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Pobreza e inseguridad en aumento en Hermosillo

Por Imanol Caneyada/

En marzo de 2013, Hermosillo fue incluido en la Cruzada Nacional Contra el Hambre. Fue el único municipio de Sonora, junto con Etchojoa, en recibir tamaña distinción. Los motivos, a pesar de que mediáticamente quisieron minimizarse, eran que los índices de pobreza y marginación colocaban a la capital de Sonora entre los municipios del país más pobres, junto con otras ciudades cuyos estados tradicionalmente han sufrido el retraso y la marginación.

Al año siguiente, 15 municipios más de la entidad entraron a formar parte de esta lista ignominiosa. De esta forma, el mito de un estado próspero y rico parecía quedarse en eso, en un mito.

Un año antes, 2012, la doctora en economía Alba Celina Soto, sostenía en su tesis doctoral que Sonora, de los seis estados fronterizos, era el que presentaba menores índices de crecimiento económico y desarrollo social.

Hermosillo, comparándolo con las restantes capitales de entidades fronterizas, quedaba muy rezagado en cuanto a crecimiento, desarrollo urbano, infraestructura, acceso a la salud y otros indicadores.

Hoy en día, según los datos oficiales de instituciones como Sedesol y Coneval (los cuales no han sido actualizados y pertenecen al periodo del 2010-2013), Hermosillo tiene más de cien colonias con familias que sufren de pobreza alimentaria y extrema, además del Poblado Miguel Alemán.

En Sonora, 800 mil personas están en pobreza alimentaria.

En la capital, 26% de la población se encuentra en situación de pobreza y 4% en situación de pobreza extrema, esto significa que alrededor de 32 mil personas tienen tres o más carencias, de seis posibles, dentro del Índice de Privación Social y que, además, se encuentran por debajo de la línea de bienestar mínimo. Las personas en esta situación disponen de un ingreso tan bajo que, aun si lo dedicasen por completo a la adquisición de alimentos, no podría adquirir los nutrientes necesarios para tener una vida sana, según la definición que Coneval hace de pobreza extrema.

A lo anterior hay que añadirle que cerca de 20 mil hermosillenes con más de 15 años tienen una educación básica incompleta y que alrededor de 18 mil habitantes de esta ciudad carecen de acceso a servicios de salud de ningún tipo.

Las recientes lluvias dejaron al descubierto las fuertes carencias en vivienda que sufren poblaciones como La Victoria y Bahía de Kino, resultado de la pobreza.

La región del Noroeste, según la Encuesta Nacional de Adicciones de 2011, presenta el índice de consumo de drogas ilícitas más alto del país con 38%; las autoridades de Salud de Sonora, recientemente mostraron su preocupación por el aumento en los índices de consumo de drogas como el cristal y la heroína en la entidad.

Por otra parte, el año 2014 y lo que va del 2015, desde el punto de vista presupuestal, Hermosillo ha vivido una de las peores etapas de su historia reciente.

La falta de presupuesto con que está operando el municipio se refleja en constantes fallas en el alumbrado eléctrico, en la deficiente recolección de basura, en la falta de mantenimiento de los espacios públicos de convivencia, en la preocupante ausencia de policía preventiva en muchas colonias de la ciudad.

Todo lo anterior incide de manera notable en una inseguridad galopante y en el  surgimiento de grupos vecinales que se organizan para enfrentar a la delincuencia, ya que los cuerpos de seguridad no responden a su llamado.

Robos, asaltos, homicidios, violencia intrafamiliar y autodefensas

Según datos proporcionados por el Semáforo Delictivo en Hermosillo, en lo que llevamos de 2015, la tasa de homicidios y de violencia intrafamiliar en esta ciudad ha aumentado en 17%; mientras que la de robo de autos ha crecido en 15%.

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De acuerdo a registros del INEGI, durante 2014 en Sonora se registraron 656 muertes, colocando a Sonora en el 5to lugar a nivel nacional, según tasa poblacional.

Una encuesta realizada en Hermosillo por la Secretaría de Seguridad Pública de Sonora el año pasado arrojaba los siguientes resultados:

-3 de cada 10 personas en Hermosillo ha sido víctima de algún delito en su colonia.

-6 de cada 10 personas no presentan denuncias ante el Ministerio Público.

-4 de cada 10 personas se siente inseguro de vivir en el municipio de Hermosillo.

-3 de cada 10 personas perciben que los delitos en su colonia aumentaron.

-2 de cada 10 personas por causa de la delincuencia han dejado de usar joyas.

-2 de cada 10 personas han reforzado las cerraduras de sus hogares para protegerse de la delincuencia.

-6 de cada 10 personas no le inspira confianza las autoridades policíacas.

De un año a esta parte, el hartazgo de los habitantes de Hermosillo por la nula respuesta de las autoridades policiacas ha llevado a los ciudadanos a organizarse para enfrentar a la delincuencia.

El fenómeno, al que algunos medios han comparado con el surgimiento de los grupos de autodefensa en Michoacán, ha ido en aumento.

Al menos habitantes de seis colonias entre 2014 y 2015 se han organizado para combatir los embates de la delincuencia en Hermosillo: Mesa del Seri, Real del Carmen, Quintas del Sol, Amapolas, Palo Verde y Villas del Real.

Los testimonios de estos ciudadanos coinciden en lo general: el alarmante aumento de robo de autos, robo en casa-habitación, asaltos, homicidios, aunado a la impunidad de los delincuentes y a la falta de respuesta de la policía los ha orillado a patrullar sus colonias armados con bates de beisbol y palos.

Los primeros fueron los habitantes de Mesa del Seri, cuando en junio de 2014 anunciaron su intención de organizarse ante la indefensión en que los había dejado la autoridad.

Un año después, el alcalde de la ciudad, rebasado por los acontecimientos, se ha visto obligado a dar su anuencia a estos grupos vecinales acosados por la inseguridad y respaldar sus acciones, incapaz de contener la ola delictiva que aqueja a la ciudad, vinculada de alguna forma al empobrecimiento de la misma.