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Sin límites, solo desafíos que vencer

Por Karina Gastélum Félix

La mejor manera de celebrar el Día Internacional de las Mujeres este 8 de marzo es honrar y garantizar el respeto pleno y absoluto de sus derechos humanos fundamentales, defendiendo su integridad y su dignidad como personas y seres imprescindibles. Creo que nunca como ahora en nuestro país, existe una inocultable y creciente descomposición social que coloca a las mujeres, desafortunadamente, en la nota roja diaria y en las dolorosas estadísticas de feminicidios, violencia de género, desaparición y trata de personas, sin importar edad, ni ubicación geográfica ni condición socioeconómica. Es indiscutible que los recientes reclamos y exigencias justificadas por la protección a la vida, por la seguridad y el libre desarrollo de la personalidad de las mujeres, han puesto en evidencia el conjunto de políticas y acciones fallidas del estado mexicano. Lamentable que en pleno siglo XXI se siga violentando la integridad de las mujeres en nuestro país y en el mundo.

Por otra parte, en mi experiencia como presidenta del Colegio de Notarios y siendo la primera mujer en ocupar ese posición desde su fundación hace 50 años, muchas personas me han preguntado si hay suficientes mujeres notarias en el estado, y mi respuesta siempre ha sido la misma: mis colegas mujeres que actualmente ejercen la función notarial son aquellas que han tenido el compromiso de estudiar, prepararse y capacitarse de manera permanente para lograr lo que ahora tienen. Todas somos notarias por mérito propio.

Las mujeres notarias se ganaron a pulso su Notaría. Cierto que somos pocas, pero de una calidad ética, competitiva y profesional indiscutible e incuestionable. A las mujeres notarias nada nos ha sido fácil en un gremio integrado tradicionalmente por hombres. Competimos y ganamos. Quienes piensan lo contrario se equivocan, además que sus afirmaciones revelan un grado evidente de subestima o discriminación inaceptable e injustificada para las notarias sonorenses.

Ser notaria es el resultado inequívoco de esfuerzo intelectual y, en algunos casos, del sacrificio constante iniciado desde la universidad, pasando por la abogacía, el servicio público o la función judicial. Ciertamente somos pocas mujeres notarias, pero tengo la convicción que somos, junto al grueso de abogadas, las mejores profesionistas del Derecho en la entidad.

A nivel nacional el 23% del gremio somos mujeres, aunque sólo cuatro estados han confiado el cargo de presidentas de sus Colegios a mujeres como es el caso de Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala y Sonora. Terminamos por fin con el paradigma del patriarcado notarial.   

“Competir por la presidencia del Colegio como mujer fue un reto, pero lograrlo, es un enorme compromiso con mis colegas, con el estado, la sociedad y la comunidad jurídica”

Confieso que la decisión de participar y contender por la presidencia de mi Colegio, no fue fácil ni aislada de la opinión y las recomendaciones de la mayoría de mis colegas, principalmente de mi señor padre que también es uno de los notarios decanos en México. Reconozco que algunas personas trataron de desanimarme por el tamaño del desafío ya que ninguna mujer había ocupado antes la presidencia del Colegio. Me dijeron que “no es tu momento”, “te falta experiencia”, “eres muy joven para tener esas aspiraciones en un gremio tan conservador”, “espérate unos años”, “no te arriesgues vas a perder de seguro”, pero hubo otros que me motivaron a hacerlo y me ofrecieron su apoyo y alentaron mis intenciones. Esas personas optimistas, principalmente mi padre, fueron a los que escuché y valoré con atención.

Espero no cometer una infidencia al decir que recuerdo las palabras de un gran señor, amigo excepcional y ex presidente de nuestro Colegio, Don Gilberto Gutiérrez Quiroz, a quien admiro y respeto profundamente, quien una tarde que estuve en su despacho me dijo: “Tendrás que aprender a nadar entre tiburones. Las mujeres siempre salen adelante, así que adelante”. Fue un resorte. Esa frase me marcó y fortaleció mi confianza de lograr el objetivo de la presidencia del Colegio, cuyo triunfo asumí como un modesto homenaje a las mujeres. Sin embargo, reconozco que ser mujer y ser notaria es un trabajo complejo, sin duda, ya que lleva aparejada sacrificios que solo mis colegas mujeres entenderán, porque implica pasar la mayor parte del tiempo en nuestras oficinas; sacrificamos tiempo con la familia, amistades, y sobre todo con los hijos y eso es aún más difícil cuando éstos son pequeños, porque nos duele no acompañarlos en un partido de futbol, en una reunión escolar, en la fiesta de sus amiguitos, en un recital de piano o en un festival de danza. Ni modo, estamos resignadas a dar más calidad que cantidad de tiempo a nuestros seres queridos.

Soy mamá de dos niños pequeños, tremendos, pero muy hermosos como es Mariana y Paulo, que son mi razón de vida. Como muchas de mis colegas sabemos que esta doble condición de madres y notarias nos exige organizarnos para mantener ese difícil equilibrio entre la familia y el trabajo. Nuestra ventaja es que muchas de nosotras tenemos el ejemplo de nuestros padres que iniciaron este camino por el mismo sendero de la cultura del esfuerzo. Además, mi condición de ser una mujer profesional del Derecho, con el ejemplo de mi padre Rafael Gastélum Salazar, un hombre de una sola pieza, padre de familia y notario ejemplar, y mi compromiso por contribuir a modernizar los servicios notariales en Sonora, aunadas a la legítima aspiración de empoderarnos junto a mis colegas en una posición nunca antes ejercida por una mujer, determinaron mi registro en ese inédito proceso en el que los notarios y notarias eligieron por primera vez a una presidenta mujer, cuyo encargo asumí con el mayor sentido de responsabilidad para representarlos con dignidad. No gané sola y por eso no me mando sola. Soy cabeza de un colegiado plural y muy comprometido.

“Mi condición de madre, hija mayor, hermana, abogada, notaria, integrante honoraria del Sistema Estatal Anticorrupción, amiga del caudal de mis amigos y amigas, y además, presidenta del Colegio de Notarios, es extenuante, pero soy feliz siendo todo eso junto”.

Como presidenta he trabajado como acostumbramos las mujeres, sin descanso, para lograr un Colegio moderno, dinámico, cercano a su gremio, de puertas abiertas a la sociedad. Tengo claro que el notario tiene que estar cerca de la gente, no encerrado en su Notaría detrás de un escritorio. El notario tiene que trabajar en construir esa conexión de respeto, confianza y credibilidad con su cliente y nuestros usuarios; la única forma de lograrlo, es estar cerca de ellos. Aspiramos a que la sociedad conozca y se informe de la alta responsabilidad que representa ser notario. Somos los titulares exclusivos de la fe y la verdad pública. Enorme encomienda.

Seré presidenta del Colegio hasta noviembre de este año, en tanto, seguiré trabajando como lo he hecho hasta hoy, en forma incluyente por todos y para todos. Tenemos muchos retos por delante, no lo niego, pero también reconozco y me llena de orgullo decir que uno de los logros más importantes en el cual seguimos tejiendo fino es en cultivar nuestra unidad y propósitos comunes de ser mejores, más competitivos y comprometidos con la excelencia notarial.

Las mujeres del Siglo XXI estamos capacitadas para asumir cualquier responsabilidad pública o privada en el ámbito profesional, científico, académico, político o empresarial. Nuestras fortalezas, aptitudes y habilidades son infinitas. No hay límites para el éxito.

“Ser Notaria es un honor, pero también entraña responsabilidad y compromiso social”

La función notarial hoy en día es, como ocurre en el campo de todas las profesiones, altamente competida y demandante, pero particularmente difícil por lo complejo que se ha tornado el ejercicio notarial debido a la constante evolución normativa de tantas nuevas leyes, cuya realidad nos obliga, como es natural en la formación de los abogados, a la capacitación y actualización continua para un mejor desempeño de nuestros servicios a la sociedad. Eso lo entendemos todas y todos los notarios, y por lo tanto, asumimos la enorme responsabilidad de estar al día de lo que demandan los usuarios, pues tenemos plena conciencia de que ser notarios es un acto de responsabilidad y compromiso social. 

“Sonora necesita, al igual que otros Estados, más mujeres notarias”

En Sonora somos 112 notarios, de los cuales 22 son mujeres titulares. Seguramente habrá más en el futuro. Yo espero que así sea y que después de mi presidencia haya más mujeres notarias y nuevas presidentas del Colegio. Las condiciones están dadas para ello.

Me parece que es necesario “feminizar” el liderazgo y las nuevas patentes no únicamente en Sonora y otros estados, sino del notariado nacional en su conjunto. Considero que nuestro gremio necesita más mujeres que aporten nuevos valores al ejercicio notarial. Las notarias tenemos, dicho sin demérito alguno de mis colegas varones a quienes estimo y respeto mucho, una mayor sensibilidad, empatía y buen criterio con los ciudadanos.

Las mujeres le damos “un plus” o un valor agregado a la credibilidad y confianza ciudadana en el notariado. Creo que afortunadamente somos indispensables para todas las actividades productivas, culturales, políticas, económicas, profesionales y humanas de la actualidad. Es innegable que, por características naturales y como regla general, somos escrupulosas, responsables y muy cuidadosas de la honorabilidad y la honestidad en la administración de los bienes y recursos propios y ajenos. Enaltecemos y dignificamos esta función.

Nos hemos abierto camino a base de esfuerzo y hemos conquistado espacios ocupados o reservados por costumbre para hombres, como sucedió el 2015 en que los sonorenses elegimos a la primera mujer gobernadora de nuestro estado. Una mujer política, abogada, madre, esposa, hija y gobernante ejemplar para las nuevas generaciones de mexicanas. Una mujer sonorense que ha sabido reivindicar la dignificación y la utilidad social de la política y los principios éticos del poder público. Un ejemplo para todas y para todos.

“Nuestra prioridad es garantizar ética profesional y certidumbre jurídica a nuestros usuarios de los servicios notariales, pero mi preocupación es dejar un legado cualitativo de un gremio con un nivel de excelencia profesional”.

Tenemos claro que nuestros compromisos esenciales son con el estado y con la sociedad. De allí la importancia de que el Colegio inaugure una nueva etapa para mejorar nuestros servicios, basados en un mayor nivel de profesionalismo, ética y transparencia de legalidad pública.

Como presidenta esa ha sido mi prioridad; contribuir a la máxima profesionalización del gremio para modernizar y prestar nuestros servicios a nivel de excelencia. Nuestro reto en el futuro inmediato es cultivar a base de trabajo colegiado la tecnificación o digitalización del notariado sonorense, pasando por la unidad real del gremio. Un desafío importante. Mi preocupación es dejar un legado cualitativo en la historia del colegio de notarios: un gremio sólido, unido, moderno y con un nivel de excelencia profesional acreditado.

Empero, el desafío principal es demostrar que las mujeres tenemos las capacidades requeridas para dirigir una organización gremial como el colegio, o administrar en forma eficaz una empresa y liderar, sin duda alguna, un municipio, un estado o un país.

Las mujeres del siglo XXI no tenemos límites, solo desafíos que vencer. Conste.

*Lic. Karina Gastélum Félix, Presidenta del Colegio de Notarios del Estado de Sonora. Integrante del Sistema Estatal Anticorrupción de Sonora.