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Autoempleo, una vía exitosa para personas con discapacidad

Por Imanol Caneyada /

APREMIO, a través de los distintos donativos que recibe, pone a disposición de los interesados las instalaciones y la infraestructura necesarias para que desarrollen su actividad profesional

Una carpintería, un vivero y un área de reciclaje conviven en la esquina que forman las calles Margarita Maza de Juárez y Camelia, en Hermosillo. Ahí usted puede llegar a encargar un mueble hecho a la medida conforme al diseño que proponga, o bien comprar una surtida variedad de plantas para la oficina o el hogar; si tiene una empresa que maneja plástico, puede contratar los servicios de reciclaje.

En medio de este entramado empresarial, se encuentran las oficinas de la Asociación Pro-Rehabilitación del Minusválido APREMIO, la primera IAP que hubo en Sonora, fundada en 1985.

Aparentemente la combinación es muy sui géneris; pero durante 31 años han logrado mezclar con éxito conceptos como el de autoempleo, cooperativa y asistencia privada.

El doctor Alfredo Valdés y José Placencia, coordinan los esfuerzos de la Asociación Pro-Rehabilitación del Minusválido APREMIO, fundada en 1985.
El doctor Alfredo Valdés y José Placencia, coordinan los esfuerzos de la Asociación Pro-Rehabilitación del Minusválido APREMIO, fundada en 1985.

Al frente de este esfuerzo se encuentran Juan Granich y el doctor Alfredo Valdés, además del administrador de la asociación: José Placencia.

El lugar está abierto a todo aquel que quiera autoemplearse en alguna de estas áreas; la única condición es que tenga algún tipo de discapacidad motriz.

Esther, Eleuterio y Nacho, trabajan con dedicación y paciencia en el cuidado de las plantas del vivero.
Esther, Eleuterio y Nacho, trabajan con dedicación y paciencia en el cuidado de las plantas del vivero.

Si no tiene experiencia, poco a poco, con perseverancia y empeño, irá aprendiendo de los más antiguos, algunos de ellos con 30 años acudiendo a este centro a trabajar, nos explica el administrador, como don Manuel, ingeniero agrónomo, quien coordina el vivero, o Nacho, con 29 años de experiencia, o Eleuterio, con 18, o Esther. Todos ellos se autoemplean en el vivero, son sus propios jefes. Todos ellos tienen alguna clase de discapacidad.

La clave, nos aclaran, es que la IAP no emplea a la gente, sino que a través de los distintos donativos que reciben, ponen a disposición de los interesados las instalaciones y la infraestructura necesarias para que desarrollen su actividad profesional.

Por su lado, como en el caso de la carpintería, los trabajadores se han constituido en cooperativa y utilizan la carpintería de APREMIO para cumplir con los pedidos.

Ramón es especialista en torno y carpintería, con más de tres décadas de experiencia.
Ramón es especialista en torno y carpintería, con más de tres décadas de experiencia.

Ahí, Ramón, especialista en torno y carpintero, y Rafael, carpintero egresado de la antigua Escuela de Artes y Oficios, y otros tantos dan los últimos toques a un juego de sillas con paciencia y virtuosismo.

A un lado, Jesús Manuel, músico y poeta, hace 16 años que se dedica al reciclaje del plástico.

El espacio, propiedad de la IAP, tiene mucho más potencial, nos dice Juan Granich, presidente de la asociación; por ejemplo, tiene una galería que quieren acondicionar para albergar la manufactura de ropa.

En ese sentido, la asociación se ha acercado en repetidas ocasiones al Gobierno del estado para que los tome en cuenta como un posible proveedor; en el sexenio pasado se encontraron con una cerrazón total. La actual administración ha mostrado cierto interés, pero aún no concretan nada.

Jesús Manuel, dedica toda una jornada a la dura labor del reciclaje de plástico.
Jesús Manuel, dedica toda una jornada a la dura labor del reciclaje de plástico.

La labor de APREMIO, nos indica el doctor Valdés, además de proporcionar herramientas laborales para que las personas con discapacidad encuentren formas de sustento, también es una manera de integración e inclusión a la sociedad y una terapia para superar la depresión que puede causar la minusvalía en quien la padece.

Así que la próxima vez que necesite una planta para su jardín o un mueble para la sala, piénseselo dos veces y dé una vuelta por APREMIO, se sorprenderá.