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Sistema Anticorrupción en Sonora, listo y con dientes suficientes; Estado, obligado a evitar la simulación

Con la aprobación de dos reformas constitucionales, seis leyes secundarias y elección de fiscales, las autoridades tienen herramientas suficientes para el combate efectivo a la corrupción en todos los niveles

Por Gerardo Moreno

Ahora que prácticamente está aprobado todo el marco legal para la implementación del Sistema Estatal Anticorrupción, ya se tienen todas las normas claras para que en Sonora exista un combate efectivo a la corrupción en todos los niveles, donde se tenga una mayor transparencia y rendición de cuentas en el ejercicio del recurso público para evitar hechos que defrauden a los ciudadanos, y si los hay, exista un castigo ejemplar.

Sin embargo, el éxito o fracaso que pueda llegar a tener este sistema dependerá en gran medida de la voluntad de trabajar que todas las personas e instituciones que lo integran le impriman para hacer cumplir todas esas normas que están estipuladas en las leyes aprobadas y que faltan por aprobarse, así como su capacidad de coordinarse entre ellos para el sistema avance a plenitud.

¿Qué es el Sistema Estatal Anticorrupción?

El Sistema Estatal Anticorrupción es la homologación en lo local del Sistema Nacional que ya fue aprobado, donde se pretende que todas las instituciones que tienen que ver con la administración gubernamental, prevención, investigación y aplicación de la justicia, estén coordinadas bajo un mismo comité y vigiladas en todo momento por los ciudadanos.

En ese sentido, instalaron reglas claras para la actuación de absolutamente todos los funcionarios públicos, darle autonomía a cada una de las instituciones para que puedan actuar conforme a lo que marca la legislación vigente y las suficientes atribuciones para que todos la cumplan.

En ese sentido, en Sonora se tuvo que realizar dos reformas constitucionales para incluir cada una de estas figuras y aprobar seis leyes secundarias que fijan las normas y pautas de cómo van a funcionar dentro de este sistema:

-La Ley del Sistema Estatal Anticorrupción.

-La Ley que crea la Fiscalía General de Sonora.

-La Ley Orgánica del Tribunal de Justicia Administrativa.

-La Ley de Fiscalización Superior para el Estado de Sonora.

-La Orgánica del Poder Legislativo.

-Ley Estatal de Responsabilidades Administrativas.

Así como los nombramientos de los titulares de cada una de las áreas que lo integran el sistema.

Además marca que se debe nombrar un comité de Participación Ciudadana integrado por cinco personas de la sociedad civil con prestigio y claro conocimiento del tema, de donde saldrá una persona que presidirá el Comité Coordinador, que será la figura encargada de hacer funcional y eficiente todo el sistema a través del diseño e implementación de políticas públicas de combate a la corrupción.

El comité coordinador también estará integrado por: el titular del Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF), el Fiscal Especializado en Anticorrupción, el Contralor General del Estado, un representante del Poder Judicial, el presidente del Tribunal de Justicia Administrativa y el titular del Instituto Sonorense de Transparencia y Acceso a la Información (Istai).

Al momento, dentro del Congreso del Estado ya se han aprobado prácticamente todas las leyes secundarias, de tal forma que todas las personas que integran estas instituciones ya saben exactamente como deben actuar para lograr que en Sonora exista un verdadero combate a la corrupción.

El Congreso del estado solo dejo pendiente para aprobar en un periodo ordinario de sesiones la Ley de Responsabilidad de los Servidores Públicos y el nombramiento de la “Comisión de Selección” que será el organismo encargada de lanzar la convocatoria y designar a las personas que integrarán el Comité de Participación Ciudadana.

El sistema busca legitimar autoridades

El investigador del Colegio de Sonora, Víctor S. Peña Mancillas, experto en temas de implementación de políticas públicas, transparencia y rendición de cuentas. Comentó que el Sistema Anticorrupción (a nivel nacional y el estatal) representa una de las últimas oportunidades que el Gobierno está implementando para lograr legitimarse como institución, ya que durante los últimos años está claro que se ha alejado de los ciudadanos y ha sido ampliamente señalado de casos graves de corrupción.

Explicó que el mensaje que se lanza es que existe una clase gobernante, esencialmente una clase política, que tiene amplias dificultades para comunicarse con sus gobernados para que estos puedan confiar en ellos, donde estos sistemas estatales y el nacional son la última medida para conectarse con ellos.

“Hay una crisis reconocida y expresa de legitimidad, ese es el gran asunto que nos trae ahora estar platicando de sistemas nacionales de transparencia y anticorrupción, y de sistemas estatales, y en ese sentido todas las personas involucradas y todas las organizaciones involucradas tienen el gran reto de no quemar este cartucho”, indicó.

Explicó que al decir “quemar ese cartucho” significa que después de tanto cambio a la Ley, tanto aforo y tanta publicidad, el gobernado siga sintiéndose sin la representación en su gobierno, sin la posibilidad de ser escuchado y sin poderle creer a quienes lo gobiernan.

En ese sentido, el doctor Víctor Peña señaló que entiende que las personas que están promoviendo todo el Sistema Anticorrupción lo estén vendiendo como si fuera la solución a todos los males que aquejan al país y que con su implementación estas se resolverán, sin embargo, dijo que debemos ser más mesurados y esperar a que realmente se note que funciona.

“Entiendo que quienes están promoviendo estas leyes del Sistema Estatal Anticorrupción quieran promocionarlas como el antídoto definitivo de todos estos males, ese es su trabajo, pero creo que debemos tener una postura más mesurada en el sentido que tenemos décadas ensayando y escuchando que esa es la solución, que nos han enseñado que no, que el camino esta largo y que esto no es un proceso lineal”, recalcó.

Peña Mancillas aseguró que este sistema puede y deberá ser mejorado, ya que la idea de tener sistemas viene desde el centro del país y la verdad complican muchas decisiones, porque un sistema es una reunión de elementos y estos se comunican entre ellos y van adaptando sus elementos según funcionan los demás, es decir que son elementos inteligentes que deben ponerse de acuerdo para funcionar.

El investigador explicó que se tienen los elementos para poder hacer cumplir estas normas y lograr que el Sistema Anticorrupción funcione de manera efectiva en Sonora, donde se haga cumplir las normas, se generé mayor transparencia y rendición de cuentas, además haya castigo a quienes en el futuro violenten las leyes.

Aunque, el Sistema se enfrentará a algunas resistencias, ya que confrontará de manera directa a un sistema político que tiene años de hacer las cosas de cierta forma y se le viene a imponer un modelo se busca cambiarlo de golpe. Pero es precisamente ahí donde radica el reto que tendrán todas las personas que integran las instituciones que están dentro del Sistema Anticorrupción.

Hay que dar un voto de desconfianza

En ese sentido, Víctor Peña Mancillas aclaró que los ciudadanos no podemos y no debemos dar un voto de confianza al Sistema Estatal Anticorrupción, sino todo lo contrario, debemos dar un voto de desconfianza porque de esta forma el sistema y las personas que lo integran estarán obligados a convencer con su trabajo.

De lo contrario, dijo, se dejará funcionar a sus anchas y a como ellos quieran y al final cuando ya pasó el tiempo y esté funcionando será difícil cambiarlo: “yo deseo que al sistema le vaya bien pero no son tiempos para dar cheques en blanco, son tiempos de profunda discusión, de mucho trabajo y de trabajo en serio”.

Es precisamente ahí donde toda la sociedad sonorense y mexicana debe poner de su parte para exigir que se cumplan con todas las normas que contempla el sistema anticorrupción y exigir que este dé resultados, porque de lo contrario será una estructura que modificó todas las leyes, puso mayores atribuciones a todas las partes, pero al final fue más de lo mismo.