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Eliminación de tenencia abre hoyo financiero

Eliminar el cobro de la tenencia vehicular como medida populista le salió caro a las entidades federativas, pues ahora enfrentan un ‘hoyo’ en sus finanzas de por lo menos 16 mil millones de pesos.

En 2012, los estados del país y el Distrito Federal recaudaron solamente 2 mil 985 millones de pesos por concepto de tenencia, es decir, 82.5 por ciento menos que en 2011, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Hasta 2011, la tenencia vehicular era un impuesto federal, aunque era completamente participable, es decir, los estados lo recaudaban a nombre de la Federación y se quedaban con los recursos.

Sin embargo, por iniciativa del ex Presidente de la República, Felipe Calderón, a partir de 2012 la tenencia desapareció como un impuesto federal y los estados tuvieron la opción de cobrarla, desaparecerla o mantenerla con un subsidio.

La mayoría de las entidades federativas optó por eliminarla o cobrarla parcialmente.

Los datos de la SHCP, revelan que entre 1997 y 2011 los estados recibieron 212 mil millones de pesos por la tenencia, esto es un promedio anual de 16 mil millones de pesos.

Para Carlos Cárdenas, presidente nacional del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, la mayoría de los gobiernos locales dejaron ir la oportunidad para obtener más recursos por privilegiar prácticas populistas.

«Hay estados que no adoptaron la tenencia porque no hay la voluntad de un esfuerzo recaudatorio, ahorita todo es aplauso, todo es obras, no cobrar, todo es populismo, hay mucho populismo y los gobernadores prefieren el aplauso», dijo.

En las cuatro entidades más grandes del País, los ingresos por tenencia cayeron más de 80 por ciento.

En el Estado de México los ingresos por tenencia pasaron de 2 mil 587 millones de pesos a 320 millones entre 2011 y 2012.

En el DF, de 4 mil 705 a 544 millones de pesos; Jalisco, de mil 823 a 277 millones de pesos; y Nuevo León, de 666.7 a 108 millones de pesos.

Para sustituir el faltante, los estados tienen tres opciones: depender más de los recursos federales, aumentar impuestos locales o contratar más deuda.

Una baja recaudación propia junto con un endeudamiento sin control es una receta desastrosa para los gobiernos locales, advirtió Marco Cancino, director general de Inteligencia Pública.

«Tienen a la mano la posibilidad de más deuda y no recaudan más, pues en realidad es, parafraseando al Gobernador del Banco de México, una tormenta perfecta», dijo.
REFORMA

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