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La cultura de la impunidad en la 4-T

CUERNAVACA, MORELOS, 25AGOSTO2020.- Militantes y fundadores del Movimiento de Regeneración Nacional en Morelos, mantienen un bloqueo a la sede estatal desde hace tres semanas, exigen que el Comité Ejecutivo Nacional de este partido sea la encargada de organizar el proceso interno de selección de candidatos para la próxima contienda. Además, piden que se realice una auditoría a la actual dirigencia y sea repuesto el proceso de elección de su dirigencia. FOTO: MARGARITO PÉREZ RETANA /CUARTOSCURO.COM

Por Gabriel Rigo Gutiérrez E.

A dos semanas de la tragedia en Juárez, donde murieron 40 migrantes en una cárcel del INM, el aroma a impunidad asoma de nuevo.

Ante el Mundo, la silenciosa crisis migratoria que se vive en nuestro continente emergió una vez más mostrando su rostro más doloroso, familias que buscan cruzar a Estados Unidos, ya sea porque han sido desplazados por la violencia en sus países o por la pobreza. Pero en esa búsqueda del “sueño americano”, tienen que padecer la “pesadilla mexicana”.

El ambiente carcelario en estaciones Migratorias como la de Juárez, lleva al menos cuatro años recrudeciendo estas prácticas, así lo han denunciado organizaciones internacionales como CLACSO (Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales). “El INM es un aparato estatal coordinado por un ex carcelero. Desde que entró en funciones a inicios de 2019, se hizo cargo de que el territorio de México se convirtiera en una gran frontera militarizada. Por eso, nos sumamos a las colectividades y organizaciones que exigen la destitución inmediata del Comisionado del INM, Francisco Garduño Yáñez”. Y es que como lo han documentado medios fronterizos, así como la estación migratoria de Juárez, a nivel nacional hay 42, que en los hechos operan como cárceles.

Pero como se recordará, fue el mismo presidente López Obrador que a la mañana siguiente del fatal incendio se apresuró a culpar a los mismos migrantes del incendio. Salida fácil y evasiva para un gobernante mediocre. El asunto es más complejo, pero ni el presidente ni los secretarios de estado, mucho menos los diputados tienen interés de diseñar y aplicar políticas públicas efectivas para atender esta crisis migratoria.

El Gobierno de México apenas hizo bien en anunciar que se investigaría a fondo lo que pasó.  Esta semana la Fiscalía General de la República anunció que abriría proceso contra dos directivos del Instituto Nacional de Migración, se trata del titular, Francisco Garduño, y Antonio González Guerrero, comisionado del INM en Chihuahua. El delito, expone, es por incumplir con sus obligaciones de vigilar, proteger y dar seguridad a las personas e instalaciones a su cargo, propiciando los delitos cometidos en contra de los migrantes (artículo 214, fracción VI, Código Penal Federal).

Además, la FGR aprehendió a cuatro funcionarios del INM, se trata de: Salvador “N”, Juan “N”, Cecilia “N” y Eduardo “N”; también un empleado de la empresa de seguridad privada que ahí operaba; y un migrante que fue el que inició el fuego.

A pesar de estos anuncios, fue el mismo Presidente quien se encargó de librar de culpa a Garduño, al decir que no se iba del INM. Y por si quedaban dudas, el titular de Gobernación, el tabasqueño Adán Augusto López, recalcó que la destitución de Garduño no era tema a discusión.

Mire, no sé qué le parezca a usted, pero por honorabilidad y dignidad el titular del INM debió presentar su renuncia inmediatamente después de la tragedia. Es inconcebible… Pero no cabe duda que en este Gobierno de la 4-T primero los cuates.