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Estilismo: vocación y éxito 

Activa y vigente durante más de 50 años porque nunca he dejado de aprender y de compartir. Cuatro generaciones de clientas satisfechas

Por Luz María Córdova Encinas

Desde una perspectiva muy simplista y modestia aparte, me considero una mujer triunfadora. Una mujer exitosa. Alcanzar el éxito para mí, va más allá de alcanzar una alta posición social, económica o política, lo cual tiene sus méritos y no tiene nada de reprobable, aunque muchas veces lograrlo implica fuertes dosis de sufrimiento, sacrificios personales y familiares que demeritan el valor de lo alcanzado.

Para mí el éxito consiste en poder hacer a lo largo de toda nuestra existencia, aquello que a uno le apasiona y para lo que la vida nos concedió habilidades. Eso es lo que yo he hecho casi desde que tengo uso de razón. Antes de cumplir ocho años descubrí mi pasión por el estilismo, aunque en aquella época a la actividad no se le conocía con ese nombre.

Mis muñecas y el pobre gato de la familia fueron mis primeros clientes. Después convencí a mi mejor amiga de cortarle el cabello. Tenía una larga y abundante cabellera que convertí en melena y aunque a ambas nos encantó, nuestras madres no fueron de la misma opinión y nos aplicaron severos castigos. Precio del aprendizaje, digo en la actualidad.

Soy orgullosamente originaria de San Pedro de la Cueva, en donde estudié mi primaria e hice mis pininos en corte de cabello y peinado. Tenía como guía revistas francesas que recibía mi abuelo y a mí me fascinaban.

Al terminar la primaria me enviaron a Hermosillo a estudiar secundaria. Me hospedaron unos familiares a los que les correspondía peinando y de vez en cuando haciéndoles algún corte a las mujeres.

Al terminar la secundaria me las arreglé para no regresarme al pueblo de inmediato. Fui con una conocida que tenía una sala de belleza y le pedí trabajo. Confió en mí y me aceptó.

Empecé como ayudante al tiempo que iba aprendiendo, de tal manera que a los pocos meses ya dominaba los principales servicios y empecé a tener mi propia clientela. Principié a ahorrar también, pues desde el principio me propuse tener mi propio Salón y como mis clientes iban en aumento, pronto reuní lo suficiente para independizarme. A los 17 años tuve mi primer Salón de Belleza.

Como todo mi aprendizaje había sido empírico, sentía la necesidad de capacitación profesional. Por ello, al poco tiempo de establecida me fui durante varios meses a la Cd. de México a capacitarme en L’Oreal, la más importante línea de belleza de aquel tiempo.

Desde entonces no he dejado de capacitarme para lo cual he viajado no sólo por todo el país, sino también por todo el planeta. Desde 1974, año en el que asistí al Hair World Championship, el evento de estilismo más importante del mundo que se realiza cada dos años y en esa ocasión fue en París, Francia, no ha habido un año en el que no haya asistido a algún evento importante de belleza en los más apartados lugares del planeta. Prácticamente en todos los continentes.

Tuve una academia de belleza durante varios años y fui presidenta fundadora de la única asociación de belleza que ha perdurado por más de diez años en nuestro país. Fueron más de 20 años en los que a través de la asociación de estilistas que inicié a principios de los 90s, ofrecimos capacitación y actualización a miles de estilistas sonorenses. Para ello trajimos a Sonora a los más grandes exponentes del estilismo nacional y una buena cantidad de figuras de corte internacional. Con el apoyo de un entusiasta y generoso grupo de colegas, en el que destaca mi gran amigo Gilberto Rivas, logramos posicionar al estilismo sonorense en un lugar preponderante en el contexto nacional.

Ese es todo mi secreto. Me he podido mantener activa y vigente durante más de 50 años porque nunca he dejado de aprender y de compartir con mis colegas parte de lo que he podido aprender.

El éxito de mis negocios y mis propias inquietudes me abrieron la puerta para participar en organizaciones empresariales. He sido representante de los estilistas en Canacintra, en dos ocasiones miembro del Consejo Directivo de Canaco, presidenta de la Comisión de Mujeres Empresarias de Coparmex durante seis años, además de Pro Secretaria primero y Secretaria después, del Consejo Directivo.

Mirando en retrospectiva mi vida, considero que mi mayor éxito en la vida ha sido dejarme guiar por el llamado de mi vocación, a la cual me entregué. El estilismo me ha dado todo y yo le he dado todo al estilismo.

Una de mis mayores satisfacciones ha sido encargarme del arreglo de novias a cuyas madres y abuelas también arreglé en sus respectivas nupcias. Incluso, algunas de ellas me han llevado después a sus hijitas para cortarles sus cabellitos. Cuatro generaciones de clientas satisfechas es algo de lo que una se puede enorgullecer.

Por todo esto, a una edad en la que la mayoría de las personas se están retirando o ya se retiraron, con orgullo puedo afirmar que sigo activa y vigente. Amo lo que hago y seguiré haciendo mientras el Señor me lo permita, y por supuesto, mientras siga habiendo gente linda que me siga confiando su arreglo personal.

 

*Luz María Córdova, propietaria de “Luz María Salón”; cinco décadas de trayectoria; representante del gremio en Canacintra y Coparmex