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Socorristas buscan sobrevivientes en Oklahoma

Los reflectores iluminaban las montañas de escombros de hormigón, material aislante y metal retorcido mientras grupos de socorristas levantaban fragmentos de paredes derrumbadas en la ruta de un monstruoso tornado en los suburbios de Oklahoma City, que destruyó una escuela primaria y redujo casas de madera a leña.

Al menos 24 personas perdieron la vida, incluidos siete niños, y se prevé un aumento de esas cifras, dijeron el martes las autoridades.

En principio las autoridades dijeron que eran 51 muertos, incluidos 20 niños.

La tormenta arrancó las hojas de los árboles y dejó numerosas manzanas a oscuras y convertidas en un páramo. Los socorristas recorrían a pie los vecindarios donde el poderoso tornado arrasó el lunes casas una por una, atentos a cualquier voz que pudiera salir de entre los escombros. Un helicóptero en lo alto lanzaba su haz de luz sobre las cuadrillas de rescatistas y trabajadores.

Durante la transición del lunes al martes, la localidad de Moore, de 41.000 habitantes, se preparaba para otra jornada larga y angustiosa.

«Mientas permanezcamos aquí… tendremos la esperanza de encontrar sobrevivientes», dijo la agente de policía Betsy Randolph, portavoz de la Patrulla de Carreteras de Oklahoma.

Más de 120 personas fueron atendidas en hospitales, entre éstas 50 menores. Amy Elliott, portavoz de la Oficina Forense de Oklahoma, dijo el martes que es probable que haya 40 víctimas fatales más a causa del tornado.

Las familias angustiadas se concentraban en las iglesias a la espera de noticias de sus seres queridos. Un hombre con un megáfono pronunció el lunes en la tarde los nombres de los niños sobrevivientes cerca de la Iglesia Metodista Unida de San Andrés. Los padres aguardaban cerca, con la esperanza de escuchar el nombre de sus hijos e hijas.

Mientras algunos padres e hijos se abrazaron al encontrarse nuevamente, otros se quedaban esperando, temiendo lo peor, mientras la noche se hacía larga.

Los equipos de socorro prosiguieron sus acciones desesperadas de búsqueda y rescate durante la noche en la escuela primaria Plaza Towers, donde el tornado arrancó el techo, derribó paredes y convirtió el patio de juego en una masa de plástico y metal retorcido. Mientras ocurría la devastación, alumnos y maestros estaban en cuclillas en pasillos y baños.

Entre los muertos había niños de la escuela, pero varios estudiantes fueron rescatados vivos de debajo de una pared derrumbada y de otros escombros aplastados.

Los socorristas pasaron a los sobrevivientes por una cadena humana que formaron padres y voluntarios del sector. Los padres llevaban cargando a sus hijos a un centro de valuación médica en un estacionamiento. Algunos estudiantes parecían aturdidos y otros aterrorizados.

James Rushin escuchó la información de que venía el remolino y se apresuró hacia la escuela a la que asistía su hijo Aiden, de cinco años. Mientras corría pensó que estaría seguro en la escuela.

«Unos dos minutos después de que yo había llegado, la escuela comenzó a caerse», afirmó.

AP

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