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Aumentar las defensas en la época actual es vital

Alimentos
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Nuestro sistema inmunológico cuenta con un ejército de células (linfocitos T) que vigila ataca y se come los invasores (virus)

Por Redacción

La salud es el derecho de nacimiento del hombre. Por lo mismo cada ser humano debe poner atención al cuidado de todo su cuerpo, no olvidemos que a nivel mundial cada vez es mayor la contaminación debido a los movimientos gravitacionales hay mucha contaminación en el agua que consumimos diariamente la de los mares por y cada día nos están intoxicando con nanopartículas de los alimentos que se encuentran en productos tan comunes como las galletas de chocolate, o diversas mezclas de productos envasados en este tipo de productos las nanopartículas son la forma de presentación del dióxido de silicio (aditivo estabilizante, E 551) ó del dióxido de titanio (E 171), colorante muy utilizado en muchos productos alimentarios en infinidad de medicamentos,  pastas de dientes o en cremas solares. En Europa se clasificó el dióxido de titanio como cancerígeno por inhalación y no olvidemos el exceso de metales pesados, las cargas electromagnéticas por el uso indiscriminado de equipos virtuales y el mayor contaminante el celular que además ha ocasionado accidentes muy graves y han terminado con la vida.

El arma contra los virus

Nuestro organismo posee un arma poderosa para protegerse de los rigores del clima y de la próxima llegada del invierno: nuestro sistema inmunológico. El cual se pone en marcha ante la presencia de los enemigos infecciosos y otras muchas enfermedades. Pero igual que un arma tenemos que cuidarlo para que cumpla su misión de protección: debemos engrasarlo, mimarlo y nutrirlo adecuadamente. El sistema inmunológico se defiende de las agresiones externas siempre y cuando lo tratemos bien, y esto puede lograrse con productos naturales y poco agresivos, llevando una dieta bien balanceada a base de frutos, verduras, cereales integrales, leguminosos y semillas, practicar ejercicio regular y evitar los hábitos negativos que afectan nuestras defensas.

Nuestro sistema inmunológico cuenta con un ejército de células (linfocitos T) que vigila ataca y se come los invasores. El timo (glándula situada detrás del esternón) y la médula ósea son el cuartel donde viven y se reproducen estas células. La piel y las mucosas son como una especie de barrera natural que cierra el paso a los invasores más fuertes.

Cuando un extraño (virus o bacteria) supera las barreras superficiales, saltas la primera alarma. Sale a la defensa la primera tropa de valedores, los macrófagos, que encuentran al enemigo y lo devoran. En una segunda línea llegan los linfocitos T y B, que son como soldados especializados que producen anticuerpos. Cuando un linfocito reconoce al invasor empieza a producir células capaces de neutralizarlos, además de células memoria que fotografían al agresor y mantienen vivo su recuerdo. De esta forma si el incauto virus vuelve a presentarse, enseguida es reconocido y atacado. Si los linfocitos no son suficientes para repeler la agresión de los gérmenes, se redoblan las armas. Por lo tanto debemos aumentar y potenciar nuestro sistema inmunológico. Aumentando las células defensivas volviéndolas más fuertes y optimizando su capacidad de comunicarse. Pero también mejorando el medio ambiente donde vivimos y disminuyendo la reproducción de radicales libres.

Los grandes enemigos que debemos tener en cuenta y que son determinantes para que no debilite nuestro sistema inmunológico.

Fármacos. Antibióticos, anestésicos, e inmunodepresores son los principales culpables, porque impiden a los granulocitos a producir sustancias químicas que maten las bacterias o bien inhiben la función de los linfocitos.

Fumar. Los fumadores absorben cadmio un metal muy tóxico que inhibe los anticuerpos, exponiendo al organismo a un mayor número de infecciones. Además los macrófagos de los pulmones no protegen a los fumadores de enfermedades porque el tabaco reduce su capacidad para destruir los virus, bacterias y células cancerosas. Cuando se deja el tabaco el sistema inmunológico vuelve a cumplir su función defensiva en pocos meses, aunque la acumulación del humo queda permanente en los pulmones.

Estrés. Reduce la actividad de las células asesinas naturales (killer) y de los linfocitos T contra los agentes patógenos. Cuando estamos sanos estas células se reproducen velozmente para hacer una amenaza, pero el estrés contribuye a paralizarlas. De acuerdo a investigadores se ha demostrado que las personas estresadas se ven más afectadas por una gripe o un constipado que una persona que vive con mayor tranquilidad.

Alcohol. Una bebida alcohólica no hace daño al sistema pero 3 o 4 en una tarde lo debilitan perjudicando a los linfocitos. Las defensas vuelven a la normalidad cuando se elimina el consumo de alcohol, pero en ese tiempo el organismo está más expuesto.

El sedentarismo. La poca o inexistente actividad física mantiene un sistema inmunológico sin entrenamiento. El desplazamiento de un lugar a otro implica que el organismo se expone a diversos ambientes, por lo tanto sus defensas están en constante alerta.

Una dieta pobre en vitaminas y minerales. Una alimentación con poca fruta, verduras frescas no garantiza la falta de vitamina A y C. por lo que sugerimos ingiera un litro de agua serenada con el jugo de 2 limones diario consuma jugo de zanahoria y tome el sol.

Defensas.

Complementos naturales

Propoleo: Es esencialmente un antifúngico, antivírico y antibacteriano muy efectivo como preventivo y curativo de las enfermedades de las vías respiratorias, tanto superiores como (anginas, faringitis, laringitis, gripe, resfriados en general), inferiores (bronquitis).

Comprimidos de ajo y cebolla. La alicina que contienen son un bactericida muy eficaz.

Jengibre: Es una planta antiinflamatoria natural que se puede integrar diario en la dieta como condimento en diversos platillos, tortillas, salsas, en infusiones.

Equinácea: Refuerza las defensas estimulando la producción de leucocitos (encargados de combatir las infecciones) y sus polisacáridos tienen una comprobada acción antivírica también tiene una acción antiinflamatoria que ayuda a aliviar los dolores de artrosis, es un remedio excelente para la inflamación de las encías, los catarros, la sinusitis etc.

Infusiones combinadas de Eucalipto con tomillo menta y anís. Tomillo con gordolobo pino y eucalipto se recomienda en cuadros de tos y bronquios.

Ejercicio: El entrenamiento físico moderado pero constante potencia las defensas, facilita la función de los macrófagos, encargados de luchar contra los virus las bacterias y aumentan los glóbulos blancos.