El debate se vivió en la calle
Por Gerardo Moreno/
Mientras en el interior del recinto, los candidatos simulaban un debate, por fuera las “porras” tanto del PAN como del PRI tenían una verdadera guerra, por ver quién apoyaba más a su candidato
Después de varias semanas que se esperaba el debate entre candidatos al gobierno del Estado este dejó mucho que desear, no existieron planteamientos concretos, comentarios precisos, ni señalamientos importantes. Se vivió más acción en la calle, a varios metros del debate, entre los jóvenes que apoyaban a uno y otro candidato.
Desde tempranas horas del pasado martes fue cerrada la circulación de la calle Calzada de los Ángeles entre Navarrete y García Morales, donde una valla metálica resguardada por personal de seguridad contratado por el IEE solo permitía el acceso a vehículos autorizados y gente acreditada; a todo momento eran resguardados desde unos metros por agentes de la Policía Federal.
En el local de eventos “El Partenón” del hotel San Ángel solo entraron los automóviles de los candidatos y de los 10 invitados que cada uno podía tener. En el lugar desde la puerta hasta donde empieza el estacionamiento se montó una pasarela resguardada por vallas metálicas; ahí un consejero recibía a los candidatos.
Los medios detenidos por el metal esperaban entrevistar a quienes debatiría, tomar sus impresiones y pedirle una fotografía, donde se montó una pared que decía “Primer debate 2015”, tal como una alfombra roja de cine.
Después de las seis de la tarde empezaron a llegar los candidatos. El primero en arribar fue Jaime Moreno Berry del PT; seguido de Claudia Pavlovich de la Coalición formada por el PRI, Verde y Panal; Luego Javier Lamarque de Morena; Manuel Baldenebro de Encuentro Social; Javier Gándara del PAN y por último Carlos Navarro del PRD. Como en toda la campaña Antonio Pérez Yescas del Partido Humanista no apareció y su lugar permaneció vacío.
El debate se dio afuera
Mientras en el interior se simulaba un debate entre candidatos, con comentarios imprecisos, propuestas vagas, señalamientos tenues y evasivas a cuestionamientos, a las afueras del lugar las porras de los principales candidatos tenían una verdadera guerra, por ver quién apoyaba más a su candidato.
[slideshow_deploy id=’653041′]
Primero llegaron los de Acción Nacional a bordo de un camión y sitiaron toda la calle calzada del Ángel y esquina con Navarrete. Lanzaban consignas de apoyo, todo era un griterío; entre ellos incluso había niños que, sentados en la tierra o con sus banderolas albiazules, jugueteaban a la espadas, esperando para irse.
Después llegó el equipo de jóvenes del PRI que se hacen llamar “Claudilleros”, con todo un camión de carga donde montaron un escenario, en el cual había dos pantallas que trasmitía en vivo el debate, pero nadie le ponía atención. Ellos se pusieron justo enfrente de los que apoyaban al PAN sobre el Navarrete, incluso invadiendo todo el camellón central.
Un poco más retirados, camisetas amarrilla y banderas del PRD permanecieron siempre apoyando a su candidato, pero observando el encuentro entre los jóvenes del PRI y del PAN.
Unos frente a otros gritaban fuertemente en apoyo de su candidato, agentes de la policía estatal y municipal constantemente rondaban por la calle, a pie o en patrullas, para evitar un encontronazo. Los líderes de ambos bandos partidistas en todo momento llamaban a la calma.
El sonido programado del PRI y la batucada que llegó minutos después hacían por momentos acallar las consignas de los jóvenes del PAN… Ya con los ánimos encendidos, las pasiones por sus candidatos terminaron tronando cuando algún espontaneo empezó a lanzar botellas de agua al grupo de enfrente. La policía tuvo que disipar la multitud para que al terminar el debate no hubiera problemas.
Mientras tanto en el recinto, las poco más de dos horas que duró el debate, todo fue mesurado, incluso al salir del local todos los candidatos se abrazaron y felicitaron entre ellos, algunos posaron para las fotos. Pocos aseguraron que ganaron y todos que se privilegiaron las propuestas, coincidieron en que estuvo tranquilo, que fue un buen ejercicio donde reinó la civilidad.