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Cazador de mitos de la Historia

Entrevista con el historiador Alejandro Rosas; investigador, catedrático, y un apasionado en desmitificar de la historia que nos contaron de México

Por Rosa Chávez Cárdenas

Alejandro Rosas, se cree cazador de mitos y dice hablar con los muertos, los espíritus le han dictado algunas obras como: “Mitos de la historia mexicana”, “Sangre y Fuego”, “365 días para conocer la historia mexicana”, “99 pasiones en la historia de México”.

Historiador por vocación y curiosidad, en su preparación estudió Relaciones Internacionales en la UNAM y se preparó como historiador en la Editorial Clío. Desde pequeño influenciado por su abuelo se interesó en la historia de México, se ha hecho famoso por desmentir muchas historias que nos presentan en la materia y en los libros de historia que llevamos en el sistema escolar. No a todos les agrada que desmitifiquen las creencias de ídolos como Benito Juárez, Miguel Hidalgo que por tantos años nos han hecho creer. Como dijo Albert Einstein “es más fácil destruir un átomo que una creencia”, pero Rosas nos muestra las evidencias.

Los libros que le regaló su abuelo fueron la semilla que sembró la curiosidad por adentrarse en la historia; pero qué niño tan raro a sus 13 años, su atención estaba puesta en la segunda guerra mundial. Su bisabuelo el coronel Crispín Robles Villegas, maderista revolucionario del cañón de Juchipila, Zacatecas, por andar de opositor a la dictadura huertista perdió la vida. Su bisabuelo, Don Crispín tomó las armas y se fue a la revolución, falleció en 1914. Su abuelo quedó huérfano a los 9 años.

Alejandro, compartió la historia de su bisabuelo 27 años después en su novela Sangre y Fuego. “El libro de mi abuelo me abrió el universo del que no volví a salir: la historia de México”.

Su abuelo fue su referente para la historia de México, en sus cartas leía de la terrible dictadura de Porfirio Díaz, la historia que nos han contado el pueblo bueno y el malo de Don Porfirio, con la que crecimos muchos, odiando al presidente, décadas después nos damos cuenta que en todas las épocas hay buenos y malos, los libros tienen influencia del poder en turno, por eso tenemos que leer libros de los buenos historiadores.

Enrique Krauze, su mentor, ejerció gran influencia en su vocación. “Quedé fascinado por la forma como Krauze contaba la historia, como hacía uso de la biografía para encontrar las claves y comprender a los personajes, de la anécdota”.

Sandra Molina, Alejandro Rosas y Rosa Chávez

Recién había entrado a la facultad de ciencias Políticas y sociales de la UNAM en 1988 se le ocurrió escribirle a Krauze, en su carta le dijo que tenía buena ortografía, redacción y que sabía escribir a “máquina”. Le interesaba ser su ayudante, sin remuneración económica. La carta la envió por el tradicional correo. Dos meses después recibió una llamada que lo dejó sin aliento, de parte de la oficina del ingeniero Enrique Krauze. La sorpresa fue mayúscula, fue contratado como asistente de investigación, con buena paga. Su vida cambió para siempre, fue el inicio de lo que hoy lo ha hecho famoso.

Aprendió en la práctica, se metió a las bibliotecas, a los archivos, a cientos de libros, en esa caminar se dio cuenta de sus preferencias: la biografía y la escritura. Como le dijo su maestro Krauze: “Para escribir bien, hay que leer literatura”. Pero antes de eso y cuando se inscribió en la facultad, el sueño era ser político y posteriormente presidente de México; se inscribió en Ciencias Políticas, pero terminó en Relaciones Internacionales.

Hoy en día se la pasa en la presentación de sus libros, hablando de historia en la televisión, en la radio, ya no le interesa ser presidente de México.

En su libro “Érase una vez México” que escribió con Sandra Molina, asegura que México no se llama oficialmente como nos han hecho creer: Estados Unidos Mexicanos. “No existe ningún documento donde se establezca oficialmente que nuestro país lleva ese nombre”. ¿De dónde surge la creencia? “De los usos y costumbres que se desprenden de la Constitución de 1917. En 1824 siguiendo el modelo de la Constitución de Estados Unidos que le llamaron Estados Unidos de América. Fue para 1857 que los constituyentes la llamaron República Mexicana”. Colabora en la revista “Relatos e historias en México” en W Radio, Co-conductor con Sandra Molina y Francisco Martín Moreno, en el programa “El refugio de los conspiradores”, en Proyecto 40. Es muy prolífico, lleva publicados más de 25 libros. Además ejerce la docencia y la investigación en la Universidad Autónoma de México, donde es catedrático. Y ha destacado también por su labor en la Editorial Clío, para la que ha publicado numerosos ensayos, tanto propios como en una importante labor de recopilación.

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