La Colmena Refresquería: Una historia de sabor, tradición y evolución

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

El aroma a pan tostado con mantequilla emergía del pequeño pasillo lateral del Mercado Municipal, por la calle Monterrey. El reloj indicaba que aún no era la una de la tarde, pero esa fragancia a tortilla sobre comal, nos llevó como abejas al colmenar. En la barra blanca con amarillo, ya no había lugar. Los comensales tenían que esperar a que se desocupara un banquillo, o bien, se podía pedir para llevar.

Apenas iba a revisar la variedad del menú cuando preguntó una jovencita: “¿Ya le tomaron la orden? ¿Qué le damos?”… Aún no había decidido, me entretuve leyendo una placa en la pared que decía Root Beer -Tradición desde 1944-. “La Colmena Refresquería”, es uno de los negocios familiares que más tiempo han permanecido abiertos en este centenario centro comercial. Sus orígenes se remontan a principios del siglo pasado.

En ese mismo lugar, por allá en los 30s, Don Nacho Torres tenía un abarrotes en el cual trabajaba Gregorio Madero González, un inquieto comerciante nacido en 1911 en Acaponeta, Nayarit, pero que desde muy joven había llegado a Hermosillo a establecerse con su familia. La vida le abrió una oportunidad y Torres le propuso a “Goyo” venderle la mitad del puesto, un trato que parecía difícil de costear, pero que al final terminó por aceptar. Como todo emprendedor, tenía un sueño: ahí determinó instalar una refresquería, la primera en todo el Mercado. Entonces, prácticamente los negocios giraban alrededor de la venta de carnes, frutas, verduras, cafés y ropa.

En ese rincón, 1944 la familia Madero comenzó vendiendo raspados de frutas naturales, limonadas, sodas y root-beer. Esta última bebida era elaborada de manera artesanal por los trabajadores. Como Don Goyo había trabajado en la Cervecería Sonora de los Hoeffer, entendía sobre los procesos de la bebida y fue así que perfeccionó la receta y dio con el punto deseado del sabor para esa cerveza de raíz.

Roberto Madero, hijo del fundador de La Colmena, platica a Primera Plana que el nombre del negocio viene porque la gente se amontonaba como abejas en la refresquería para pedir. Era tanta la demanda, según recuerda, que Joaquín, uno de los más longevos empleados y encargado de la serpentina del root-beeer, llegaba a bromear exclamando “¡pero qué fregados pidan horchata y limonada que también hay!”. Este personaje llegó a trabajar 45 años ininterrumpidos en el puesto.

El señor Madero, quien hoy tiene 83 años, recuerda que fueron ocho hermanos en su familia y todos trabajaron en el puesto del Mercado. Con claridad narra que en aquellos años a las cuatro de la mañana llegaba el primer trabajador para comenzar la faena diaria, lo primero eran las labores del aseo, todo bien limpio, después recibir a los proveedores. Su mamá en casa, desde la tarde anterior, preparaba los jarabes de los raspados y el concentrado de la cerveza de raíz. Cuenta que antes el mostrador era de madera y muy alto, tenían que poner cajas de soda para alcanzar despachar. Recuerda que cuando se les terminaba la miel, su padre lo mandaba a casa, pues vivían por la calle Mina. Al final del día, después del corte de caja, le tocaba acompañar a su padre, camino a su casa hacían una parada en la cantina, él lo esperaba afuera en el carro con el dinero en la bolsa. Confiesa que al llegar a su casa, el dinero lo guardaban abajo del colchón, nunca lo tuvieron en el banco.

Con el tiempo a la refresquería se le incorporó la venta de hot-dogs, así como la nieve de chorro y hasta llegaron a vender ostiones que preparaban en el mismo lugar con diferentes salsas.

Fue en 1968 cuando “La Colmena” pasó a ser manejada por Manuel Romo Rodríguez, cuñado de Don Goyo. Aunque cambiaba de propietarios, mantuvieron las recetas, los clientes, el trato y despachaban los mismos familiares.

El señor Romo tuvo 13 hijos, de alguna manera todos han estado involucrados en la refresquería. Las hermanas Ana y María del Rosario Romo, recuerdan que los licuados fue de las primeras variedades que le introdujeron al menú, después sándwiches, hamburguesas y quesadillas.

María del Rosario sostiene que conservar el sabor, la atención, el que esté la familia involucrada, así como el cálido trato al cliente, siempre ha sido una de las principales claves del éxito en los 77 años que tiene La Colmena. Esto ha sido inculcado desde sus padres y lo siguen transmitiendo a las nuevas generaciones, y es que ahora son los nietos los que poco a poco van involucrándose.

Son muchas las anécdotas que salen en medio de la plática, desde los parientes que han trabajado detrás hasta los distinguidos clientes. La señora Ana recuerda que el pelotero Vinicio Castilla gustaba de visitar el puesto. Y también algunos políticos que cuando hacen recorridos siempre hacen un alto. El caso de Colosio que estuvo en la refresquería y recuerdan en especial a la Doctora Alicia Arellano, porque en su gestión como alcaldesa mandó arreglar el Mercado y a partir de ahí es que construyeron una barra más bajita y banquitos.

Después de muchos años hace tres semanas decidieron abrir una nueva sucursal. Es una carreta que se instaló al interior del Mercado No. 2 “Francisco I. Madero”. Explica que al ver que eran pocos los puestos de comida y con tanta actividad alrededor se decidieron emprender esta aventura.

Desde las cinco de la mañana ya están preparando cafés y desayunos porque hay mucho movimiento de personas.

¿Cuáles son los principales valores que han dejado en las nuevas generaciones para que continúe este legado de La Colmena?

Que tengan disposición a brindar una buena atención al público (ya sean trabajadores del mercado, gente que nos visitan); darle lo mejor al cliente; la limpieza; y el inculcar la responsabilidad, porque son muchachos que han estudiado carreras profesionales, y es una forma de ayudarse pero que les deja esa disciplina para la vida.

¿Cuántos trabajadores tienen actualmente?

Son 14 en total, contando las dos sucursales.

¿Cuál es el más pequeño?

José, que tiene 16 años, hijo de un sobrino y despacha en el Mercado No. 2.

¿Qué es lo que más le pide la gente?

El café con leche con canela; los sándwich; la torta cubana; y el root-beer. Además el pan con mantequilla, le gusta mucho a la gente con café.

¿Cuál la temporada buena en la refresquería?

En todo el año. Porque se vende comida, café, las aguas. En una temporada sube una y baja otra, pero siempre hay.

Son tiempos donde las tecnologías cada vez más están presentes en todos los negocios, desde las redes sociales, el servicio a domicilio ¿Qué opinión tienen?

Es bueno porque te das a conocer. Hay mucha gente que llega, pide y lo pone en sus redes, luego empiezan a preguntar ¿dónde es eso? Sirve que te das a conocer. Y también tenemos a alguien que se encarga de las redes.

Mensaje final a los jóvenes emprendedores…

Que no se queden con las ganas, que se avienten. A lo mejor no supiste, te quedaste ahí… tu hazlo.

El señor Manuel Romo tenía un talento natural para los negocios, estableciendo una empresa familiar que trascendiera, pero además era un artista. Impulsado por la maestra Martha Peterson, de la Universidad de Sonora, se adentró en el estudio del arte, llevándolo a crear reconocidas obras y posteriormente a impartir clases. Desde mayo de 2017, la Galería de Artes y Ciencias de la Unison, lleva el nombre de “Manuel Romo Rodríguez”. Una serie de sus trabajos, relacionada al Día de Muertos, está expuesta en las paredes de “La Colmena”. Una técnica muy detallada que parece dar una sensación de sobre relieve, como que casi se puede tocar… Los comensales mientras dan un sorbo a su root-beer también observan las pinturas.

“¿Su torta cubana con chipotle o jalapeño…?”.

*TIP: Próximamente abrirán una tercera sucursal.