Los ‘ninis’ crecen en Sonora, tentados a caer en la delincuencia y drogas
Por Gerardo Moreno/
*Expertos relacionan esta problemática social con incidencia delictiva
*La falta de oportunidades de empleo formal los hace vulnerables
*Deserción escolar va de la mano con adicción, y esta con violencia
Luis hace malabares con tres pequeños limones verdes que alcanzó a cortar camino a su “trabajo”. En el cruce de boulevard Ignacio Soto y calle Panamá, espera cada rojo del semáforo y frente a la fila de autos ofrece su show al raso del sol. “Tengo que buscar cómo comer”, así resume esa realidad de miles de jóvenes que, por distintas razones, abandonan la escuela y no encuentran un empleo formal.
Son los ninis, un ejército en constante crecimiento en el país. El fenómeno de jóvenes de 15 a 25 años de edad que no estudian ni trabajan. Un problema latente en Sonora. Pero aunque todos conocen, aceptan y ven, nadie se preocupa por atender a este sector de la población, dejándolos en el olvido, presa fácil de caer en la drogadicción, las promesas de obtener ganancias robando o incluso de grupos criminales.
El joven Luis abandonó la secundaria, actualmente dedica un par de horas al días al entretenimiento urbano improvisando con limones. Así obtiene algunas monedas que caen más por misericordia de los automovilistas que por su habilidad.
Cuando platicamos con él, vestía una raída camiseta gris, totalmente sucia, pantalón de mezclilla y un par de tenis rojos. Aseguró que desde hace tiempo no va a la escuela, no le interesa y ni siquiera ha intentado buscar otra forma de subsistir. Supone que no encontrará. Mejor busca sobrevivir como puede; prefiere pedir en las calles que estar robando. Quizá es uno de los pocos jóvenes, otros se dejan seducir por el dinero fácil.
Un serio problema que deben reconocer
Según datos del Banco Mundial (en el estudio Ninis en América Latina: en búsqueda de una oportunidad) el 22% de la población de entre 15 y 25 años de edad entra en la categoría de persona que no estudian ni trabajan, lo que representa más de 20 millones jóvenes.
El documento asegura que el mejor camino para terminar siendo un nini es la deserción escolar por trabajar en el mercado informal, lo que después se combina con la falta de oportunidades para un empleo mejor pagado. Esto se mezcla con otros factores como el grado de marginación, desintegración familiar y drogadicción.
Pero el problema es que en países como México, Colombia y en todo Centroamérica, este sector de la población terminó engrosando las filas del narcotráfico y el crimen organizado. Por ejemplo —asegura el estudio—, en nuestro país hay una relación directa entre el crecimiento de los ninis y la tasa de homicidios, en especial en estados fronterizos como Sonora, donde precisa que del 2008 al 2013 la población joven que no estudian ni trabajan creció en 1% mientras que la tasa de homicidios creció un 2.59% por cada 100 habitantes.
Por otro lado, el Banco Interamericano del Desarrollo señala que México se encuentra en cuarto lugar regional (apenas en la media) con un promedio de 20% de jóvenes entre 15 y 24 años que son ninis. Solo por debajo de Nicaragua con 31%, Honduras con el 25%, y Colombia, Guatemala, El Salvador y Perú empatados en tercero con 22%.
¿Cuántos hay en México? ¿Y Sonora?
En el país se estima que hay alrededor de 7.5 millones de jóvenes entre los 15 y 29 años de edad que son ninis. Según la Encuesta Intercensal 2015 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México hay un total de 30.6 millones son jóvenes entre este rango de edad, lo que representa casi el 26% de la población.
De estos, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo de INEGI, solo el 32.9% cuentan con educación media superior, es decir que la gran mayoría no estudió la preparatoria, lo que impacta directamente en la tasa de desempleo entre jóvenes que es del 7.2%, y de los que sí tienen un trabajo, el 61% está en el sector informal, prácticamente a un paso de ser ninis.
En Sonora, según el INEGI, hay un total de 721 mil 861 jóvenes de entre 15 y 29 años de edad. De estos, un 10.8% se encuentra en calidad de “desocupada”, lo que representa alrededor de 79 mil jóvenes sin oficio (datos al cierre del primer trimestre del 2016). Entre los adolescentes de 15 a 19 años, el 15.3% está desocupado.
A la luz de estas cifras, resalta que el 48% de los jóvenes que sí laboran, es en el sector informal. Empleos caracterizados por ser de jornadas largas, con sueldos muy bajos, es decir, están a un paso de dejar el trabajo y convertirse en ninis o buscar otra opción que representa más ingresos.
Lo anterior se explica por la falta de escolaridad y preparación para obtener mejores empleos, ya que del grupo de entre 15 a 19 años de edad, el 32.1% no asiste a la escuela, cuando deberían estar cursando la preparatoria o incluso ya haber comenzado la universidad. Y de los jóvenes de entre 20 y 24 años de edad el porcentaje aumenta al 72.2%.
Este mundo de jóvenes sin ocupación o estudios, se vuelven personas vulnerables que son fáciles de envolver por el dinero fácil que representa el crimen, algo que se ha visto reflejado en la incidencia delictiva.
Crecen ninis, crece la delincuencia
El Dr. Miguel Székely, director del Instituto de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, en su estudio Juventud Ociosa en América Latina: Un problema persistente en una década de prosperidad, precisa que hay una correlación directa entre los jóvenes que no estudian ni trabajan con los delitos que se comenten en el país.
Asegura que en México el fenómeno nini abarca a 1.2 millones de jóvenes de entre 15 y 18 años de edad, de los cuales se identificó que el 35% ha cometido o sigue cometiendo delitos del fuero federal. Es decir que hay 420 mil adolescentes que no estudian ni trabajan dentro de la delincuencia.
En Sonora, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, al cierre de julio del 2016 se habían cometido un total de 1,659 delitos del fuero federal, donde resalta violaciones a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, con 255 casos de personas detenidas con armas de fuego.
Además se presentaron 131 casos de delitos contra la salud (considerados como narcomenudeo).
Cabe destacar que del fuero común, en el mismo reporte del Sistema Nacional de Seguridad, se contabilizó un total de 29 mil 214 delitos, donde resalta el robo en todas sus modalidades con 11 mil 986 (casi la mitad con violencia).
En Hermosillo, 40% de los menores infractores son ninis
Por su parte, Martha Flores Contreras, Jefa de la Unidad Municipal Especializada en Adolescencia de Hermosillo (encargada de atender a los menores de entre 14 y 17 años que comenten faltas administrativas) detalló que el 40% de los menores infractores que son presentados ante la policía municipal entran en la categoría de jóvenes que no estudian ni trabajan.

“Definitivamente estoy convencida de que sí influye que ellos anden en la calle, que tengan tanto tiempo libre. El hecho de no hacer nada, andan viendo a ver en qué se entretienen y el principal factor es la comunicación que debe existir entre los padres y los niños, también motivarlos e impulsarlos para que estudien y tengan alguna actividad extra escolar”, expresó.
En abril atendieron a un total de 143 menores infractores, en mayo fueron 250, en junio fueron alrededor de 200, para julio la cifra total fue de 276 y en agosto cerraron con 201. La principal falta fue deambular por las calles bajo los influjos de alguna droga, participar en riñas y escandalizar en la vía pública.
Ante esta realidad, Martha Flores Contreras expresó que como padres de familia debemos ser los primeros en ocuparnos de que los hijos se dediquen a ir a la escuela, aun cuando el joven no le guste, porque dejar pasar esta situación influye directamente en que después termine incurriendo en faltas administrativas que, dijo, después serán delitos más graves.
Precisó que los jóvenes infractores que llegan a la Unidad Especializada se les aplican medidas de corrección para buscar recuperarlos e infundirles valores a través del servicio comunitario. Además si se detectan otros problemas se canalizan al DIF, al área de psicología de la dirección de Seguridad Pública o incluso a la Secretaria de Desarrollo Social, para que los resuelvan y logren seguir estudiando, incluso, hay casos de éxito.
“Los jóvenes gritan, piden atención. Eso es lo que solicitan de los padres. Y hay que canalizar su energía en cosas positivas, si están en la adolescencia hay que tratar de encausarlos y darles herramientas para que se mantengan en el camino”, resaltó.
Escuela, vacuna contra la problemática
Para la doctora Lucila Abril Montaño, directora de los Centros de Integración Juvenil en Hermosillo, el factor de desocupación de jóvenes (sobre todo en la adolescencia) es una situación de grave, vulnerable para caer en el consumo de drogas, lo cual está relacionado indudablemente con actos de violencia y criminalidad.

Precisó que además de los factores de riesgo y presión normales de todos los jóvenes para consumir drogas, quienes tienen truncados sus estudios están más expuestos a caer en las presiones para consumir estas sustancias.
Advirtió que el rango de mayor riesgo es entre 9 y 15 años de edad, es decir que abandonan la primaria y la secundaria, porque al no estar en la escuela estará en contacto con otros lugares donde el riesgo y presión para consumir estas sustancias es mayor y ellos no están preparados psicológicamente para decir “no” y a la larga pueden terminar siendo adictos.
En cuanto a los jóvenes de entre 15 y 24 años —rango de preparatoria y universidad—, estos cuentan con mayor madurez y conocen del tema, pero al ver trunca su carrera y en conjunto con otros problemas emocionales pueden terminar enredándose en la adicción.
“El estar en esta condición de no estudiar o trabajar genera que no pensemos bien al no tener un proyecto de vida o una aspiración a la cual trabajar y eso provoca que haya mayor vulnerabilidad en nuestro actuar ante estas sustancias y por supuesto que todo consumo de drogas está relacionado con situaciones de violencia y delincuencia”.
La doctora Abril Montaño aclaró que la clave para que los problemas de drogadicción no lleguen a los jóvenes y adolescentes es no permitirles dejar la escuela porque ahí se les genera un ideal al cual aspirar.
Precisó que el problema es integral y deben involucrarse todas las instituciones públicas, privadas, de gobierno, asociaciones civiles y la sociedad en general debe poner atención para poderles brindar a estos jóvenes una salida a su condición diferente a las drogadicción.
Autoridades deben poner atención
El doctor Alejandro Navarro, Sociólogo de la Universidad de Sonora, dijo que casi todos sabemos que existen estos jóvenes e incluso se han advertido ciertos factores de riesgo o vulnerabilidad que generan esta condición, sin embargo, no se ha atendido como se merece.

“Tiene mucho que ver con la cuestión de la economía y la generación de empleos, pero también de la capacidad de las autoridades de educación para absorber a estos estudiantes para que no abandonen la escuela, pero también de las universidades para ofrecerles un lugar y las condiciones socio-económicas de las familias que les permitan apoyarlos”, comentó.
El maestro Navarro recalcó que desde el Gobierno no se sabe a ciencia cierta si hay algún programa orientado específicamente a este sector de la población que ataque directamente los factores que provocan que los jóvenes dejen de estudiar y no encuentren trabajo.
Talentos desperdiciados
Por su parte, el presidente en Sonora de la Confederación Patronal Mexicana (Coparmex), Marcelo Meouchi Tirado, consideró que exista este fenómeno en Sonora y el país es verdaderamente lamentable, porque son jóvenes que por diferentes condiciones terminan echando a perder sus vidas que pudieron ser bastante productivas para ellos de manera personal y también para el estado.

Meouchi Tirado señaló que todos tenemos un talento de productividad el cual es una realidad que se desaprovecha cuando un joven termina siendo nini, por lo cual dijo que la clave está en buscar que todos logren desarrollar objetivos claros en la vida y apoyarlos para que los desarrollen.
“Si no tienes objetivos es fácil que caigas en la enfermedad de depresión y eso hace caer en problemas más grandes porque buscas escapatorias falsas a la realidad que vives y ahí se puede caer en problemas de adicciones, problemas de comportamiento o incluso problemas delictivos para sostener tú no productividad”.
ISJ, buscan atacar problemática con programas
Para la directora del Instituto Sonorense de la Juventud (ISJ), Brianda Vivian, el fenómeno de los jóvenes que no estudian ni trabajan es una realidad que se debe atacar a través de programas de que vayan encaminados a promover el desarrollo de las capacidades y talentos de cada persona.

Indicó que desde el ISJ ya están implementado programas como la “Orientación Vocacional”, donde el instituto tiene un área para apoyarlos a que sepan que estudiar o que oficio desarrollar y cómo lograrlo. “Consentido joven”, donde esta una línea telefónica 213-09-23 para dar asesoría psicológica a cualquier joven que lo ocupe. “Becas de Inglés”, para que los jóvenes puedan estudiar este idioma y encuentren oportunidades que se presentan al ser un estado fronterizo.
Así como el programa “Jóvenes en Movimiento”, que se trata de entregas de apoyos a muchachos ubicados en zonas vulnerables y de alta criminalidad, para incentivarlos a no dejar sus estudios y así combatir la delincuencia. Y la vinculación con la Secretaría del Trabajo, donde se promoverán ferias de empleo para jóvenes y así puedan acceder a las bolsas de trabajo disponibles para ellos.
“La invitación a los jóvenes que se molestan porque les digan ninis y también a todos los jóvenes, sin excluir a ninguno, a aprovechar las actividades que promueve el instituto porque están planeadas para desarrollar su potencial y generarles oportunidades”, añadió.