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Los abuelos de Sonora en la marginación y el abandono

Por Gerardo Moreno, Violeta Gill y Kennia Gálvez /

En México 27% de las personas mayores de 60 años han sentido alguna vez que sus derechos no han sido respetados por su edad; en Sonora es toda una realidad la discriminación social y el incumplimiento de la Ley de Adultos Mayores

Sentado en una silla, solo, mirando al horizonte, esperando una visita que nuca llegará. Su rostro ya refleja una depresión combinadas con las cientos de arugas que dan fe de una vida transcurrida y que está por llegar a su fin. Alejado de su familia y amigos que alguna vez lo acompañaron y hoy lo dejaron enfermo, triste y abandonado.  Así transcurren los últimos días de cientos de ancianos en asilos y casas hogar que los rescatan del abandono.

Varios factores se combinan para considerarlos como un grupo vulnerable, blanco de abusos físicos y psicológicos: los problemas económicos, las escasas oportunidades laborales, la discapacidad y un gobierno del Estado que no cumple la Ley de Adultos Mayores.

Una cruel realidad

La señora Martina Guadalupe Lagarda Macías, directora de la Casa Hogar Don Bosco un asilo de ancianos de hombres en estado de abandono (que forma parte de la Fundación por la Unidad y Dignidad Humana que dirige el padre Luis Alfonso Cobácame), comentó que es verdaderamente triste la situación que viven nuestros ancianos quienes sufren maltrato y son echados a menos.

Martina Guadalupe Lagarda, directora de la Casa Hogar Don Bosco.
Martina Guadalupe Lagarda, directora de la Casa Hogar Don Bosco.

El asilo tiene operando 29 años. Recordó que el lugar inició atendiendo solo cuatro ancianos, hoy tienen a 22 y una lista de espera de más de 50. Sin embargo no pueden ayudar a todos.

Martina platicó el caso de un señor que recogieron totalmente solo y que padecía cáncer en etapa terminal, el abuelito era muy amable y muy querido en la Casa Hogar, en una ocasión después de un paseo a San Pedro que no se quiso perder, falleció en la madrugada.

Esa misma noche llegaron muchos familiares en carros del año, le llevaron uno de los doctores más reconocidos y le pusieron un traje elegante en el ataúd. Ahí le lloraban pero cuando lo tuvieron vivo nunca lo visitaron.

Otro señor, que era contador público, fue encontrado abandonado en el llano donde están las plantas tratadoras de aguas. Ya en el albergue una vez salió en una entrevista y su hijo lo reconoció, se reportó a la Casa Hogar, él vivía en Torreón, y le prometió que iría a visitarlo.

Al señor le dio mucho ánimo y estaba desesperado por encontrarse con su hijo, que no veía desde que falleció su esposa. Todos los días, sin importar calor o frío, salía a las afueras del asilo a sentarse bajo un árbol a esperarlo. Cuatro años duró esperando la ansiada visita y nunca llegó. Al final falleció solo y con una gran depresión.

Hace ocho años recibieron un reporte de un anciano que estaba tirado en un monte. Lo hallaron completamente abandona con un perro, era tarahumara y no hablaba español. Había sufrido una embolia y casi no podía caminar.

Lo llevaron al Casa y lo atendieron. Ahora ya habla español y convive con los demás ancianos, incluso ya hasta tiene energía para pelearse. Él se hace cargo de la lavandería y es su forma de sentirse útil, además de ganar un poco de dinero que utiliza para comprarse sus cigarros.

La señora Martina explicó que la casa hogar es para hombres mayores de 65 en estado de abandono pero también, en casos extremos, reciben a personas que son maltratas por sus familiares, algo más común de lo que se podría pensar.

Crece población y cada vez más vulnerable

De acuerdo al Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, en Sonora residen alrededor de 2.6 millones de per­sonas, de éstas 232,874 son adultos mayores (112,175 hombres y 120,699 mujeres). Son diez los municipios donde se concentra el 78.9% de la población referida. Tan sólo en Hermosillo vive una cuarta parte de los adultos mayores sonorenses.

La proporción de hogares en el estado donde al menos reside una persona de 60 y más años, con respecto al total es de 24.6%, equivale a que en uno de cada cuatro habita al menos un adulto mayor.

De acuerdo con el INEGI, en Sonora 65,391 adultos mayores (28.1% del total de esta población) son económicamente activos, se encuentra en el mercado de trabajo, laborando o buscando hacerlo.

El resto de los hombres que no tiene alguna actividad económica, el 70.5% son pensionados y jubila­dos. En contraste, 76.0% de las mujeres se dedican a los quehace­res domésticos, 16.5% son pensionadas y jubi­ladas, 4.4% presentan alguna limitación física o mental permanente. En ese sentido las abuelitas son aún más vulnerables.

El censo establece que aproximadamente 23 de cada 100 personas de 60 años y más, tiene una discapacidad. La más predominante es la motriz.

Por otro lado en los resultados sobre personas adultas mayores de la Encuesta Nacional de Discriminación en México (Enadis) 2010 muestran los niveles de exclusión, de falta de reconocimiento y de obstaculización de derechos y oportunidades fundamentales para llevar a cabo una vida digna y satisfactoria independientemente de la edad.

Según este reporte, en México 27.9% de las personas mayores de 60 años han sentido alguna vez que sus derechos no han sido respetados por su edad; 40.3% describe como sus problemas principales los económicos, 37.3% la enfermedad, el acceso a servicios de salud y medicamentos, y 25.9% los laborales. Todos estos son medios imprescindibles para llevar a cabo una vida digna.

Por su parte Celia Martínez, representante de la Fundación para el Bienestar del Adulto Mayor, en un informe público que presentó hace días en la ciudad de México, refería que 1.7 millones de adultos mayores en México son víctimas de violencia, tanto física como psicológica y la mayoría, el 40%, alrededor de 680 mil ancianos, vive está realidad dentro de sus hogares.

Estado y sociedad le fallan a sus viejitos

Sonora, desde el 2007, cuenta con la “Ley de los Adultos Mayores”, la cual busca asegurar y salvaguardar los derechos de las personas de la tercera edad y evitar las condiciones de maltrato, abuso, marginación y abandono que sufren.

Odracir Espinoza, abogado e impulsor de la Ley de los Adultos Mayores.
Odracir Espinoza, abogado e impulsor de la Ley de los Adultos Mayores.

El abogado Odracir Espinoza, uno de los impulsores de la Ley y luchador por los derechos de los adultos mayores, comentó que lamentablemente esa Ley no se cumple.

Explicó que es el Gobierno del Estado es quien está obligado a crear un área de atención y de protección a los adultos mayores. Además se aprobó crear la figura del Procurador de los Derechos de los Adultos Mayores, pero no está operando.

“A razón de que los últimos años hay mayor concientización por parte de la sociedad sobre este grupo vulnerable, estamos viendo que se han legislado los derechos, desde el ámbito federal hasta el ámbito local, sin embargo, ¿qué ha pasado? Las realidades son dos:

“La primera la falta de educación en este tema por parte de los propios adultos mayores pero principalmente de sus familias. La segunda, y que es la que estamos luchando, es que vemos que las autoridades hablan de los adultos mayores en campañas políticas, pero en esencia las políticas públicas están olvidadas, las figuras jurídicas creadas para tales fines de la protección de los derechos de nuestros viejitos son inoperantes e inertes”.

Por ello, el licenciado Espinoza consideró: “lo principal es que desde la sociedad civil impulsemos los derechos de los adultos mayores por nuestros abuelitos pero sobre todo por nosotros mismos en un futuro. Que hagamos operantes y reales sus derechos, su trato preferencial, el cumplimiento de sus necesidades de salud, de esparcimiento, pero principalmente impulsemos los derechos por un envejecimiento digno y con calidad de vida…”

Explicó que lamentable aún se dan situaciones donde se violenten los derechos de los adultos mayores, y más lamentable no le hemos dado la importancia que merece, desde nuestra casa hasta la sociedad no hemos cumplido.

Prófugos del asilo para luchar por sus derechos

Para Virgilio Arteaga, presidente y fundador de “Abuelos Trabajando”, el principal problema que tienen que enfrentar los ancianos es la discriminación. Es por esto que todos los programas que impulsan son encaminados a dar espacio y orientar a los adultos mayores.

1 VIRGILIO ARTEAGA
Virgilio Arteaga, responsable de la agrupación Abuelos Trabajando.

Tener 50 años de edad o más, es el único requisito para poder ingresar. Ahí pueden cursar carreras cortas o la preparatoria y además tiene un área de prestadores de servicio, donde consiguen trabajo.

“Aquí aprendemos a ser independientes, aprendemos a envejecer; el cuerpo sí lo tenemos cansado, lo normal, tengo 73 años y mi vida productiva no ha terminado y me pienso jubilar a los 90, no queremos depender de nadie queremos vivir autónomos pero para eso necesitamos seguir activos”, comentó Virgilio Arteaga.

En el 2004 “Abuelos trabajando” propuso la Ley de los Derechos de los Adultos Mayores: “El Congreso no ha permitido esta ley, cada que dicen que no, allá vamos con mantas y todo”.

Además afirmó que los problemas no los van a parar (les deben seis meses del programa de subsidio estatal “Peso por Peso”), pues cuando tienen problemas salen a la calle a pedir donativos o realizar algún tipo de actividades para recaudar fondos: “no podemos parar es un movimiento de adultos mayores que ya tiene 18 años y mi vida productiva no va a parar”.

*Si alguien desea ayudar a la Casa Hogar Don Bosco puede comunicarse al 2854359 o 6621020706, o ir directamente en avenida 10  número 116, colonia Jesús García. Les hace falta alimentos, pañales para adulto, recursos para pagar los servicios y sobre todo voluntarios.