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Procesos y recuerdos de la tragedia

Por Iván Ballesteros Rojo/

Hace cuatro años este reportero trabajaba para una empresa de monitoreo de medios. Era una especie de espía que apuntaba las opiniones de conductores de radio sobre diversos temas. Mi hora de entrada era a las 10:00 de la mañana. En ese entonces todo se trataba de las elecciones para gobernador; además de los contenidos normales de los noticieros.

Fue después de las 14:30 que la programación viró completamente. Se estaba desarrollando la peor tragedia infantil que tenga la historia de México. Todo era confusión y caos. Se sentía el nervio en la voz de los corresponsales que cubrían la nota. En la ciudad se escuchaban sirenas. Los periodistas se desplazaban a un  lugar ubicado en la colonia Y griega, donde se incendiaba una guardería de nombre ABC.

Los primeros reportes eran espeluznantes: 20 bebés muertos a causa del fuego. Una de mis compañeras de oficina comenzó a llorar después de escuchar la cifra. Desde el lugar de los hechos un reportero con la voz agitada, que aquí parafraseo, dijo lo siguiente: “Estamos desde el lugar donde se está dando el episodio más trágico de esta ciudad. Se trata de una visión dantesca. Se habla de 44 niños y niñas que han perdido la vida y 20 más que están debatiéndose en hospitales de la ciudad. En el lugar hay muchos elementos de la policía municipal. Están otro tanto de federales, no sé para qué están aquí si no hacen nada. Los policías municipales están resguardando el lugar para que no entren personas ajenas. Veo boquetes en una de las paredes. Me comentan que una persona, en su desesperación por no poder entrar a la guardería, estrelló su pick up allí para que pudieran entrar. En el lugar estaba lloviendo fuego. Y es que esto es en realidad una bodega que tenía en el techo un material inflamable para evitar el calor. Un material que ahora no recuerdo el nombre pero que se convirtió lava mortal para los infantes. Hay que imaginarse aquella lluvia de fuego cayendo en sus cuerpecitos. Y es que esto, como repito, es una vil bodega acondicionada, mal, como guardería.  Sigue el trabajo intenso de los bomberos. Aún hay humo y puede que tome fuerza de nuevo el incendio. Está llegando otra pipa de bomberos. Hay muchos curiosos. El tráfico está muy intenso. Hemos insistido que lo que menos se necesita en estos momentos son tantos mitoteros. Entiendo que puedo sonar chocante en este ahora, pero no puedo evitar decir que alguien tiene que dar una explicación por esto. Se tiene que explicar qué fue lo que pasó y por qué esta guardería estaba laborando en estas condiciones.”

Detrás de la voz del reportero se escuchaban gritos. La última pregunta que dejó en el aire aquel indignado corresponsal, después de cuatro años, ha sido respondida a medias. La otra, la de los responsables, también. Lo que todavía no tiene pies ni cabeza es el concepto de justicia en este caso. Todas las autoridades que hicieron omisiones y que fueron parte de la terrible negligencia; los dueños del lugar que no tenían los mínimos reglamentos de seguridad en orden…

Lo que sigue vivo de esta tragedia, después de cuatro años, es la indignación y el dolor.

El pasado 04 de junio se realizó un foro en el Centro de las artes de la Universidad de Sonora, en el cual estuvo presente el abogado del Movimiento Cinco de Junio, Lorenzo Ramos Félix, donde el licenciado explicó cómo va el proceso del caso. Ramos Félix habló de tres vertientes: la penal, que no podrá estar resuelta hasta que se procese al exgobernador Eduardo  Bours Castello y al exdirector nacional del IMSS, Juan Francisco Molinar Horcasitas; además de los 27 imputados. La otra vertiente es la legislativa, en la que el abogado manifestó que lo más difícil ha sido educar a los diputados para que entiendan los términos para la Ley de estancias infantiles 5 de junio. La otra es que se está haciendo un solo expediente del caso, porque había muchos y esto hacía que el proceso todavía fuera más largo. “Este es el motivo por el que se ha complicado el caso de la desgracia de la guardería ABC”.

Ramos Félix señaló que pretenden, a través de todas las instancias, hasta las internacionales, que se reclasifique el delito de homicidios culposos, a homicidios dolosos, ya que en este caso se presentó un “coctel de intencionalidades”: el lugar no tenía los instrumentos de seguridad necesarios y no hay registro de haber sido visitado por las autoridades de Protección Civil. Luego alrededor de la bodega había negocios que no pueden estar cerca de guarderías infantiles.

A cuatro años de la tragedia no queda más que recordar a 49 niños fallecidos, y otros 50 con lesiones que les acompañarán por toda su vida. Recordar y sentir rabia.

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