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Nos vino como anillo al dedo el “Coronavirus”

Por Dr. Jorge Ballesteros

“Una crisis transitoria, eso no va a tardar y vamos a salir fortalecidos, porque no nos van a hacer cambiar en nuestro propósito de acabar con la corrupción y de que haya justicia en el país, por eso vamos a salir fortalecidos, o sea que nos vino esto como anillo al dedo para afianzar el propósito de la trasformación”. López Obrador, Presidente de México.

¿Nos vino como anillo al dedo la destrucción de México y la pérdida de vidas humana por el coronavirus? 

Las declaraciones de un loco perverso, de un Nerón envejecido y senil, que ve como se quema nuestro país con la pandemia del coronavirus, como se pierden empleos, como cierran empresas pequeñas y grandes, como quiebran negocios, como la gente que vive al día se queda sin su sustento,  ¿de dónde van a sacar para alimentar a sus familias?

El sistema de salud que López Obrador,  por torpeza  desmanteló,  terminara por desfondarse, será desbordado por el gran número de pacientes,  por la falta de camas, medicamentos, respiradores artificiales, falta de suplementos sanitarios, falta de personal médico y de enfermería, etc.

 Y  ante el tamaño del desastre económico y de salud pública por el coronavirus, como si no fuera suficiente, regresó también el sarampión, erradicado desde 1992.

Miles de contagiados, cuyo número no conocemos,  pues en su demagogia y populismo prohibió hacer test para detectar la infección del virus y tratar de engañar a la OMS, de que aquí en México, no pasa nada, que todo lo tenemos controlados y que gracias a su honestidad, su trébol de cuatro hojas y su billete de dos dólares, estábamos protegidos los mexicanos con un escudo en contra de la infección.

En sus mañaneras y en sus giras turísticas y electoreras semanales por todo el país, gritó a los cuatro vientos que no pasaba nada, que estaban exagerando, que la gente saliera a las fondas, a las calles, que se abrazaran, que el daba el ejemplo besando lascivamente a niñas inocentes, dándole la mano a la mamá del criminal Chapo Guzmán, abrazando a sus pedigüeños seguidores, y esparciendo saliva con sus mentiras y promesas.

Alguien me mandó un tuit, comentando que López, en su tontera no se aguantó y descubrió los planes que nos tienen reservado para los mexicanos, el Foro de Sao Paulo, al declarar  que le viene como anillo al dedo esta crisis del coronavirus para trasformar a México ¿En qué? En la dictadura Castro chavista.

La 4T quiere aprovechar esta crisis para terminar de quebrar a los odiados empresarios, a los que quiere obligar a que paguen al SAT, el impuesto sobre la renta, la luz, el IMSS, en lugar de que las empresas puedan prorrogarlo o exentarlo sin que sean penalizados o multados, cuando menos por un mes, prorrogar o exentar los impuestos por un mes debería de ser garantizado, para que así puedan ayudar a sus empleados.

Ya amenazó López Obrador de que no habrá ningún estímulo fiscal para las empresas a pesar de tener cerradas sus puertas y paralizada su producción, deberán de pagar sus sueldos a los trabajadores como si trabajaran, por el tiempo que dure esta contingencia.

Se publicó un decreto el pasado 30 de marzo que establece que las empresas y comercios  no esenciales deben parar sus actividades, pero tienen la obligación de pagar el sueldo íntegro a los trabajadores o liquidarlos conforme a la ley. No hay términos medios.

De no hacerlo, subrayó el canciller Ebrard, habrá “responsabilidades penales para las empresas”, es decir para sus dueños.

Tener la economía parada durante tres, cuatro o cinco meses, es suicida. Podría resistir si el gobierno toma medidas urgentes de apoyo a las medianas y pequeñas empresas para que sigan pagando nómina. Sin embargo, no quiere. Cree que todos los empresarios son millonarios y no distingue grandes de medianas empresas.

López Obrador, es el único presidente del mundo que ante esta contingencia de la pandemia no ofrezca ningún estímulo fiscal a la planta productiva del país, por el contrario azuza al SAT para que les cobre los impuestos y los obliga a pagar sueldos a miles de empleados que están en sus casas.

Desde el gobierno se desató una embestida clasista, con el sello del resentimiento social que lo embarga, para culpar a “los ricos” de ser los causantes del coronavirus y de la crisis.

El secretario de Medio Ambiente, Víctor Toledo, no tiene empacho en abrirse de capa para acusar a los empresarios de ser “un virus mortal” para México.  Dijo que “contra ellos será la próxima guerra”.

Y mientras la pandemia nos golpea y nos obliga a estar recluidos en nuestras casas, los radicales de izquierda de Morena, en lo oscurito, de forma silenciosa para no alertar a los mexicanos, presentaron en el senado, un proyecto de dictadura que convertiría a México en prácticamente un estado policiaco como en cuba.

Hace dos meses llevaron al Senado un mamotreto de casi mil páginas con quince reformas constitucionales y un nuevo Código Penal Federal que anulaba las garantías del individuo ante el Estado.

¿Para los delincuentes? No. Para tener presos sin juicio previo a empresarios, opositores, periodistas, contribuyentes y ciudadanos en general que provoquen la sospecha del gobierno.

Ahí estaba el proyecto: arraigo ante cualquier acusación en todos los delitos.

Era un proyecto de dictadura que llegó al Senado de manos de las más altas autoridades del país, y lo retiraron por el rechazo público que hizo el líder de Morena en la Cámara alta y, según trascendió, la protesta del presidente de la Suprema Corte.

Eso trae entre manos, un grupo radical que rodea al Presidente. Sus anhelos de tiranía se van a fortalecer ahora que se cae la economía y flaquean las instituciones de salud pública

Morena quiere a un México empobrecido, hambreado, con una clase media desaparecida, con un tejido social roto, con una economía arruinada, para que así se convierta en el caldo de cultivo ideal para una revolución social, que justifique el uso de la Guardia Nacional,  para aplastar el descontento e instaurar su soñada dictadura bananera, donde el dictador de Macuspana el KKS Obrador,  será el nuevo sátrapa de la región.