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La Rectoría de la UniSon, bien vale una huelga

Los maestros sindicalizados colocaron banderas el pasado viernes 28 de abril.
Los maestros sindicalizados colocaron banderas el pasado viernes 28 de abril.

De Primera Mano

Por Francisco Javier Ruiz Quirrín

SEGÚN EL mensaje enviado por Alfonso Durazo, el Gobierno del Estado ha cumplido su parte en el conflicto laboral de la máxima casa de estudios con su sindicato de académicos. Le ha apoyado con 100 millones de pesos “que ha utilizado en sus litigios”, dijo el mandatario sonorense.

Y precisó además, que “nunca antes se había apoyado tanto a la Universidad”.

Por su lado, los integrantes del Sindicato de Trabajadores Académicos (STAUS), también cumplen exponiendo sus “justas exigencias” y se niegan a aceptar lo hasta ahora propuesto por Rectoría, a pesar de que históricamente –cuando menos en los años recientes- han tenido qué firmar acuerdos con aumentos salariales que no rebasan el 5 por ciento.

Pero al estilo “Che” Guevara, están pidiendo lo imposible. No quieren pagar el Impuesto Sobre la Renta, a pesar de que todas y todos los mexicanos estamos obligados a hacerlo, “de manera proporcional y equitativa”

¿Quién falla? ¿Quién no ha tenido la capacidad para proponer, sentarse a negociar y lograr levantar la huelga?… Rectoría.

Se pretende dejar atrás el ofrecimiento del Gobierno del Estado de mediar en el conflicto, por lo que el encargado, el secretario del Trabajo, Francisco Vázquez, había pronosticado que la huelga no estallaría por sus buenos oficios al entrar en contacto con las partes. La verdad es que falló. ¿O hubo cambio de estrategia?

La respuesta de la rectora María Rita Plancarte, como la de los últimos tres rectores de la UniSon, es que no hay dinero para cumplir los imposibles siempre expuestos por el sindicato en sus emplazamientos. Eso no es ninguna novedad, como tampoco es novedad alguna que en el Gobierno del Estado, empezando por las y los diputados en el Congreso, jamás han contemplado una bolsa de dinero para solventar las peticiones sindicales, año tras año.

Pero una pregunta ondea en el ambiente desde el campus universitario hasta palacio de gobierno: ¿Por qué se está dejando alargar esta huelga? ¿No será que a alguien, en particular, le interesa de manera especial dejar la percepción de que la Rectora Plancarte es una incapaz y que ya es hora de que alguien de la “cuatroté” ocupe el cargo?

Quizá y un personaje que está muy ligado a este régimen populista, como Jorge Taddei Bringas, pudiera dar una respuesta a esta inquietud, haciendo a un lado la demagógica: “Somos respetuosos de la autonomía universitaria”.

Quizá y otros personajes como Rodolfo Basurto y Álvaro Bracamonte, se estén frotando las manos con la posibilidad de adelantar los tiempos en la máxima casa de estudios.

Podría ser una forma deliberada para mantener paralizada a la Alma Mater.

¿Usted qué cree?

Y por favor no se una al coro oficial de que “se respeta la autonomía universitaria”, sobre todo después de la imposición de la Ley 169 en relevo de la Ley 4, que puso de regreso a los múltiples organismos colectivos como autoridades en el campus. El tiempo nos dirá que las decisiones serían lo más parecido a un ejido, donde nadie se hace responsable.

MUCHOS comentarios en redes sociales del deterioro sufrido en el viejo edificio del Mercado Municipal número 1 de Hermosillo… De hecho, se ha producido un debate en el que, por un lado, se habla de que los primeros obligados serían los locatarios, dueños de su espacio en el inmueble… También se habla de la autoridad municipal y, finalmente, del Gobierno del Estado… Por lo pronto, habría qué entrevistar a Carlos “Bebo” Zataráin, que en funciones de titular de la CECOP contemplaba un proyecto de remodelación del mercado… ¿Qué pasó con dicho proyecto?… ¿Se canceló?… Enseguida habría qué pedir un informe de los dineros captados por el Patronato del centro comercial de Hermosillo, vía parquímetros, los que opera esa asociación civil, precisamente para utilizarlo en mejoras en el lugar… Difícilmente habrá una respuesta del Gobierno del Estado, de manera independiente, porque está dedicado a ayudar “a los que nunca les ha tocado”, aunque hay excepciones, como fue el caso de la Unión Ganadera.