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Dardos | Carreteras del miedo en Sonora

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

La seguridad de las carreteras en la sierra alta entre Sonora y Chihuahua no está a cargo ni del Gobierno Federal ni de los gobiernos estatales, existe un vacío que ha sido aprovechado por grupos de delincuentes. En este sentido, para los turistas y para los habitantes de rancherías y pueblos, se ha convertido en un “volado” conducir por estos caminos.

Lamentablemente lo vimos con la tragedia de la Familia LeBaron en Bavispe que dejó nueve personas asesinadas (entre ellos seis niños).

En la sierra uno respira aire más fresco, los pulmones se llenan con oxígeno puro. El verdor de los árboles contagia paz y el limpio azul del cielo llena la pupila. La gente siempre te recibe con un franco saludo. El silbido de la calma recorre los cerros. La vida pasa tranquila, aunque últimamente la situación de inseguridad les ha cambiado sus paradigmas.

El mes pasado, un sacerdote que tiene años en una comunidad serrana nos platicaba que la gente ya se acostumbró a ver las armas, los ejecutados, los “halcones” (informantes). Todo normalizado. Incluso sugirió en tono amistoso: si te paran en un “retén” diles que vienes conmigo. Por su apostolado, los religiosos han abrazado estas comunidades, sobre todo, con esperanza de salvar a los niños.

Otro sector que constantemente se enfrenta al riesgo de las carreteras son los constructores. Un contratista con obra cerca de Álamos confesaba que con frecuencia son interceptados por pistoleros que les piden diesel. Desde luego, con “cuernos de chivo” por enfrente, nadie se niega.

Sirva este espacio también para recordar la denuncia que circuló en redes desde el 25 de octubre, del señor Leoncio Bernal González, trabajador de la Junta de Caminos que desapareció entre la Colorada y Tecoripa.

Pero también los empleados de minas constantemente están en alerta, al igual que los proveedores. Este año supimos al menos de un trabajador que se dirigía a una mina rumbo a Yécora al cual, a punta de pistola, le quitaron el carro de la empresa en un “falso retén”.

Y así posiblemente usted sepa de más casos entre sus amistades. La realidad es que ya nadie arriesga su vida manejando ni de noche ni a solas por estos caminos que ya tienen un dueño, un monstruo de mil cabezas: el miedo.

NOTA FINAL: El canciller Marcelo Ebrard, acudió a Bavispe un día después de la masacre de la familia LeBaron. Ahí llegó escoltado por un convoy de pickups con decenas de militares armados. Desgraciadamente no todos los sonorenses tienen el privilegio de transitar así de blindados por carreteras estatales, solo encomendarse a Dios y lo que venga…