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Considera EU el asilo a hondureños

Con la esperanza de detener la reciente oleada de migrantes en la frontera suroeste, la Administración Obama está considerando permitir que cientos de menores de edad y adultos jóvenes procedentes de Honduras ingresen a Estados Unidos sin hacer el peligroso viaje a través de México, de acuerdo con un borrador de la propuesta.

De ser aprobado, el plan llevaría al Gobierno a examinar a miles de niños y jóvenes en Honduras para ver si pueden entrar a Estados Unidos como refugiados o por razones humanitarias de emergencia.

Éste sería el primer esfuerzo estadounidense para refugiados en una nación accesible por tierra a Estados Unidos, informó la Casa Blanca, lo que coloca a la violencia en Honduras en el nivel de emergencias humanitarias de Haití y Vietnam, donde tales programas se han realizado en el pasado en medio de guerras y crisis importantes.

Críticos del plan estuvieron prestos para atacar, al decir que le daba un nuevo significado a la definición legal de un refugiado y que sólo incrementaría el flujo de migración a Estados Unidos.

La intención del plan es reducir la acometida de menores que cruzan a Estados Unidos ilegalmente procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, que ha abrumado a la frontera suroeste este año.

Más de 45 mil menores sin la compañía de un adulto de esas tres naciones han cruzado la frontera estadounidense desde el 1 de octubre, lo que ha forzado al límite los recursos federales al grado que algunas agencias agotarán sus presupuestos para el próximo mes, según declaró el Secretario de Seguridad Nacional, Jeh Johnson.

Se cree que muchos de los niños, particularmente en Honduras, huyen de peligrosas pandillas callejeras, que reclutan a la fuerza a miembros y extorsionan a propietarios de casas y negocios.

La ONU estima que 70 mil miembros de pandillas operan en las tres naciones.

Funcionarios de la Administración confirmaron estar considerando la idea, aunque enfatizaron que no se ha tomado todavía la decisión de llevarla a cabo.

Indicaron que la idea es una de muchas que son discutidas por funcionarios de la Casa Blanca y de los Departamentos de Estado, Seguridad Nacional, Justicia, y Salud y Servicios Sociales.

La propuesta señala que el programa piloto costaría hasta 47 millones de dólares durante dos años, asumiendo 5 mil solicitantes y que aproximadamente mil 750 personas fueran aceptadas.

De tener éxito, sería adoptado también en Guatemala y El Salvador.

Los niños serían entrevistados por empleados estadounidenses de inmigración capacitados para tratar con menores, y se establecería un centro de reubicación en Tegucigalpa, la capital hondureña, con asistencia de organizaciones internacionales como la Organización Internacional para Migración.

De acuerdo con el borrador, la Administración considera abrir el programa a personas menores de 21 años.

También sugirió ofrecer la entrada por razones humanitarias de emergencia a algunos de los solicitantes que no calificaran para el estatus de refugiado.

Mark Krikorian, director general del Centro para Estudios de Inmigración, que apoya controles más estrictos sobre la inmigración, señaló que la propuesta incrementaría, no detendría, el flujo de migrantes centroamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos.

«Claramente es una mala idea», aseguró Krikorian.

El plan preliminar podría crear un desafío espinoso para la Administración, porque la definición de refugiado es legalmente específica, y los niños que huyen de las pandillas callejeras podrían tener dificultades para entrar en ella.

De acuerdo con la ley estadounidense, los refugiados son personas que huyen de su país de origen por miedo a ser perseguidas por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o membresía en un grupo social particular.

El borrador del plan señalaba que el 64.7 por ciento de los menores no acompañados por un adulto que solicitaron asilo este año lo consiguieron, lo que sugiere que las autoridades de inmigración han considerado creíbles sus afirmaciones de peligro inminente.

Con eso en mente, el anteproyecto sugirió que entre el 35 y 50 por ciento de los solicitantes en Honduras podría ser considerado para el rescate, una cifra que la Casa Blanca afirmó que estaba inflada.

El primer borrador, añadió la Casa Blanca, era la más generosa y la menos probable de las opciones que la Administración está considerando.

La cantidad de personas que sean aceptadas es crucial, porque los refugiados califican para asistencia pública a su llegada a Estados Unidos.

Kevin Appleby, director de Migración y Servicios para Refugiados en la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos, dijo que el plan sería recibido con agrado, siempre y cuando no sustituya a las protecciones que los niños centroamericanos actualmente reciben bajo la ley estadounidense.

«Este programa definitivamente sería un reconocimiento formal por parte de la Administración de que estos niños son refugiados», expresó Appleby.

Se tiene programado que este viernes Obama se reúna con los Presidentes de Honduras, Guatemala y El Salvador en la Casa Blanca en un esfuerzo para instar a los líderes centroamericanos a hacer más para ayudar a detener el flujo de niños que huyen de sus países hacia Estados Unidos.

NEW YORK TIMES