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La historia detrás del Hospital General del Estado

Imagen del antiguo Hospital Civil, donde hoy está el Parque “El Mundito”.
Imagen del antiguo Hospital Civil, donde hoy está el Parque “El Mundito”.

Por Rigo Gutiérrez E.

Con el cierre de atención a pacientes en el Hospital General del Estado “Dr. Ernesto Ramos Bours” surgió la inquietud de dar un vistazo en la historia de este icónico edificio que cumplió 75 años y revolucionó la atención médica a toda una generación de sonorenses. Pero antes de adentrarnos en el HGES es importante mencionar que la primera clínica pública que existió fue el llamado “Hospital Civil”.

Un Hospital bajo el Parque “El Mundito”

El cronista de la ciudad, Ignacio Lagarda, recuerda que fue en 1867 cuando ante la necesidad de abrir un centro asistencial de salud, el ayuntamiento de Hermosillo adquirió una casona a una señora de apellido González, localizado en la manzana comprendida por las calles Del Oriente (Monterrey), Campeche (Plutarco Elías Calles), Guamuchilares (Jesús García) y Manuel González.

Al año siguiente se comenzó a construir. Le llamaban Hospital Civil, para diferenciarlo de los otros hospitales militares que ya existían en la región. Explica que el edificio se terminó de construir en 1881. El primer administrador fue Tomás Pérez, un ciudadano de origen chileno. El hospital contaba con 56 camas y su sostenimiento dependía del ayuntamiento de Hermosillo.

Para la década de 1910 el hospital recibía, además de pacientes con distintas enfermedades, a los heridos que resultaban de las revueltas sociales.

En 1917, el gobernador de estado Plutarco Elías Calles, ordenó que se le cambiara el nombre de Hospital Civil por el de Hospital General del Estado. En 1930, el gobernador Francisco S. Elías, lo incorpora por decreto al gobierno del estado. A partir de 1932, con el doctor Domingo Olivares como director, el hospital empezó a tener la importancia de una institución de salud pública.

Relata que en el año 1934 ingresaron a la planta médica los doctores Carlos Gómez del Campo e Ignacio Cadena Herrera. Iniciaron con el servicio de cirugía. Expone que para resolver el problema del calor en las cirugías, el doctor Cadena ideó emplear un trozo de hielo a través del cual hacía pasar el aire producido por un abanico. El proceso era incómodo por el agua que hacía el hielo al derretirse, por lo que optó por no usar ese método y operar a las 5:00 A.M. cuando el calor era más tolerable.

En 1948 decidieron construir un nuevo hospital y se derrumbó el edificio del Hospital Civil y en su lugar se construyó un jardín de niños y parque público con el nombre de “El Mundito”. 

Cuando llegó la Modernidad del HGES

El historiador Ignacio Lagarda expone que fue en 1942, cuando el gobernador Anselmo Macías Valenzuela, adquirió un predio de 28,000 m2 ubicado donde antiguamente estuvo el molino de trigo de don José Leandro Camou Méndez en el barrio que llamaban “El Vapor Viejo” (ahora San Benito).

El vendedor fue el licenciado Ernesto Camou y la operación fue a razón de un peso por metro cuadrado. En ese predio sería construcción del nuevo Hospital por la constructora propiedad de los señores Carlos V. Escalante, Abel Romo y Daniel Ramírez.

En 1947, el gobernador Abelardo L. Rodríguez, en su informe de gobierno, respecto al Hospital General del Estado, dice: “El Patronato que tiene a su cargo la construcción del edificio han recibido $1, 900,000.00. Se espera que por el próximo mes de noviembre quede terminada la planta alta y para principios del año entrante se terminará con un costo aproximado de $2, 200,000.00”.

1948, el corte de listón

Al gobernador Abelardo L. Rodríguez le tocó inaugurar las instalaciones ubicadas sobre el boulevard Luis Encinas, frente a la Universidad de Sonora. De acuerdo a documentos históricos, al momento del corte de listón contaban con 200 camas y los servicios de medicina interna, cirugía, maternidad, e infecciones. El doctor Gastón S. Madrid Sánchez, fue el primer director.

El edificio constaba de dos plantas: en la superior había dos quirófanos con central de equipos, vestidos para médicos y un observatorio. Estaban también las salas de pediatría, cirugía general, consulta externa y un ala donde se atendía a pacientes de clase económicamente resuelta, llamada “de distinción” porque los pacientes pagaban su hospitalización.

En la planta baja se encontraban las salas de medicina interna, ginecología y obstetricia con un cuarto para expulsión. Un ala funcionaba como sala de urgencias, otra como consulta externa.

El hospital recibió donaciones de instituciones: el Club de Leones donó instrumental y equipo para que se instalara en la sala de oftalmología; el Club Rotario se encargó de equipo para el servicio dental; y la Cervecería de Sonora donó diez mil pesos, dinero que se utilizó para equipar el laboratorio clínico.

En el año de 1949 llegó al hospital el químico Gabriel Castañeda Torres, quien se encargó de establecer la farmacia; se elaboraron unas recetas que eran impresas en mimeógrafo y en la parte superior rezaban “consulta gratis a los pobres de solemnidad”, y los medicamentes se surtían sin ningún costo. Al tiempo el químico Castañeda renunció y lo suplió como responsable del departamento el farmacéutico el profesor Francisco Antonio Peña Becerril, quien fungió como tal por más de 30 años.

En adelante será Hospital Universitario, operado por el Gobierno Federal.
En adelante será Hospital Universitario, operado por el Gobierno Federal.

Un cierre esperado…

El pasado viernes 28 de abril, esta clínica cerró su ciclo y fue entregado en donación por gobierno de Alfonso Durazo, al Gobierno Federal, para convertirse en un Hospital Universitario. Todos los servicios de atención médica serán en adelante en el Nuevo Hospital de Especialidades ubicado en el Boulevard Colosio y Quintero Arce.

María de Lourdes Espinosa, delegada del IMSS en Sonora, ha informado que para el Hospital Universitario requerirán invertir 100 millones de pesos, para establecer lo que denominó como un “centro para la excelencia clínica y quirúrgica”, al cual tendrá acceso personal médico que requiera capacitación.