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La cerveza y Sonora: Una rica historia de tradición

El 23 de mayo se autorizó de nuevo la venta de cerveza y volvieron las filas de compradores.

Según especialistas, la relación de los sonorenses y el consumo de la cerveza tiene una explicación, y está en su historia y tradiciones

Por Antonio López Moreno

Las extensas y atípicas filas para comprar cerveza por fuera de decenas de tiendas de conveniencia en Sonora, son producto de una descomposición social en donde la corresponsabilidad no está inculcada. Aunado a esto, las autoridades no son claras en sus mensajes y existe confusión en torno a los protocolos de resguardo domiciliario.

Además, la historia y las tradiciones influyen, pues las filas para conseguir cerveza y la elaboración de bebidas alcohólicas alternas ante el desabasto, datan de los años 20s, o incluso de tiempos remotos, curiosamente, ni el clima ni la geografía son factores que incentiven el consumo de dicho producto que durante la emergencia sanitaria se ha elevado en un 70%, según expertos.

Sonorenses arriesgaron la vida para comprar cerveza

El pasado 23 de mayo, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) de Sonora, autorizó a través de la dirección general de alcoholes, la venta de cerveza en tiendas de conveniencia y supermercados. Por disposición de las autoridades de Salud, su venta quedó delimitada a horarios de 8:00 a 18:00 horas.

Desde hacía varias semanas, dicho producto presentaba desabasto en todo el estado ante el cierre temporal de las industrias, desde entonces los pocos establecimientos con cerveza en inventario registraron filas extensas en donde incluso surgieron brotes de COVID-19 y en donde las autoridades tuvieron que intervenir en un par de ocasiones.

La mañana del 23 de mayo, decenas de tiendas fueron visitadas por personas buscando cerveza, algunos para consumirla, otros para revenderla.

Dichas filas han sido una constante durante la contingencia sanitaria, allí se han detectado a ciudadanos sin cuidar las medidas de sana distancia o incluso madres jóvenes con sus bebés en brazos.

Es falta de responsabilidad social

El sociólogo de profesión y analista Manuel Alejandro Rendón Ortega, considera que la existencia de las extensas filas que han rodeado perímetros completos en abastecimientos y centros comerciales, son producto de una descomposición social en la que está inmersa la sociedad.

Manuel Rendón, sociólogo de la Universidad de Sonora.

Asimismo, percibe una notable falta de responsabilidad, pues exponer la vida propia, la de sus familias y la de los demás integrantes de la sociedad, habla de que no están inculcados dichos valores en las presentes generaciones.

“No somos ajenos a lo que pasa en la sociedad, vivimos en una sociedad donde somos copartícipes, lo que hago beneficia o afecta a otros. Estamos socialmente comprometidos con el entorno”.

No obstante, Rendón Ortega considera que las autoridades no han sido claras al momento de restringir circulación o generar prohibiciones, además de confundir a la sociedad al permitirles comprar cerveza sin evitar conglomerados poblacionales.

Ante la descrita situación, el sociólogo y especialista sugiere un cambio de enfoque, y cuestionar ‘¿qué gano quedándome en casa?’, en lugar de prestar atención a lo atractivo que pudiera resultar el exterior.

Los sonorenses y el alcohol

El historiador y cronista de la capital de Sonora Ignacio Lagarda Lagarda, asegura que la relación de los sonorenses y el consumo del alcohol, data de las tribus originarias de la región, de las tradiciones importadas y no del desértico clima, pues de influir estos últimos factores, estados del sureste del país o naciones del oriente medio presentaran consumos similares.


Ignacio Lagarda, cronista de la ciudad.

El historiador precisa que al sur de la entidad, las tribus originarias descubrieron los procesos para elaborar alcohol, el cual, asegura lo consumían en abundancia. Dicha bebidas eran elaboradas a base de pitahaya fermentada, un rojizo fruto típico de Sonora.

Después de 1890, explica el cronista de Hermosillo, los españoles introdujeron a Sonora el consumo del vino, el cual en la época se popularizó para que después llegara la cerveza.

Fueron los alemanes en un lapso de tiempo que abarca de 1920 a 1940, cuando introdujeron la primera cervecería a la entidad, se llamaba “Cervecería de Sonora” cuyos propietarios eran de origen teutón.

Allí se generaron las primeras filas para comprar cerveza desde que se tiene registro, sostiene el historiador, pues en un punto céntrico de la ciudad que hoy se conoce como “Plaza Bicentenario”, repartían de manera gratuita el producto que sobraba de la cervecería, por el cual asistían decenas de personas que abarrotaban el lugar.

Durante el régimen ‘callista’, se suscitó la primera prohibición, pues por motivos distintos quedó restringido el consumo de cerveza, lo que provocó el surgimiento del bacanora.

El bacanora es una bebida a base de agave yaquiana popular en la Sierra Madre Occidental y en los pueblos del Río Sonora. Según Ignacio Lagarda, esta regional bebida embriagante, se popularizó a partir de la prohibición.

Alcoholismo incrementó en 70%


Omar Balderrama, ve un aumento del consumo de alcohol.

El activista en contra de las drogas y presidente de Amor y Convicción A.C. Omar Balderrama, revela que desde el 16 de marzo, fecha en que decretaron emergencia sanitaria en Sonora, el consumo del alcohol incrementó en un 70% según sus estimaciones.

El especialista lo atañe al exceso de tiempo libre y a lo normalizado que está el consumo de estas bebidas en la entidad.