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Obregón: Crónica de una ciudad lastimada

Entre la rabia y el dolor por la muerte de Alma Lourdes, cientos de personas salieron a manifestarse a las calles golpeadas por la violencia.
Entre la rabia y el dolor por la muerte de Alma Lourdes, cientos de personas salieron a manifestarse a las calles golpeadas por la violencia.

El asesinato de Alma Lourdes despertó la indignación de la comunidad cajemense; exigen a las autoridades un freno a la ola de violencia

Por Antonio López Moreno

Tras el doloroso crimen cometido en contra de Alma Lourdes a quien le arrebataron cobardemente la vida en su lugar de trabajo, el municipio de Cajeme vive consternado y con el latente deseo de que la inseguridad se reduzca.

La sede de los poderes es Ciudad Obregón, un municipio en donde sus habitantes respiran tranquilidad, con un clima de paz que se nota al transitar por la localidad. Sin embargo la incidencia delictiva da cuenta de hasta 50 homicidios mensuales.

El 25 de agosto, más de 600 personas se unieron a una marcha por el caso de Alma, quienes reiteraron su llamado de justicia para que el caso no quede en la impunidad.

Con temperaturas superiores a los 45 grados y una sensación térmica compleja, los manifestantes entonaron frases para externar su disgusto ante la violencia desmedida.

Idalia Valenzuela, madre de la joven asesinada en carnicería. 

Incluso su madre, Idalia Valenzuela, se dijo sorprendida por el enorme respaldo ciudadano.

“Agradecer de todo corazón a nombre de Alma Lourdes, a nombre de Lía, a toda la población de Cajeme, de Sonora, de todo México, porque de todas partes se han solidarizado con nuestro dolor, de nuestra pérdida”.

Con lágrimas en los ojos y la voz cortada, pidió garantías que ninguna mujer pase situaciones similares.

“Yo estoy temblando, tuve un día muy complicado, lo único que quiero es agradecer a todos, me dejan con la boca abierta de todo el apoyo. Que lo que le sucedió a Alma no vuelva a pasarle a ninguna muchacha”.

Anabel Espinoza, de colectivos feministas, llama a las mujeres no quedarse calladas.

Una ciudad de riesgo para las mujeres

Las mujeres de Obregón perciben difícil la situación, ya que consideran estar vulnerables.

Anabel Espinoza, fue una de las integrantes de colectivos feministas que decidió elevar la voz ante casos de violencia.

“A que haya justicia, a que respeten a las mujeres y que la persona pague lo que hizo”.

Sostiene que los eventos violentos han motivado a que cada vez más personas salgan a las calles.

“Estamos saliendo cada vez que se puede, en nuestra ciudad hay muchísimos casos que nadie se atreve a denunciar”.

También los colectivos de búsqueda de la ciudad opinaron en ese sentido, al subrayar la necesidad de mostrar respaldo.

Nora Alejandra de Rastreadoras de Obregón firmes en su exigencia de justicia.

“Es sentir que no estás sola, es sentir que hay mucha gente que está contigo y que también exige justicia”, dijo Nora Alejandra Lira de Rastreadoras de Obregón.

En los municipios y comunidades rurales aledañas, los pobladores se consideran seguros, ya que perciben que “el que nada debe, nada teme”, sin embargo si refieren un aumento en la inseguridad.v