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Nelson Ned, adiós al Gigante de la canción

El bolerista y cantante religioso brasileño Nelson Ned, de 66 años, murió ayer en un hospital de Cotía, en la región metropolitana de Sao Paulo, como consecuencia de una neumonía grave, una infección respiratoria aguda y problemas en la vejiga, según informaron fuentes oficiales.

El artista, quien vivía desde el último 24 de diciembre en una clínica de reposo de Granja Viana, en el municipio de Cotía, había ingresado la noche del sábado en el Hospital Regional de la ciudad.

El pequeño gigante de la canción, apelativo que recibió por sus escasos 1,12 metros de estatura, se consagró en la década de los sesenta como una de las voces románticas más famosas de Brasil y su éxito internacional llegó con la grabación de varios discos en español.

Nelson Ned d’Avila Pinto nació en la región Minas Gerais el 2 de marzo de 1947. Debido al trabajo de su madre, muy pequeño tuvo que trasladarse a Belo Horizonte. Por una enfermedad llamada displasia espondiloepifisaria, sólo llegó a alcanzar la estatura de un metro con 12 centímetros.

Empezó a cantar haciendo promoción de chocolates en las escuelas, tenía mucha facilidad para los idiomas, cantaba en español, en italiano, la gente se volvía loca.

Cuando participó en el programa televisivo “Un cantante por un millón, un millón por una canción”, llamó la atención de un ejecutivo que le ofreció un contrato. Una decepción amorosa lo llevó a escribir poemas que después se convertirían en famosas canciones como “Todo pasará”.

En 1967 trabajaba en cabarets y programas de televisión y poco después comienza su internacionalización al cantar en Nueva York, pero con la llegada de la fama también comenzaron sus excesos.

“No eran parrandas sociales, era yo con dos o tres mujeres encerrado en la suite de un hotel. Yo era bueno para hacer lo malo y hacerlo bien, sería cómico si no fuera trágico”, señaló en una entrevista.

En 1974 pisó el escenario del Carnegie Hall con el tema “Happy day my darling”, un escenario al que sólo habían tenido acceso leyendas como Frank Sinatra. Es en ese año cuando pisa México, donde no era tan conocido, pese a tener ya tres éxitos como “Todo pasará”, “Si las flores pudieran hablar” y “Déjenme si estoy llorando”.

Dos años después tuvo problemas de la vista y estuvo a punto de quedar ciego, por lo que fue la primera ocasión que trató de acercarse a Dios, pero poco después recayó en sus adicciones.

“Yo era un enfermo sexual, tenía una filosofía de que la mejor mujer era la siguiente”, comentó el brasileño, que ofrecía cocaína a mujeres a cambio de sostener orgías, e incluso reveló que nunca se cuidó.

Debido a que sus tres hijos nacieron con la misma enfermedad que él, tuvo que someterse a una vasectomía.  Desde hace varios años enfrentaba problemas de salud, que se agravaron en 2003 por un Accidente Cerebro Vascular.

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