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Lucha contra las aguas negras

Por Gerardo Moreno/ Con el sudor todavía escurriendo por la frente, la camiseta empapada entre lodo y sudoración, el cuerpo agotado por los fuertes rayos del sol y pese a su padecimiento de presión alta, el señor Miguel Reyes Ruiz revisa exhaustivamente las tuberías en su casa, ya no quiere volver a sufrir esa impotencia de verla inundada por aguas negras, tal como ocurrió la semana pasada tras las fuertes lluvias.

El habitante de la colonia Emiliano Zapata, recibió a Primera Plana desde el cerco de su casa ―ubicada en la esquina del Boulevard Vildósola y calle Primera― las plantas del frente de la vivienda aún tienen las marcas de la inundación y en el techo como observando esta un cartel de Daniela, su nieta, quien fue una de las víctimas de la Guardería ABC. Desde ahí nos platica cómo el miércoles 17 se empezaban a inundar, como casi todas las temporadas de aguaceros.

Esa tarde cuando la lluvia empezó a caer fuertemente, las calles se llenaron de agua que corría y ya empezaba a meterse a su casa por un lado. La situación se puso grave cuando aguas negras empezaron a brotar por la taza del baño y la coladera de la regadera inundando la casa, los tapones que utiliza bajo una biga de acero no fue suficiente para evitar el brote.

3 Sr Reyes
Miguel Reyes, narra cómo tras las fuertes lluvias de la semana pasada su casa se vio inundada por aguas negras.

“La taza está alta y el agua de drenaje salía a chorros todavía arriba de la taza”, recuerda.

Con desesperación, continúa, empezó a llenar cubetas y cubetas de aguas negras para salir a echarlas hacia afuera, pero en lo que salía y volvía el agua maloliente ya estaba en la habitación principal.

La esposa del señor Reyes a como podía barría el agua con una escoba hacia la puerta principal, para eso el líquido que brotaba del drenaje ya había atravesado toda la recamara y empezaba a llegar a la sala y así lucharon contra las aguas negras durante mucho tiempo.

Gracias a que las lluvias no duran mucho en Hermosillo la situación se pudo controlar, sin embargo al menos unas cinco casas de la misma calle sufrieron la misma situación, algunos no pudieron reaccionar a tiempo y se inundaron completamente.

Los vecinos tratan de explicarse qué ocurrió y elaboran sus propias conclusiones:

Hace poco repavimentaron la calle Primera, pero lo hicieron “a la brava”, dejaron un cochinero taponeando la tubería del drenaje (al llegar se veía como habían vuelto a poner una alcantarilla) y con la gran cantidad de agua que llevaba no encontró salida, buscó otras como los baños de las familias afectadas.

Los daños en la casa de los Reyes fueron considerables, los muebles de la recamara principal se empiezan a carcomer y destrozarse por la humedad, la taza del baño quedó completamente inservible y la tuvieron que tirar, la tubería del mismo baño se reventó y ahora viven con la incertidumbre de qué pasará en la siguiente lluvia.

Un problema de siempre

Miguel Reyes explica que tiene más de 26 años viviendo en esa casa y cada año, con cada temporada de lluvias, la situación es la misma: “Cada temporada de lluvias es lo mismo, aquí nos inundamos, pero la semana pasada fue más grave que otros años”.

La razón de que se inunden cada año es que su casa se encuentra en una especie de hoyo por debajo del boulevard Vildósola. Cada vez que llueve, llega toda el agua desde zonas aledañas como Villa de Seris, también desde la colonia Y Griega y desde luego, la que baja del cerro por las calles de la colonia Piedra Bola.

Esta tubería que pasa por debajo del Boulevard Vildósola desfogó algo más que agua de lluvia.
Esta tubería que pasa por debajo del Boulevard Vildósola desfogó algo más que agua de lluvia.

Desde estas tres partes llega el agua de lluvias y sale directamente frente a su hogar por un conducto de drenaje pluvial que pasa bajo el Vildósola pero que tiene salida justamente frente a la puerta de la familia Reyes.

Para evitar que el agua le llegara de frente y de golpe, hace años construyó una barda con la cual encauza el flujo hacia la calle, pero es insuficiente ya que cuando son lluvias fuertes el agua brinca la barda. Además la salida del tubo está varios centímetros más bajo que el nivel de la calle, lo que hace que se dificulte su flujo y se estanque.

“Debieron haber construido un vado o algo ahí porque me avienta el agua de fregazo”, expresa el señor Reyes, y añade que cuando pavimentaron la calle Primera fue a decirle al encargado de la obra que estaba mal hecha, a lo que le respondieron que era imposible. Lo llevó a ver el desnivel que tenía la calle y el desagüe, sólo observaron y se fueron, pero no solucionaron nada.

Atención rápida

Miguel Reyes comenta que el mismo secretario del Ayuntamiento, Jesús Villalobos, acudió hasta las casas dañadas para ver los estragos de la inundación y las causas. Del mismo Ayuntamiento mandaron gente para que limpiara los hogares para tratar de evitar infecciones y mandaron instalar válvulas antirretorno en los drenajes que llegan a los hogares.

“Con esto supuestamente se soluciona que nos vuelva a salir agua por la taza del baño, pues cuando haya mucha presión la válvula se cierra sola”.

El vecino de la Emiliano Zapata, indica que él mismo tuvo que hacer el hoyo y buscar la tubería para que le instalaran la válvula, comenta que como los días siguientes siguió lloviendo y el temor existía, los trabajadores, aprovechándose de eso, si les dabas “una feria” la ponían rápido. Pero como él es pensionado y apenas le alcanza para sobrevivir él y su esposa, no pudo pagarles y tuvo que pedirles a sus tres hijos que fueran ayudarle.

Ahora como la tubería del baño está reventada y no tiene escusado, necesita destapar la válvula y hacer pruebas para ver si funcionaba ―lo que estaba haciendo ese mismo día― pero por el sol no pudo continuar.

Ahora la preocupación de la familia Reyes es qué va a pasar con los muebles ahora inservibles. Es en ese sentido que llama al Ayuntamiento para que responda por eso y hagan algo con el tubo de desagüe frente a su vivienda pues el agua siempre se queda estancada y es un foco de infección. De lo contrario, afirman, con la siguiente lluvia se volverán a inundar, solo les queda la esperanza de que ya no sea por aguas negras.

 

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