¡8,200 millones! Una inmensa fortuna de inversión pública en Sonora; ¿Será?

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín
HEMOS señalado constantemente la miseria en que el Presidente López Obrador ha dejado a varios estados del país, -excepción del sureste mexicano- y también hemos insistido en las dudas respecto a los constantes anuncios del Gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, sobre millonarias inversiones en varios rubros.
Hemos también supuesto que el optimismo del mandatario sonorense está basado en su extraordinaria cercanía personal con AMLO y que, al final del día, los compromisos públicos se harán realidad para beneplácito y beneficio de las y los sonorenses.
Hasta ahora, la política presupuestal aplicada por el Presidente de la República ha dejado sin inversiones mayores a Sonora.
La cancelación del Fondo Minero nos dejó sin 1,500 millones de pesos anuales para obras comunitarias en aquellas regiones donde operan las compañías mineras, los recursos para diversas obras prioritarias se han visto reducidas, drásticamente, sin que las y los legisladores federales de MORENA levanten su mano para lograr más dinero.
Sin embargo, la gran esperanza estriba en esa buena relación entre el Gobernador y el Presidente.
Durazo ha anunciado, por ejemplo, recursos federales para mover las vías del tren del casco urbano de Nogales; la disposición de 5 mil millones de pesos para construir la carretera Chihuahua-Guaymas; más de mil millones de pesos para modernizar el puerto de Guaymas. Todo –hasta ahora-, sólo han sido anuncios.
Pero ayer, Durazo dio a conocer que López Obrador le autorizó varias obras que, de llevarse a cabo –en serio- marcarían un antes y un después en la imagen de Sonora ante el país y ante el mundo.
El mandatario sonorense hizo referencia a la “generosidad” del Presidente, al autorizarle en su visita más reciente al Estado, inversiones por más de 8 mil, 200 millones de pesos, que se aplicarían en comunidades indígenas, para rehabilitar los parques de La Sauceda en Hermosillo y la Laguna del Náinari, en Ciudad Obregón.
No sólo eso, se construiría con esos recursos una ciudad universitaria en Cajeme (el segundo municipio más violento de México) y se concluiría el “Homeport” de Puerto Peñasco, entrada y salida de cruceros.
Si este anuncio se hace realidad, sería la inversión pública federal más importante del presente siglo.
Quisiéramos ser optimistas y no recordar que “del dicho al hecho hay mucho trecho” y también nos es difícil olvidar aquella gestión de la entonces presidenta municipal de Hermosillo, Célida López Cárdenas, que de una promesa presidencial de enviar 500 millones de pesos para arreglar las calles de la ciudad, sólo llegaron 280 millones y, el resto, los dispuso SEDATU en proyectos para la capital de Sonora, fuera de contexto y hasta ahora, frustrados.
Ojalá y el Presidente le cumpla a Durazo. Esperemos que lo haga, por supuesto.
EL INEGI dio a conocer resultados de una investigación para obtener de la ciudadanía, su percepción de las políticas gubernamentales… El problema número uno en el país y Sonora, es la inseguridad… En nuestro Estado, de 100 habitantes mayores de 18 años, 76 se sienten inseguros… El segundo problema reconocido por la gente es la corrupción… De 100 personas adultas 85 están totalmente seguras de que existe mucha o poca corrupción, pero se da en todos los ámbitos gubernamentales… Y el tercer problema es la pobreza… Los programas asistenciales del Presidente están garantizando el aumento del número de pobres en este país… El fracaso de esa política está garantizado… En vez de motivar la imaginación y creatividad para desarrollar autoempleo o mayor capacitación, se impulsa la existencia de grupos sociales atenidos a la dádiva gubernamental…
LA VIOLENCIA en México y en todo el mundo, es una señal inequívoca de que aumenta la degradación social… Existe ya una descomposición social que no tiene la más mínima consideración para la vida humana… Los valores y la espiritualidad, cada día se envían al olvido y una vida basada en la maldad y la ilegalidad, nos hace cometer crímenes abominables… Ayer, en Celaya, Guanajuato, un comando armado irrumpió en un bar y empezó a disparar a diestra y siniestra… Más de diez muertes… En Texas, ayer mismo, un joven de 18 años asesinó a su abuela y después se dirigió a una escuela primaria para matar a 18 niñas y niños y a un maestro… La diferencia entre las políticas de gobierno estadounidense, ante la evidencia criminal, es que el policía “gringo” abate al asesino, mientras que en México se defienden los derechos humanos de quienes, en medio de la total impunidad, disponen violentamente de vidas humanas… ¿Y la misión del Estado de proteger a la sociedad?… Bueno, esto último es algo que no está en el diccionario del Presidente.