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“Primera Plana” 40 años de hacer periodismo

Por Antonio López, Jesús Moreno y Rigo Gutiérrez E.

Habían pasado muchas horas y la gente seguía insistiendo en hacer pruebas y más pruebas en la vieja rotativa del taller. Debía salir. Fue cerca de las dos de la tarde del 15 de septiembre de 1983 cuando salió la primera edición de “Primera Plana”. El equipo de aquellos fundadores lo recuerdan con especial cariño a la distancia, porque así nacía no solo un medio de comunicación, sino que se creaba toda una escuela donde han surgido decenas de periodistas.

Con la marca del esfuerzo

Hilario Olea Ruiz, primer director del semanario, recuerda que este medio nació con la marca del esfuerzo. Primero porque venía de una lucha obrera de reporteros de “El Sonorense” que mantenían una huelga para evitar que cerraran su fuente de empleo, pero a la vez gestaban este otro medio. Por cosas del destino, recuerda, para Nacho Blancarte, para Ruiz Quirrín, para todos, la lucha había sido muy desgastante, por lo que pidieron un momento de respiro, y le propusieron hacerse cargo.

Hilario Olea Ruiz, primer director de Primera Plana.

El también editorialista de este semanario narra que de entrada se enfrentaron a una serie de retos antes de darle vida a lo que conocemos. Primero fue elegir el nombre. Posteriormente el formato, fue el primer periódico tabloide de la región. Después el equipo, esa fue toda una travesía:

“Nos enteramos que el “Zurdo” Rodríguez, en Guaymas, tenía en venta una rotativa News King de dos unidades que estaba arrumbada. Nos lo vende a buen precio, casi de chatarra y lo mejor, a plazos”, sonríe.

Para trasladar esa maquinaria a Hermosillo tuvieron que idear un plan. Y es que reveló que el Gobierno en aquel entonces intentó “bloquearlos”.

“Un hermano de René Morera, que trabajaba en la Federal de Caminos, nos dio el pitazo de que habían ordenado interceptar la carga al llegar de Guaymas. Le sacamos la vuelta por Los Arrieros, por aquel camino y ahí se quedó guardada en una bodega cerca del aeropuerto”, contó.

El primer local donde se instalaría sería en una casa vieja en Colonia Centenario, pero cuando el dueño se enteró que era para un periódico y que era “Primera Plana”, canceló completamente el contrato. Después encontraron un edificio ubicado por la calle Revolución donde actualmente se encuentra.

Otra parte difícil de esos primeros días, comenta Olea Ruiz, fue el reclutamiento del personal.

“Por falta de dinero no podíamos traernos reporteros “hechos”, así que tuvimos que hacerlos. Gente que en su vida había trabajado en un periódico. Mi comadre Myrna Gálvez que era Trabajadora Social. La “Memey” (María Amelia Olea) había sido Secretaria. Martín Ruiz que estaba estudiando ingeniería. Ramón “Monchi” Olea estaba en talleres. Armando Vázquez a talleres. Benito Borgo se vuelve gerente y termina por ser uno de los jefes de producción más destacados del noroeste”.

En esa redacción, confiesa Hilario, cada quien llevaba su máquina de escribir y a teclear las notas.

El 14 de septiembre la idea era salir temprano, pero por dificultades el primer número salió a las dos de la tarde. Y a esa hora salieron a repartirlo. Incluso en la noche del grito, en la Plaza Zaragoza fueron entregados ejemplares.

Posteriormente, el maestro Francisco Javier Ruiz Quirrín asumió la dirección general del periódico dándole el despegue.

“Un periodista debe tener hambre y debe ser inconforme”

Corría el año de 1985 cuando Rafael Cano Franco buscaba la oportunidad para trabajar en un periódico, misma que le cambió la vida por completo y le dio rumbo a sus ideas.

Hoy el también presidente del Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores, recuerda con nostalgia sus inicios en “Primera Plana”, donde comenzó desde abajo ayudando en los talleres, hasta llegar a la jefatura de información.

Rafael Cano, fue jefe de la Redacción del semanario. Desde hace años fundó su propio medio informativo, y es presidente Foro Nacional de Periodistas.

Fueron alrededor de 15 años, en los que forjó su técnica periodística, conoció importantes personajes de la vida pública y logró el reconocimiento al Premio Nacional de Periodismo.

“Llegué a Primera Plana en dos etapas, era estudiante y Benito Borgo me invitó a formar parte de la compaginación en el taller, un taller incipiente, con más ganas que herramientas, pero que se hacían diversos periódicos, estuve ahí mientras estudiaba”.

—Empezaste desde abajo… ¿cuánto tiempo pasó para que empezaras a ser reportero?

Estuve ahí aproximadamente seis meses compaginando, luego ya me fui a estudiar, cuando regreso ya propiamente a trabajar, platiqué con Francisco Javier Ruiz Quirrín, ya que la intención no solamente era trabajar en la redacción, sino al mismo tiempo buscaba que el periódico me apoyara con una beca para estudiar periodismo.

—¿Cómo recuerdas a tu primera redacción?

Era una redacción pequeña, prácticamente cuatro compañeros, tres reporteros y una editora. Era una redacción muy singular, porque nosotros teníamos que pensar, no en la nota, sino en el tratamiento de la nota.

—¿Hay reportajes o trabajos que te hayan marcado?

Uno muy importante fue en 1995, el Semanario me mandó a Tijuana para hacer un reportaje sobre el primer aniversario luctuoso de Luis Donaldo Colosio. Previo a eso durante todo el año, estuvimos publicando del expediente de Luis Donaldo, reportajes, relacionados. Esa vez cerramos con un suplemento de 10 páginas. Fue merecedor a un premio nacional.

—En el periódico se menciona también un especial sobre los zapatistas de Chiapas… ¿te tocó participar?

—Sí, junto con Jesús Ruiz y Armando Vázquez, cuando estalló el movimiento zapatista. Documentamos todo, de la forma en que se podía, leyendo reseñas nacionales, leyendo por aquí, por allá. También fue un suplemento muy exitoso.

Hubo otro, sobre como en los tiempos del señor Iberri, su síndico Víctor Romo se fueron apoderando de terrenos. Eran muy sanos porque todos los días se comían una manzana, fue muy complicado, porque no había mecanismos de transparencia”.

—¿Cómo debe ser un periodista?

—Un periodista debe tener hambre y debe ser inconforme, deben tener hambre para buscar la noticia, para tratar de buscarle; y debe ser un eterno inconforme para no estar convencidos de que los que les dicen es la verdad.

Una escuela de periodistas

Jaime Atondo, es un experimentado comunicador hermosillense que también formó parte de la redacción de aquel naciente proyecto de semanario político. 

En entrevista, recuerda con orgullo y nostalgia aquellos años.

Jaime Atondo, formó parte del primer equipo de redacción de Primera Plana. 

Fue todo un acontecimiento histórico, califica, un grupo de reporteros entre los que estaba Ruiz Quirrín, Nacho Blancarte, y otros empleados, realizaron la primera huelga de un periódico en toda Latinoamérica: la Huelga de El Sonorense.

No salieron bien librados que digamos, señala, pero todos continuaron haciendo periodismo y gracias a la visión de Ruiz Quirrín, Hilario Olea y Benito Borgo, fundaron Editorial El Auténtico, que dio vida a “Primera Plana”.

“En 1983 estas instalaciones prácticamente estaban abandonadas, eso le ocasionó un gran trabajo al famosísimo y querido Plateado —que en paz descanse—, y empieza todo esto”.

Atondo recuerda que Ruiz Quirrín venía de una de las mejores escuelas de periodismo que era el diario “El Sonorense”, dirigido por Enguerando Tapia Quijada, “el mejor reportero que ha parido Sonora”. Así comenzaron con esta aventura que al tiempo también se ha convertido en un semillero de exitosos reporteros.

Con grata sorpresa dice que a 40 años de aquellos momentos, es todo un logro la empresa. “Hoy tiene los mejores adelantos, y estoy sorprendido, no tanto porque sé la capacidad de Ruiz Quirrín y del amor que le tiene a este proyecto, un proyecto que inició con un semanario, pero más que eso es una escuela y eso lo refleja toda la gente que ha pasado por aquí, hoy son grandes, no solamente empresarios, sino también grandes trabajadores periodistas, de una gran credibilidad  como lo es Rafael Cano Franco, Armando Vázquez, mi compadre Jesús Ruiz, Irisdea Aguayo, Oralia Acosta, entre muchos más”.

Benito Borgo y Jesús Ruiz Gámez.

Así añade, con júbilo: “Francisco Javier, como siempre yo espero tener muchos años y que tu tengas más para seguir felicitándote año con año y sentirme tan orgulloso como muchos de nosotros por esto que has logrado, junto con toda la gente que ha acompañado y que ha hecho suya la labor de hacer grande este proyecto, muchas gracias”.