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Guerra de apps de transporte en Hermosillo

Hasta ahora son seis las empresas de aplicaciones de transporte que se pelean al usuario en las calles y está por llegar una de origen chino; algunas evaden el Reglamento establecido por seguridad del cliente, y la autoridad se hace de la vista gorda

 

Por Javier Flores

La entrada de Uber a Sonora como nuevo concepto del transporte y como rival directo del taxista tradicional, fue el detonante para que otras aplicaciones que ofrecen un servicio similar, entraran con facilidad a competir por los usuarios sin que la Dirección General de Transporte (DGT) del Estado pudiera hacer algo para impedirlo.

A pesar de la molestia manifestada por taxistas y de las advertencias emitidas por parte de las autoridades por considerarla fuera de la ley, la empresa trasnacional (Uber) cumplió tres años trabajando en la capital sonorense.

El ambiente de impunidad, generó que nuevas empresas del transporte surgieran de manera desmedida, lo cual fue un beneficio para el usuario, pero no para los choferes, pues estos últimos afirman que el exceso de vehículos ofreciendo el servicio, ha golpeado bruscamente su bolsillo.

Choferes multi-app

Mauricio Rojas, quien en un principio fue chofer de Uber, comentó que la llegada de nuevas aplicaciones que ofrecen el traslado de personas ha beneficiado a los usuarios porque aumentó la posibilidad de elegir el servicio que más convenga para ellos.

“Que bueno que se tengan más opciones para los usuarios, pero sí he notado que para hacer el mismo número de viajes que hacía hace dos años tengo que trabajar mayor número de horas, y como también estudio, en ocasiones se complica”, lamentó.

Para lograr las ganancias que antes percibían, algunos choferes han optado por registrarse en dos aplicaciones a la vez, ya que aseguran que es fácil de hacerlo, pues nadie los monitorea, además de que no cuentan con ningún tipo de rotulación que distinga la aplicación a la que se pertenece.

Algunas de las aplicaciones más utilizadas en Hermosillo son: Uber, Welo, InDriver, Bolt, Taxify, Chofer Pro, entre otras. Y en unas semanas más, se espera que entre a competir DiDi, una empresa de origen chino que ya se encuentra trabajando en otros estados del país.

Hay reglas, pero no hay regulación

Fue en mayo de 2016 cuando el extitular de la DGT, Luis Iribe, anunció la creación del Reglamento para el Servicio de Transporte de Personas por Medios Electrónicos del Estado de Sonora, mismo que fue publicado en el Boletín Oficial del Estado y que entraría en vigor al siguiente día de su publicación.

Dicho reglamento, incluye el procedimiento y los requisitos que la Autoridad del Transporte requiere de las empresas que, a través de app, permiten que terceros soliciten los servicios de traslado; pero hasta el momento, ninguna empresa se ha sometido a lo dictaminado.

Las aplicaciones que quisieran trabajar en Sonora tenían que registrarse, mediante solicitud por escrito, a la Dirección General del Transporte, así como del acompañamiento de documentación.

También establece que las empresas de transporte tienen que pagar por el derecho de la constancia de inscripción y la expedición del permiso de Servicio Particular del Transporte por cada unidad registrada, el cual se podrá renovar cada año.

Las empresas deberán de entregar de manera bimestral un padrón de los datos personales de choferes, así como de las características de los vehículos como: marca, modelo, placas vehiculares, copia de póliza de seguro al viajero y daños a terceros.

Dentro de las restricciones y condiciones más relevantes para la modalidad del transporte de personas por medios electrónicos, fue la de prohibir el cobro en efectivo, diferenciando el servicio de los taxis tradicionales.

Cabe mencionar que el reglamento hasta la fecha sigue vigente, pero no se ha visto voluntad por parte de las empresas de transporte para registrarse, ni la voluntad por parte de las autoridades para sancionar las irregularidades. Mientras, sigue dándose la guerra por los usuarios en las calles de Hermosillo, hasta ahora, una tierra de nadie.