpretación de la norma constitucional con las actuaciones de actores del pasado ni del presente.

La ira presidencial no pudo ocultarse nuevamente, porque sus ansias dictatoriales colapsaron. Sólo fue eso.

Y EN SONORA, las declaraciones del nuevo secretario de gobierno, Adolfo Salazar Razo, increpado por los reporteros ayer, marcó dos precedentes… El primero, es que el gobierno de Alfonso Durazo, al parecer, ya tiene un secretario de gobierno, vivo y actuante… A quien se le pidió la bola en el arranque de esta semana –Álvaro Bracamonte- siempre estuvo ausente y fue más inútil que útil… El otro precedente es que Salazar Razo, encargado de la política interior en el Estado, también estaría dispuesto a anteponer el interés de su partido, MORENA, por encima de la Ley, cuando de tratar de solucionar asuntos se refiera… Cuestionado por la sentencia emitida por la Corte sobre la Guardia Nacional, dijo que “lamentaba” dicha resolución porque, “si bien es cierto se observa la legalidad, también tiene qué verse el interés general”… No se sabe si Salazar estudió Leyes, pero si acaso cursó tres semestres de esa carrera, debió haberle quedado claro que las leyes tienen el carácter general como una de sus características principales y que una de las múltiples facultades que tiene la Suprema Corte de Justicia de la Nación es velar por el respeto y cumplimiento de las disposiciones de la Carta Magna, así sean por leyes emitidas por un Congreso de la Unión que, a todas luces, ha violado la Constitución, aparte de que es otro Poder que integra el Estado Mexicano… Bueno… No hablar… Si por la víspera se saca el día…

CUANDO el pueblo habla… Ayer, día de simulacro nacional por la cultura de la protección civil y la prevención, en Ciudad Obregón, la directora del CBTIS 188 de la colonia “Luis Echeverría”, Dora Quevedo Valenzuela, logró una autorización de la Subsecretaría de Educación Media y Superior de la SEC, para llevar a cabo un simulacro con las y los estudiantes del plantel, ante el supuesta presencia de una balacera… Este tipo de ejercicios de prevención, no surgen de la mente de las autoridades, sino de la gente de la calle…