Dardos

El Poder Legislativo es la clave

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

La jornada electoral del próximo 6 de junio será uno de esos acontecimientos que se quedarán grabados en la memoria. Como se establece en algunos espacios de análisis, esta elección será un parteaguas; los ciudadanos tendrán la oportunidad de refrendarle al presidente López Obrador esa confianza de seguir con su estilo de gobierno populista y centralista, o sencillamente decirle que le baje dos rayitas. Como se dará cuenta, lo curioso es que sin estar en la boleta, el tabasqueño estará muy presente.

Y es que la clave radica en la composición del Poder Legislativo. Le explico rápidamente:

Este año llegarán al Congreso 500 nuevos diputados federales. Los ciudadanos votarán por 300 legisladores que están en las boletas en los 32 estados de la República; otros 200 llegarán por la vía “plurinominal”, es decir, de representación proporcional.

Actualmente el presidente tiene una abrumadora mayoría entre su partido y los partidos satélites, por eso todo pasaba. Son 256 diputados de Morena, 46 del PT, 21 del PES, 11 del Verde, y hasta se puede considerar 25 de Movimiento Ciudadano, total 359. En la oposición: del PAN son 77, del PRI hay 48, del PRD son 12, y están 4 sin partido, total 141.

En la Cámara de Diputados por lo regular hay dos vías para que avancen las iniciativas, ya sea con mayoría simple (la mitad más uno) o con mayoría calificada (dos terceras partes). Hoy por el Congreso pasa todo lo que manda el Presidente y sus diputados obedecen abyectos a su Jefe… La gente le entregó no sólo el Poder Ejecutivo, sino también el Legislativo… él después hizo suyo el Poder Judicial. Por eso son importantes los contrapesos, para limitar y evitar excesos. 

Haga un poco de retrospectiva y se dará cuenta que no es muy sano que un solo hombre concentre tanto poder. Aquí un par de ejemplos de decisiones que pasaron por el Congreso sin tocar baranda: la aprobación de la Guardia Nacional (militares en labor de policía); la desaparición de fideicomisos (incluidos los del campo, desastres naturales, fondo minero); reforma al Poder Judicial (le regaló dos años en la presidencia al Ministro Zaldívar); recortes presupuestales cada año a programas que llegaban a Sonora y oxigenaban a los municipios, en temas de seguridad, pueblos mágicos, infraestructura…

DARDO FINAL: Sólo recuerde, el Presidente no sabe perder, quizá se acuerde de la rabieta con el platón de Reforma o su periodo de “presidente legítimo”… Pero Andrés tampoco sabe ganar, desde que llegó a Palacio Nacional polariza al país con su discurso de odio y ataques contra todo el que opine diferente a él (incluso sus secretarios).

Ahora el ciudadano tiene la palabra. Vaya a votar sin miedo, porque después puede ser amargo el arrepentimiento.