De Primera Mano | “Grillaron” y tumbaron a delegado de SCT en Sonora

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

EL PRESIDENTE, desde Palacio Nacional, exhibió un dato que- aseguró-, no se conocía: “Un delegado de la SCT en Sonora difundió “selfies” con un candidato a la gubernatura y por este motivo fue suspendido y separado de su cargo”.

-Y fueron fotografías de un mitin-, insistió López Obrador.

La información sí había trascendido ya en Sonora. No dijo el nombre, pero se trató del ingeniero Eloy Juárez, quien asumió la delegación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en la entidad a mediados del 2020.

Y aunque promovido por el subsecretario de infraestructura de la SCT, la llegada a Sonora de Juárez obligó a hacer a un lado a un mediocre e ignorante encargado de esa oficina que había sido una recomendación especial de MORENA.

El agravio llevó a los interesados a seguir a Juárez, con cámara en mano.

Abrieron un expediente en el que incluyeron fotografías jugando golf con su amigo, el hotelero Martín Gándara.

En una ocasión, durante un desayuno con sus amigos en el Hotel Gándara, coincidió con la llegada y el saludo de Ernesto “El Borrego” Gándara, quien más delante se convertiría en candidato a la gubernatura, opositor a MORENA.

El expediente del funcionario federal lo hicieron llegar no al titular de Comunicaciones y Transportes, sino a la oficina de la Presidencia de la República. No pasaron muchos días para que Eloy Juárez fuera suspendido “por apoyar a la oposición”.

Eso fue realmente lo que sucedió en este episodio.

El Presidente López Obrador dijo en su “mañanera” de este miércoles, que el funcionario de SCT suspendido en Sonora se tomaba “selfies” con un candidato que no era de MORENA, pero que si hubiese aparecido al lado del candidato de MORENA también hubiera sido suspendido.

El concepto no es malo. Lo malo es que si el funcionario aludido hubiese apoyado a MORENA, lo más seguro es que no lo hubieran tocado.

POR ALLÁ en la década de los años setenta y ochenta, el comercio organizado del país se quejaba constantemente de lo que llamaban “competencia desleal” del gobierno federal, porque a través de la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO) se llegaba a la gente a través de centros comerciales y de conveniencia en pequeñas y grandes poblaciones… Desde el sexenio del Presidente Carlos Salinas, ese organismo dejó de ser una competencia para el sector privado y los precios de los productos de la canasta básica pasaron a ser controlados por el gobierno y, en muchas ocasiones, regidos en base a la oferta y la demanda… Ayer, el Presidente López Obrador, en un esperado giro al pasado, anunció la creación de una empresa del gobierno para hacer llegar el gas LP en cilindros de 20 y 30 litros a las colonias del país, “porque el 50 por ciento del consumo total de gas doméstico en el país es controlado por 5 empresas a las cuales les quedan márgenes de ganancia muy amplios”… Incluso hasta el nombre dio a conocer de la nueva empresa oficial… Se llamará “Gas Bienestar”… Es decir, no exigió a las dependencias responsables a fijar un control de precios en el gas LP… No ordenó a la PROFECO sancionar a los empresarios abusones que ofrecen más caro el gas doméstico… No… Lo que decidió fue hacerle la competencia a la iniciativa privada a través del gobierno federal… Ahora, si bien es cierto que esta idea podría asegurar un gas barato al pueblo de México, también es cierto que la historia nos ha dicho que las empresas de gobierno son sinónimo de más burocracia y corrupción… Y al final del día, más ruina… Pero lo más sorprendente… El pasado nos dio una lección sobre este tema y desde palacio nacional se quiere regresar a él… Absurdo.

ES UNA VERDADERA tristeza, lo que suele suceder al estar a punto de concluir un sexenio o un trienio… Salvo unas cuantas excepciones, los funcionarios responsables de varios rubros oficiales y aún teniendo pendiente el seguimiento a la tramitología popular, empiezan a “perderse”, so pretexto de estar ocupados en el proceso de “entrega-recepción”… Quizá muy pocos pudieran hacer una reflexión y concluir que no se están haciendo daño ellos, sino a sus jefes, a quienes los pusieron donde están.