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Las 44 semanas de Claudia Pavlovich

Una de las mayores aportaciones de Claudia Pavlovich al desarrollo de la entidad en su gobierno será la estabilidad política y social, la paz pública y el encauzamiento de conflictos que no lograron explotar

 

Por Bulmaro Pacheco

Dentro de 44 semanas la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano habrá concluido el cargo para el que fue electa en 2015. Habrá cumplido el primer período de gobierno ejercido por una mujer desde 1831, cuando Tomás Escalante inaugurase la etapa de gobernadores del Estado.

Claudia fue la séptima gobernadora del país; antes que ella fueron: Griselda Álvarez en Colima, Beatriz Paredes en Tlaxcala, Amalia García en Zacatecas, Ivonne Ortega, Dulce María Sauri en Yucatán, y Rosario Robles en el Distrito Federal. La fallecida Martha Erika Alonso y Claudia Sheinbaum fueron electas en 2018 para Puebla y la Ciudad de México.

En su sexenio, la gobernadora Pavlovich ha desarrollado mucha actividad política y social a lo largo y ancho del Estado. Eso le ha permitido dialogar, comunicarse con la gente, adentrase en los problemas de las regiones y mantener a la entidad en paz, sin ningún conflicto permanente o irresoluble, que divida, retrase o contamine a otros actores de la vida política y social de Sonora, como sucedió en el pasado.

Cuando tomó posesión, era consciente de que había recibido un Poder Ejecutivo muy cuestionado y degradado por la francachela, el robo en despoblado, el escándalo permanente y la confusión entre interés público y privado que marcaron al primer sexenio de oposición en Sonora.

También heredó un Poder Ejecutivo enfrentado con las fuerzas políticas del sur de Sonora por la cuestión del agua.

Desde la campaña, Claudia observaba que la crisis experimentada por Sonora no era solo económica y política, era una crisis moral por las excesivas desviaciones y distorsiones del ejercicio del poder en seis años, hacia escándalos y corruptelas personales y familiares del gobierno de Padrés. Lo urgente al ganar sería entonces restablecer la credibilidad en el poder ejecutivo y sumar a todos.

Quizá por eso, una de las mayores aportaciones de Claudia Pavlovich al desarrollo de la entidad en su gobierno será la estabilidad política y social, la paz pública y el encauzamiento de conflictos que no lograron explotar, y el ejemplo más claro es que en lo que va de su período, apenas tres huelgas de menos de una semana cada una estallaron. Mucho trabajo, mucho diálogo y mucha conciliación.

Recibió al estado en medio de un atraso judicial y en el lugar número 32 en el país en el compromiso para adaptar la reforma del nuevo sistema de justicia penal acordada en 2008, que —según el transitorio Constitucional— debería haber quedado listo en todo México para el 2016. El Estado cumplió a pesar del poco tiempo de que dispuso, y ahí está ahora ubicado en los primeros lugares por sus reformas.

Igual le sucedió en lo relativo a los programas de rendición de cuentas y en la atención de las observaciones de la Auditoría Superior de la Federación. Ahora el Estado solo tiene un mínimo de pendientes de esta administración, pero cerca de 2500 —de 7 mil— millones de pesos por aclarar de la administración anterior al 2015.

Recibió también con algunos retrasos el compromiso de cumplir con la demanda de educación media superior —obligatoria—, que según el transitorio de la reforma del 2012 deberá cumplirse en todos los estados el próximo 2022. En Sonora y con el apoyo de la federación ese compromiso quedó saldado desde el 2018.

Recibió un estado dividido políticamente por el conflicto del Acueducto Independencia. Gradualmente y respetando las batallas jurídicas del caso, las tensiones y los enfrentamientos amainaron, quedando el balón en la cancha de las autoridades judiciales.

Por primera vez en 100 años, desde que Plutarco Elías Calles en 1917 sancionara al gobernador encargado del despacho Cesáreo Soriano —por haber recibido tres mil dólares de gente de Navojoa para permitirles juegos de azar— un exgobernador de Sonora (Guillermo Padrés) fue encauzado penalmente acusado de varios delitos. Estuvo en la cárcel y desde el 10 de diciembre del 2018 lleva su juicio en libertad.

Hasta su período de gobierno, y como máximo logro de política de género en Sonora, y desde 1973, habían sido electas hasta ocho mujeres —en un trienio— como presidentas municipales. Gracias a la reforma al artículo 150-A de la Constitución local, promovido ya como gobernadora, fueron electas 26 mujeres presidentas municipales en 2018. Por diferentes causas y en tiempos recientes han sumado 28, al asumir mujeres la Presidencia en Bácum y Villa Hidalgo.

Aún y con la escasez de recursos económicos ha sido estable la relación con las y los presidentes municipales —28 de oposición en sus primeros tres años— y 36 en el segundo trienio, con apertura y sin mayores reclamos hasta donde se sabe, y no guardan reclamos ni denuncias pendientes con la gobernadora.

Igual ha sido con el Congreso local, con 16 diputados de oposición en el primer período y 28 en el segundo. Ha librado batallas importantes para combatir el rezago legislativo y sacar adelante sus propios proyectos.

Con el presidente Enrique Peña Nieto la relación fue cordial y respetuosa. El presidente Peña apoyó a la gobernadora con un hospital del IMSS en Nogales, inversiones importantes en agua, y el fortalecimiento de la capacidad del Puerto de Guaymas. Sin discusión los apoyos para complementar la obra carretera, con avances muy importantes de las estructuras de concreto de la ruta Estación Don-Nogales que Claudia recibió con solo 5% (de concreto) y la entregará con un 75%. Todo eso en los 1,304 km (652 km por dos cuerpos). La carretera de cuatro carriles la recibió con un 27% de avance en su modernización y hasta ahora en su quinto año la lleva en 98%. Muchas vidas salvadas en carretera y una aportación indiscutible a la modernización económica y social de Sonora.

Con el presidente López Obrador logró entenderse con el tiempo y aunque a la fecha no se hayan visto mayores aportaciones del nuevo gobierno federal para Sonora —más allá de los estadios de béisbol—, no se descarta que reciba apoyos el próximo año para concluir obras prioritarias de su gobierno. Los gobiernos no crean los empleos, los crea el sector privado, pero el gobierno deben responsabilizarse de establecer un clima de confianza basado en el respeto al estado de Derecho para fomentar la inversión. En ese campo ha existido confianza entre gobierno, Sindicatos y empresa privada en Sonora y nada la ha alterado en estos cinco años. A pesar de la pandemia, se han generado 92 mil empleos en cinco años.

No veo cómo pudiera descomponerse la política en el estado con la proximidad de la sucesión estatal y los trabajos partidistas que se vienen en diciembre de este año. Los procesos electorales están —y estarán— en manos de las instituciones electorales y los partidos —que en su momento—, deberán postular candidatos y desarrollar las campañas.

La gobernadora Pavlovich ha cumplido con su palabra de no impulsar candidaturas oficiales dentro del PRI y sin abdicar a su militancia, ha estado atenta a la estabilidad y el desarrollo del estado. No está mal para un quinto año de gobierno que históricamente era el año en que se soltaban los demonios de la política y desataban las crisis. En la gobernabilidad y la estabilidad política, a mi juicio, la gobernadora ha cumplido con su parte. A ver qué dicen los demás.

 

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