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En las montañas de Colombia

La recolección de los granos de café se realiza manualmente por cientos de trabajadores, cuya labor es muy complicada por las escarpadas condiciones de los terrenos

Por Franco Becerra B. y G.

Cuando se viaja se afinan nuestros cinco sentidos, pues todo a nuestro alrededor adquiere el sorpresivo encanto de la novedad.

Viajé recientemente a Colombia en compañía de mis amigos del grupo hermosillense Los Chulitos, así que como diría León Felipe: “Solo digo lo que he visto…”.

Colombia con sus 52 millones de habitantes es el séptimo país más grande del continente americano. Tiene 32 departamentos —equivalente en México a nuestros estados—, además de Bogotá el Distrito Capital.

Colombia tiene la ventaja de contar con costas tanto en el mar Caribe como en el Océano Pacífico.

Después de tres días de gozar de la ciudad de Medellín, viajamos por los sinuosos caminos de las montañas de Antioquia hasta llegar al pintoresco pueblo de El Carmen de Atrato —perteneciente al Departamento del Chocó— ubicado a 133 kilómetros de Medellín.

Gozando de un agradable clima templado y nublado medio, durante el trayecto pudimos admirar los extensos cafetales sembrados en las pronunciadas laderas de las montañas Chocoanas.  

Nuestros anfitriones nos explicaron que la recolección de los granos de café se realiza manualmente por cientos de trabajadores, cuya labor es muy complicada por las escarpadas condiciones de los terrenos.

Recordé la imagen del arriero colombiano Juan Valdez con su poncho y una mula cargada de sacos de granos de café.

Un creativo dio vida a ese personaje publicitario destinado a promover el café colombiano, es así como La Fundación del Café Juan Valdez cumplió con el deseo de los empresarios cafetaleros, quienes por años abogaron por la creación de una marca país.

Miembro de esa fundación es el joven empresario Mario Alejandro Ortega Cardona de El Carmen de Atrato, quien dirige un confortable establecimiento en el que degustamos su propia marca de café denominada “Cumbres del Atrato”. Mario realiza un cuidadoso proceso de molienda y tostado dando como resultado un delicioso y aromático café de altura.

El Ing. Alberto Mendívil Baranzini, estudia la posibilidad de importar sistemáticamente ese café a Sonora.

Por lo pronto 40 kilos de café de las montañas colombianas vienen en camino.

El Carmen de Atrato es un pueblo con 15,264 habitantes, dedicados a la ganadería, la agricultura y a la minería, ya que la mina “El Roble” vecina del pueblo y que explota yacimientos de cobre, oro y platino, ofrece empleo a cientos de lugareños.

La gente en Colombia se distingue por su amabilidad y los “Carmeleños” no son la excepción.

Nos hospedamos en el muy confortable hotel boutique “Doña Queta”, cuya dueña es Arley Penberti Ruiz.  

Desayunamos muy sabroso en el restaurante “Donde Betty”, un típico establecimiento Chocoano atendido con amable gentileza por su dueña, la señora Betty Ruiz Cardona.  

La quietud del pueblo se interrumpe por el tañido de las campanas de la hermosa iglesia de nuestra señora del Carmen, patrona del pueblo muy venerada por los fieles católicos de la región.

El comunicador estrella del departamento de Chocó es Mauricio de Jesús Moreno Valderrama, quien a través de su portal Publinoticias, mantiene bien comunicada a esa región y a quien agradecemos sus atenciones.

De regreso a Medellín, visitamos el hogar del Dr. Juan Enrique Ángel Londoño, quién junto con su esposa Luz Carlota y su hermana Maruca, nos preparó un suculento asado, preparado dentro de un barril, también llamado “Caneca”, platillo que acompañamos con el ron Maestro Gabo.

Un viaje es un festín para los sentidos, así que si de algo estoy cierto es que después de un viaje no volvemos a ser los mismos.