¿Logrará EPN echar al PRI de Los Pinos?
Por Feliciano J. Espriella /
Si ese es su objetivo, no lo podría estar haciendo mejor.
Con el más bajo nivel de aceptación que jamás haya tenido presidente alguno, Enrique Peña Nieto parece conducir a su partido político con mano, eso sí muy firme, a una catástrofe mucho mayor a la que acaba de padecer.
Mes tras mes ha venido acumulando agravios y golpes directos a la precaria situación económica de la población, a la vez que emprende acciones contrarias a sus promesas de campaña.
Después de la corrupción, lo que los mexicanos más detestamos de los políticos, son las falsas promesas de campaña. El presidente ha dado muestras claras de culpabilidad en ambos atributos negativos.
En un video que aún circula por la red, el candidato Peña Nieto ofreció al igual que en multitud de foros y escenarios, que de llegar a la presidencia de la república, reduciría las tarifas de energía eléctrica. En dicho video declaró:
“Tú has visto a lo largo de esta campaña que la gran mayoría de la gente me dice: ‘Oiga no me alcanza. No le puedo dar a mi familia todo lo que necesita porque no me alcanza sencillamente’.
“A las familias mexicanas les llega un recibo de luz que se ha venido encareciendo en los últimos años. Con la Reforma Energética voy a bajar el costo de la luz eléctrica. Les va a llegar un recibo de luz, por menos.
“Y ese es un compromiso que yo he hecho con todos los mexicanos. Se trata de que cada familia mexicana, sienta los beneficios de un buen gobierno, día a día”.
Hace un par de semanas se anunció un incremento a las trifas de la CFE, las cuales, según su entonces director general y ahora presidente nacional del PRI, podrían experimentar nuevos incrementos en corto plazo.
Apenas unos días antes se habían hecho aumentos a las gasolinas, el segundo en menos de 30 días y después de haber lanzado al aire hará cosa de tres años, millones de spots radiofónicos y televisivos con el ofrecimiento de que no habría más aumentos en el resto del sexenio.
Menos del 30% de los mexicanos aprueban a su presidente
Según las últimas encuestas, sólo para el 29% de los mexicanos es satisfactoria la labor de su presidente y todavía le quedan dos años en los que es muy probable siga descendiendo.
En el cuarto año del sexenio de Ernesto Zedillo, el entonces presidente contaba con una aprobación cercana al 60%, según datos de Ulises Beltrán en un ensayo publicado en Nexos en marzo de 2015. En el cuarto año, Vicente Fox le pegó al 55% y Felipe Calderón estuvo más o menos al mismo nivel.
En el octubre previo a que cada uno terminara su mandato, su aprobación, según la misma fuente, estaba de la siguiente manera: Zedillo quedó cercano a 65%, Fox tuvo 58% y Calderón salió con poco más de 40%.
Estamos en el cuarto año de Enrique Peña Nieto y muy lejos está del índice de aprobación de sus tres antecesores. Según la encuesta publicada hace unos días por El Universal, la desaprobación de su mandato está en el peor índice de su historia: 63%. La aprobación ronda el 29%.
Ladran Edna, señal de que vas caminando
Parafraseando una presunta conversación atribuida a Don Quijote de la Mancha con su escudero Sancho Panza y que en realidad Cervantes no escribió, me referiré brevemente a los ataques que a últimas fechas han sido dirigidos a la coordinadora de comunicación social del Gobierno del Estado, Elda Molina Yepiz.
Una aclaración que considero pertinente.
No recuerdo que jamás alguien nos haya presentado y mucho menos que hayamos tenido alguna conversación, mi única referencia con ella, quien primero que funcionaria de gobierno fue una excelente comunicadora, es haber sido su telespectador en sus noticieros de Telemax y seguirnos mutuamente en Twitter desde hace algunos años.
Siguiendo la idea de la frase, me parece que algo debe estar haciendo bien, o muy bien, para que sistemáticamente desde hace varias semanas haya sido objeto de ataques por comunicadores identificados plenamente como aquellos que en su tiempo encontraban excelentes todas las acciones de los que ‘qué bueno que ya se fueron’.
No sé qué parámetros utilizarán quienes denuestan la labor que se realiza en comunicación social y la reprueban, pero me parece que si la gran mayoría de quienes somos directamente beneficiados o en su defecto perjudicados por los servicios que presta la dependencia, los consideramos muchísimo mejores que los que recibimos en la administración pasada, la dependencia cumple con su responsabilidad.
Y en última instancia, ¿Qué no le corresponderá juzgar y calificar el trabajo de la coordinadora de comunicación social a quién le confirió el nombramiento, la gobernadora Claudia Pavlovich?
Por hoy fue todo, gracias por su tolerancia y hasta la próxima.