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No tuvimos ninguna responsabilidad en las inundaciones: Misión XXI

Por Imanol Caneyada/

El problema, aclara la empresa urbanizadora de Las Riberas, viene de antaño y se debe en gran medida a la falta de mantenimiento y definición del cauce del río por parte de las autoridades

La empresa Misión XXI, propietaria de los terrenos donde se asienta el proyecto de urbanización Las Riberas, es categórica al afirmar que no tuvo ninguna responsabilidad en las inundaciones que afectaron el poblado La Victoria el pasado 26 de junio.

Lo anterior se desprende de la información aparecida en este mismo semanario el viernes 3 de julio, en la que se daba a conocer que Conagua investigaba la propiedad Las Riberas por el probable desvío del curso del Río Sonora, lo que pudo haber provocado la afectación de cientos de familias del poblado La Victoria, al norte de Hermosillo.

Luis Rivas Llamas, encargado de Bienes Inmuebles de Misión XXI y vocero de la empresa en esta ocasión, recibió a Primera Plana para ofrecer una detallada explicación de lo que sucedió ese viernes en que las fuertes lluvias provocaron un aumento del cauce, el cual se desbordó a la altura del mencionado poblado.

Según la versión de la empresa urbanizadora, el problema viene de antaño, y entre otras cuestiones, un aspecto fundamental es que Conagua no ha definido el cauce del río, y las márgenes, por lo menos desde San Pedro-El Saucito, se encuentran invadidas por posesionarios, con la consecuente incertidumbre legal y administrativa, y la falta de mantenimiento para que las aguas fluyan debidamente.

El funcionario de la empresa detalló que la situación se agravó el año pasado, cuando en el mes de septiembre, las fuertes lluvias provocaron inundaciones en toda la zona, incluidos los ejidos El Tazajal, San Pedro y el mismo Victoria; a causa de ello, los vecinos formaron el Comité Río Sonora, el cual se acercó tanto a Conagua como al Consejo Estatal del Agua (CEA) para encontrar las soluciones que las constantes inundaciones reclamaban desde hace mucho tiempo, antes de que se cercaran los terrenos de Las Riberas.

La respuesta que tuvieron, continúa su relato Rivas Llamas, fue que la CEA les prestó un tractor D9 para que limpiaran el cauce del río, sin diesel ni operador.

La propia empresa se involucró en la limpieza del cauce apoyando con el combustible y excavando una parte del vaso, la que abarca del vado Mesa del Seri a los terrenos de su propiedad, al sur.

El problema es que ni los vecinos de la zona ni Misión XXI, argumenta el entrevistado, son expertos en el tema, con lo que la tierra que el tractor extraía del fondo del cauce fue a dar a los bordos de todo ese trayecto, aumentando considerablemente su altura.

Ni Conagua ni la CEA se preocuparon por limpiar y adecuar el cauce en todo este tiempo.

Casi un año después, con las torrenciales lluvias del viernes 26 de junio, explica Luis Rivas, la crecida de río, al no encontrar su salida natural por la margen izquierda, subió de nivel y en el vado de la Mesa del Seri, que está más bajo, se desbordó inundando la parte del poblado La Victoria más cercano al cauce.

De hecho, añade el vocero de Misión XXI, tanto el comisario ejidal como el delegado del poblado solicitaron a la empresa vía oficio su ayuda para que abriera una ventana en el bordo de la margen izquierda un poco antes de llegar al vado de la Mesa del Seri, y rebajara el bordo, también de la margen izquierda, a la altura de dicho vado.

Cuando se disponían a hacerlo, las autoridades de Conagua impidieron los trabajos, dice Luis Rivas; afortunadamente, una vez que estudiaron la situación, ya que ni siquiera conocían el lugar, dieron luz verde y Misión XXI procedió a abrir estos desagues que permitieron que el río siguiera su curso natural por la parte este, alejándose del poblado.

La barda que rodea Las Riberas, ubicada al sur de La Victoria, insiste Rivas Llamas, no tuvo ninguna injerencia ni fue responsable de que el agua anegara parte del lugar.

El problema es añejo, reflexiona, y tiene que ver también con la falta de cultura de prevención que tenemos tanto autoridades como ciudadanos, el desordenado crecimiento urbano y la falta de garantías jurídicas en la posesión de la tierra.

La principal preocupación de Misión XXI a decir del entrevistado es la gente, los habitantes de los poblados y ejidos vecinos al desarrollo Las Riberas.

Tan es así que desde 2007, aclara Rivas, la empresa ha desarrollado una serie de programas sociales que ha impulsado tanto en La Victoria como en los ejidos circunvecinos para estimular el crecimiento social, cultural y artístico de las comunidades, principalmente entre los niños y jóvenes.

Mediante talleres artísticos, atención sicológica a las familias y apoyo económico, Misión XXI ha procurado contribuir en el desarrollo humano de los habitantes de la zona para mejorar sus condiciones de vida, concluye el encargado de Bienes Inmuebles de la empresa.