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El patrimonio de la Candelaria

Por Enrique “Kiki” Vega Galindo/

Un templo establecido por los Franciscanos en Villa de Seris en honor al agua, la tierra y el conocimiento

La cruzada de la compañía española para conquistar América estuvo integrada por dos grupos a saber, por un lado estaban los militares que eran aventureros en busca de riquezas y placer, mercenarios sanguinarios. Por el otro lado estaban los misioneros religiosos quienes fueron los verdaderos conquistadores, ya que buscaban conquistar nuevas almas para convertirlas al cristianismo. Los atrevidos y vivaces misioneros eran peregrinos incansables, alquimistas, físicos y matemáticos. Seguían un protocolo y normas para su propia seguridad.

Luchaban contra un fantasma deforme que representaba al demonio, o sea la ignorancia. La base de su conocimiento era el dominio de los cinco elementos de la vida que son: agua, aire, fuego, tierra y viento. Observaban a la naturaleza como una amenaza y un peligro. Los misioneros unieron la ciencia y la religión para obtener un bien común. La base de sus estudios fue la observación y la experimentación. Su misión era conectarse en la soledad y el silencio con su yo interno.

Asimismo sus secretos los mantenían en la oscuridad. Aunque eran silenciosos, reservados y serios no dejaban de cantar alegremente y elevar plegarias al Señor. Utilizaban las técnicas del teatro al aire libre para convertir a los nativos al cristianismo. Así, como San Silvano Santo Protector de los rebaños de ganado, los bosques y la agricultura, los misioneros realizaban estas actividades para proveerse de pan, o sea el alimento. Pidiendo su ayuda y protección a San Isidro El Labrador.

Al encontrarse los misioneros con su yo, veían cuál era su virtud y la aplicaban. Las estrellas guiaban sus pasos siguiendo las huellas del camino o marcando sus propias huellas. Los ángeles eran su seguridad y ésta es el hermetismo. Eran topógrafos, porque la topografía es la significación de los cuatro puntos cardinales, base del arte cristiano. Buscaban un punto específico donde los caminos se cruzaran y allí se asentaban.

En Villa de Seris Los Franciscanos establecieron una capillita en honor al agua, la tierra y el conocimiento, y la bautizaron con el nombre de Santa María del Pópulo, o Santa María de la Tierra, o Santa María del Conocimiento. Su orientación principal es hacia el punto cardinal suroeste. El templo está ubicado arriba de un remanso de agua, es decir, que la edificación del Templo de Nuestra Señora Santa María de la Candelaria descansa sobre ese elemento vital.

Hacia el frente o mirando al norte hay sepultadas unas grutas o viaductos enormes, subterráneos embovedados con piedra caliza. Su orientación es este a oeste. Estos acueductos enterrados además de conducir agua y servir como norias o pozos, eran rutas perfectas de escape de los enemigos. Acueducto significa bóveda celeste.

En 1870 trajeron a Villa de Seris la primera Virgen de la Candelaria de León, Guanajuato.
En 1870 trajeron a Villa de Seris la primera Virgen de la Candelaria de León, Guanajuato.

El Templo de la Candelaria de Villa de Seris es el más significativo y representativo que pueda existir en Sonora y en otras partes de México y el mundo entero, donde los misioneros aplicaron perfectamente su técnica y su método científicos para convertir a los nativos al cristianismo y mantenerse en el infinito, generación tras generación. Es una fortaleza espiritual. Es por eso que es una joya arquitectónica, patrimonio de la humanidad, que ha recibido a través del tiempo varias transformaciones, siendo la más representativa la realizada por el Presbítero Don Roberto Montaño Moreno, quien retomó la esencia misma de los primeros planos, cuando al templo se le quiso cambiar de nombre por el de “San Pedro y San Pablo”.

Este templo dio sus inicios con Los Jesuitas, pero fueron Los Franciscanos quienes iniciaron su construcción. El Primer Libro narra sus orígenes que datan de 1773. Cuando la Misión de Los Seris es trasladada del Presidio de Horcasitas al otro lado del Río Sonora con el nombre de San Pedro de la Conquista, hoy Pueblo de Villa de Seris. Existe una laguna de 1781 a 1791. La colección comprende: bautizos, matrimonios, confirmaciones, defunciones, comunicaciones, decretos, cartas pastorales, circulares del gobierno civil y del eclesiástico. En este último se llevaron libros hasta 1837, y de allí en adelante tuvo esporádicamente Ministro hasta 1856, cuando los libros se reubicaron en la única Parroquia o Catedral de la ciudad de Hermosillo erigida el 22 de mayo de 1822.

Los libros están maltratados y varios archivos pedidos en lo referente a la ranchería de El Pitic y al Presidio de Vildósola por más de 70 años. La construcción significativa del Templo se empezó en 1900. En 1947, se cambió el altar por uno de madera, ya que el primero era de barro y ladrillo, cubierto con madera. En 1968 se construyó el que actualmente existe de mármol y granito gris, siguiendo la fachada o estilo del último.

Ahora bien, continuando con la topografía y la significación de los cuatro puntos cardinales, vamos a proceder a entender el Templo de la Candelaria. Tenemos hacia el Norte (N) la entrada principal que es un amplio portón de madera de pino, cedro y nogal de dos hojas indicando que hacia allá es donde reina la ley, el gobierno, la escarcha, la oscuridad, el reino de Satanás. El mundo de las drogas, la perdición, la prostitución, el alcoholismo.

Al fondo se ubica un hermoso altar de granito y mármol allí descansa en lo alto la imponente imagen de la Santa Patrona de Villa de Seris la virgen Santa María de la Candelaria quien sostiene en sus brazos al Niño Dios, en 1870 trajeron la primera Virgen de la Candelaria de León, Guanajuato, la cual se quemó con la lumbre de las veladoras, la que actualmente existe procede del mismo lugar desde 1947, a ambos lados se ubican dos ángeles guardianes, y en lo alto una paloma. Allí se indica el punto cardinal Sur (S) o mediodía, que significa calor o luz de Cristo Salvador, Reino de la Gracia. Poder Supremo. Siguiendo la vista de frente y mirando el sur (la luz) a mano izquierda tenemos el ala que indica el punto cardinal Este (E) o el Oriente lugar por donde sale el sol o la inteligencia, es el lugar de la luz universal, significa Cristo. En este recinto descansa el Santísimo, lugar de máxima adoración y respeto. Hacia el lado contrario es decir a la derecha se ubica el punto cardinal Oeste (W) o el Poniente lugar donde se oculta el sol y aparece la oscuridad, la ignorancia, casa del anticristo, reino de las tinieblas y la muerte, lugar del juicio final. En este recinto del Templo se ubica La Pasión formada por Cristo Crucificado, la Virgen de los Dolores, Juan Evangelista y El Nazareno o el Cristo Preso. Estos santos fueron tallados en madera por artistas ebanistas de Villa de Seris, y sostenían los ancianos que ya existían desde antes de 1900.

Siguiendo con la exposición del patrimonio de La Candelaria, tenemos que el Santo San Isidro Labrador lo compró Doña Agustina Ibarra de Araiza en 1900 y se lo mandaron de Madrid, España. En la época del Padre Montaño cuando se arregló el Altar Principal se compraron los Ángeles Guardianes, el Sagrado Corazón de Jesús y el Señor San José. Existe una pintura al óleo de Nuestra Señora del Refugio, y es a saber la reliquia más antigua del Templo según la creencia y testimonios orales de generación en generación es la Virgen de Nuestra Señora del Pópulo primera patrona del pueblo con cuyo nombre se bautizó a Villa de Seris. El Presbítero Elías Portela todo un artista, restauró con un trabajo fino y de excelente calidad uno de los tesoros más preciados del Templo de Nuestra Señora de la Candelaria y es el bulto de la imagen de Nuestra Señora de Santa Ana.

En la Capilla del Santísimo existe un Sagrado Corazón de Jesús antiquísimo, tal vez de los primeros que llegaron a Villa de Seris, así como también una valiosísima pintura de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Hay un viejo armario de madera donde se guardan celosamente cuidadas las vestimentas ancestrales que tras largas generaciones de Sacerdotes que han desfilado por este Sagrado Recinto las han utilizado para oficiar los distintos rituales religiosos según lo amerita el año clerical o algún evento en especial.

Las primeras campanas que existieron en este Templo fueron hechas de oro en León, Guanajuato. Desaparecieron y aparecieron las que actualmente existen. Varias cosas han desaparecido del templo inexplicablemente, como unas bancas, los candiles, el órgano, el piano, y varios ornamentos, así como Santos menores.

Espero que el actual Patronato integrado por las familias: Durazo, Moreno, Peralta, Pavlovich, Acedo, Cano, Ochoa, Palafox, Sotomayor, Arvizu, Loustaunau, Aldecoa, Maldonado, Castillo, Ávila, Lhor, Huerta, López, Barragán, Acosta y Oviedo. Dedicados a la reconstrucción y conservación del Templo tengan a bien custodiar estos Patrimonios de La Candelaria que pertenecen a la humanidad y son el emblema principal de Villa de Seris. Así como reconocer la noble labor de mi gran amigo Jaimito Dávila encargado del perfecto funcionamiento del Templo, y de cuidar estos tesoros, jefe de los coros, organizador de los eventos y festejos de La Candelaria. Un hombre todo pundonor y acción desmedida, que me recuerda a un ícono de este adorado Templo como lo fue mi amigo Alvarito Sotomayor Huerta.

El autor es: Sociólogo, historiador, escritor e investigador.

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